Guardias de seguridad: la otra "primera línea" de la pandemia
CIUDAD. Han recibido más que "malas caras" al controlar el aforo de los locales y no han tenido reconocimiento alguno. Líder gremial dice que es un trabajo arriesgado y mal recompensado. 30% de los trabajadores son adultos mayores.
Es difícil dialogar con los guardias de seguridad. La mayoría no acepta preguntas. A unos les niegan el permiso para hablar, después que llaman a su empleador. Otros, en cambio, hablan "off the record", sin querer entregar el nombre, para que no los despidan. Estos últimos, y los entrevistados para esta nota, concuerdan que han estado en primera línea en lo más álgido de la pandemia, a través del control de ingreso y la atención al público, sin tener un reconocimiento, sino todo lo contrario: malas caras e incluso insultos. Muchos todavía tienen la misión de tomar la temperatura con "la pistola", o termómetro infrarrojo, en los accesos a los lugares de trabajo.
Los guardias del edificio de la exIntendencia Regional, que trabajan en dos turnos durante el día, puede decirse que han tenido experiencias límites en los últimos años. Primero, el estallido social, donde estuvieron expuestos, y luego la pandemia. Josué González, guardia del edificio, reconoció que las protestas fueron más complejas que la pandemia. "El riesgo estuvo latente", afirmó.
El protocolo del Covid, en tanto, los ha llevado a exigir que todos quienes accedan, pasen por el termómetro. "El control de temperatura es obligatorio sin importar el cargo que se tenga", dijo González, en la puerta de un inmueble donde acceden hasta ministros.
José Luis Apaz estaba ayer en la puerta del Teatro Municipal de Antofagasta. Reconoció que, si bien el teatro es un lugar tranquilo en cuanto a seguridad en comparación con un banco u otro, siempre hay que estar atentos. Dijo que en tiempos de pandemia, los vigilantes privados, como él se reconoce, y los guardias son los primeros en enfrentarse a la posibilidad de que alguien esté contagiado. "Por esto, nuestra labor nos exige el control de temperatura y el uso del alcohol gel, para todas las personas que entren al edificio. En todo caso es muy difícil que alguna persona esté en la calle con fiebre. Prácticamente alguien con temperatura, incluso no por efecto del Covid, no puede entrar a ninguna parte. Se le cierran todas las puertas", afirmó.
Guardias de empresas financieras y del retail, consultados para esta crónica, no quisieron referirse públicamente a sus condiciones laborales, pero dejaron entrever sueldos bajos para una labor arriesgada.
Primera línea
En Antofagasta se encontraba ayer Cristian Pérez Soto, vocero de la Agrupación de Guardias de Seguridad de Chile, conocida como Gama. Pérez Soto reconoció haber quedado sorprendido por la longevidad de un guardia del mall. "Una persona con una edad superior a los 65 años no debería continuar laborando de guardia, y es ahí cuando entran otros factores como las bajas jubilaciones, y la supervivencia en general. Alrededor del 30% de los guardias que trabajan en el país, son adultos mayores", afirmó.
Sostuvo que como entidad que recoge las demandas laborales de los guardias de seguridad, puede decir con certeza que han estado al frente de la pandemia, como primera línea, especialmente quienes laboran en los hospitales como personal de seguridad para empresas externas. Así, dijo, estos trabajadores arriesgaron su vida en pandemia. "Muchos de ellos se contagiaron con Covid. Otros fallecieron en el camino. El personal de salud de los hospitales tuvo retribuciones económicas y reconocimiento público por su tarea en pandemia, a diferencia de los guardias cuyas empresas contratistas ni siquiera les cancelaron algún bono. Incluso las vacunas llegaron más tarde para ellos", precisó.
Bajo sueldos
En promedio, un guardia de seguridad gana mensualmente alrededor de 420 mil a 450 mil pesos líquidos, dijo Pérez Soto. "A la empresa contratista en cambio le cancelan por un guardia desde un millón 200 mil pesos, hacia arriba. El guardia, en muchas ocasiones, debe arriesgar la vida por un sueldo bajísimo, especialmente en los supermercados cuando enfrenta a los mecheros. Todos los días nos llegan reportes de guardias agredidos por mecheros. Algunos fallecen por estas agresiones. El seguro de un guardia, por ejemplo, es de 2 millones 500 mil pesos, con el cual se deben cubrir los gastos fúnebres", aseveró.
Denunció que hay malas prácticas en que caen las empresas, principalmente los supermercados. "Contratan a un guardia con todas sus certificaciones para ser el rostro visible ante algún fiscalizador. Pero adentro del local, mantienen vigilantes sin ningún curso, principalmente extranjeros. Fíjese cuando vaya a cualquier supermercado", declaró.
Pérez Soto sostuvo que Antofagasta no está ajena a la realidad del país, y que mantiene una demanda quizás mayor de guardias, por la industria minera. Instó a estos a revisar bien sus contratos de trabajo y condiciones.
"El personal de salud de los hospitales tuvo retribuciones económicas y reconocimiento público por su tarea en pandemia, a diferencia de los guardias cuyas empresas contratistas ni siquiera les cancelaron algún bono"
Cristian Pérez Soto, vocero de la Agrupación de Guardias de Seguridad de Chile