Al maestro, gratitud
"Increíble ser profesor. Yo, que también lo soy, agradezco por haber sido regalado con esta vocación singular".
¿Cuál es el rol que cumplen los profesores en la sociedad?. Los padres, primeros y más importantes educadores de sus hijos, confían al colegio y a los profesores la colaboración en su formación académica y educativa. Sorprendente y necesaria entrega. Desde muy pequeños los niños acuden a la escuela. En ella están cerca de 10 a 12 años, entre 6 y 8 horas diarias, durante 8 meses cada año. Toda una vida, en etapa tan decisiva. A lo largo de ese tiempo los alumnos tienen un interlocutor constante, los profesores. Todo esto cobra particular reconocimiento en este mes de octubre en que celebramos el día del maestro.
"Lo dijo el profesor". Cuantos niños han repetido esta expresión. Qué exigente coherencia de ser y parecer. De ser creíbles, confiables. En la forma y el fondo. De no permitirse ni un doblez, ni un engaño. En palabras y obras. De estar al día, de la mano del mejoramiento continuo y la innovación. Los educadores son comunicadores, referentes, orientadores, inspiradores. De carne y hueso. Que premian, corrigen, escuchan, apoyan, sonríen, se enferman, lloran, se cansan. Deben estar siempre disponibles. Están en todas.
Como directora del Liceo de Niñas Nº6 de Santiago, Gabriela, la poetisa, dejó un decálogo exigente para todo maestro: "Ama, si no puedes amar mucho, no enseñes a niños. Simplifica, saber es simplificar sin restar esencia. Insiste, repite como la naturaleza repite las especies, hasta alcanzar la perfección. Enseña, con intención de hermosura, porque la hermosura es madre. Maestro, sé fervoroso. Para encender lámparas has de llevar fuego en el corazón. Vivifica tu clase. Cada lección ha de ser viva como un ser. Cultívate, para dar, hay que tener mucho. Acuérdate de que tu oficio no es mercancía sino que es servicio divino. Antes de dictar tu lección cotidiana, mira a tu corazón y ve si está puro. Piensa en que Dios te ha puesto a crear el mundo del mañana". Recorrer estos reglones es ejercicio transformador. Para el profesor, un descriptor superior, de examen y mejora. Para los demás, un camino de admiración y gratitud, claves para reconocer al auténtico y genuino maestro.
Increíble ser profesor. Yo, que también lo soy, agradezco por haber sido regalado con esta vocación singular. Antonio Rendic, uno de los padres de Antofagasta, alguna vez, antes de ser doctor, quiso ser profesor. Porque en esta profesión veía la maravillosa capacidad de participar en los cambios y transformaciones gigantes de los niños y jóvenes. Finalmente fue doctor, sin dejar de ser maestro. Gracias infinitas a todos los profesores en fecha tan singular. No dejemos de agradecer cada día por oficio tan maravilloso. De volver al recuerdo, al primero y al último profesor de nuestra vida escolar. A quienes fueron medios e instrumentos para promover afanes generosos, que contribuyeron en las decisiones humanas, familiares y profesionales que luego emprendimos. Algo o mucho de ellos nos acompañarán toda la vida.