Antonio Cortes Núñez llegó a Antofagasta cuando tenía 5 años de edad proveniente de Arica, su lugar de nacimiento. Criado en el seno de una familia de profesores se formó como docente en la Universidad de Antofagasta, quien tiene una Licenciatura en Ciencias de la Educación y un Magíster en Liderazgo y Gestión.

En 2018, fue nominado al Gloobal Teacher Prize, una especie de Nobel de los docentes que busca relevar la profesión y celebrar a los mejores del mundo, quedando como semifinalista en Chile.

¿Dónde creciste y qué recuerdos guardadas de tu infancia?

-Soy nacido en Arica, donde me crié hasta los 4 años. Recuerdo jugar con mis dos primos de la misma edad, con los cuales fuimos juntos al Jardín infantil. Éramos los 3 mosqueteros. Mi madre, profesora, trabajaba en la localidad de Colchane, mientras yo estaba a cargo de mi abuela. A los 5 años me vine a Antofagasta, solo con mi madre. Recuerdo lo luchadora que fue y en Antofagasta hizo una familia. Mis mayores recuerdos son siempre compartir en una mesa llena de profesores, hablando siempre de educación, mientras yo oía, miraba la guitarra del profesor de música. Siempre me llamó la atención... y debes en cuando, cuando nadie estaba, tocaba algunas de sus cuerdas. Quien pensaría que años más tarde, sería mi propia guitarra la que estaría en la sala de profesores de las escuelas de Antofagasta.

¿Qué proyectos estás desarrollando actualmente?

-Tengo el hermoso desafío de enseñarle a niños y niñas de 2do básico. Después de quedar como semifinalista del global Teacher Prize 2018, me di cuenta de la gran necesidad de las escuelas púbicas, por lo que ingresé a la CMDS. Terminado mi Magister en Educación, hoy estoy terminando un pos título de especialización en Ciencias Naturales en paralelo de aprender una innovadora forma de enseñar mediante historias. Formo parte de una comunidad de aprendizaje, junto a varios profesores de Latinoamérica que intentamos aprender sobre la herramienta Historias para Armar, que ha creado Chicos.net y es auspiciado por Disney. Con todo ello, día a día llego con muchas ganas de enseñar más y mejor a mis pequeños estudiantes, quienes no dejan de pasarlo bien aprendiendo.

En su rol de profesor, ¿Cómo lo impactó la pandemia?

-La pandemia nos ha afectado a todos y todas en diferentes grados. En particular y como profesor, el contacto con los estudiantes es gravitante a la hora de enseñar y que los niños y niñas aprendan. Nadie aprende de algo que no les interesa y menos de "alguien" que no les interesa. Por lo tanto el desafío mayor en la pandemia era (y sigue siendo) conectar con los y las estudiantes. No poder saber si tu clase está poniendo atención, porque no ves sus caras. Si es que están aburridos con tu forma de impartir la clase. Si tienen pena, rabia, miedo, etc. Son cosas que podemos apreciar en el contacto diario. Los profesores no somos como los médicos, quienes, muchos de ellos, pueden atender a un paciente solo viendo un examen, y saber precisamente que les pasa. Nosotros para enseñar, lo hacemos hacia una persona que tiene sentimientos, expectativas, intereses, situaciones, etc. Y todo ello es importante a la hora de aprender. La pandemia rompió gran parte de eso y hasta el día de hoy hemos buscado formas de mejorarlo.

Sin embargo, lo bueno de la pandemia es que nos dio un golpe de realidad y nos situó en una situación que lógicamente iba a venir. Ahora estamos más claros que nunca que una amenaza de pandemia es real y debemos estar preparados para afrontarla. Los conocimientos informáticos que traíamos muchos profesores eran escasos y fue una oportunidad para nutrirnos de este nuevo conocimiento que es seguro, continuaremos utilizando. Las tecnologías de la informacion y la comunicación soy hoy más cercanas a los docentes y los estudiantes que antes de la pandemia y eso es bueno en el sentido que estrecha la gran brecha de conocimientos TIC's que se tenian en la educación pública.

¿Cuál es la principal enseñanza que te dejaron tus padres?

Mi madre es profesora desde que yo estaba en su vientre. La pasión por educar viene de ella. Aunque también recuerdo que cuando pequeño solíamos soñar que yo estaría hasta viejito en la universidad estudiando una y otra carrera. Eso al parecer se me grabó a fuego. Recuerdo que ella me pedía organizar mi mueble según una clasificación... todo el tiempo clasificaba cosas. Hoy me gusta ordenarlo todo y algunos dicen que soy muy cuadrado. Creo que exageran. Junto a mi padre (mi padrastro, quién fue el único padre que conocí) me educaron en los valores de la solidaridad, honestidad, compromiso y sobre todo amar lo que se tiene y lo que se hace.