Carla Corrales Guerra se define como "una mujer trabajadora, madre de mellizos de sol y una niña de cielo". Reconocida como autodidacta, la exSecretaria General Ejecutiva de la Corporación Cultural de Antofagasta, señala que aprendió a ser gestora cultural "en la calle, en el territorio".

"He tenido el privilegio de encontrarme con gente sencilla, los más humildes, mi inspiración vital... sólo a ellos y a ellas les debo mi 'profesión'".

Hoy la diplomada en gestión cultural de la Universidad de Chile se encuentra embarcada en una serie de proyectos ligados al ámbito cultural, comunitario, social y político.

¿Dónde creciste y qué recuerdos guardas de tu infancia?

-Nací en 1970 en el Hospital Regional de Antofagasta, pero mi familia materna es de Mejillones. Soy afrodescendiente por parte de padre (mi bisabuelo fue esclavo africano que llegó a Perú). Así que soy changa, chola y negra y eso me encanta. Tuve una infancia feliz como Giosué de "La vida es bella", aprendí a leer antes de los 4 años y crecí leyendo y cantando, siempre me costó adaptarme, hoy ya sé por qué.

¿Quiénes han sido tu inspiración en la vida, a quiénes admiras?

-Me inspira la gente sencilla, esa que no aparece en la foto ni sus nombres llenan los libros de historia, las NN, quienes hacen la pega en silencio sin reconocimientos, los que crecen fuera de la institucionalidad y los sistemas y aun así no cesan en la búsqueda del bien común y la dignidad.

¿Qué proyectos estás desarrollando actualmente?

-Participo en varios proyectos colectivos. Acabo de dejar la coordinación de Súmate Cultura, pero continúo apoyando a la mesa regional de territorios que se levantó con representantes de varias comunas, visibilizando problemáticas de nuestro sector, tendiendo a formar una cooperativa de trabajadores y trabajadoras de la cultura y dando la pelea en asuntos como el Plan de Empleabilidad que ha sido bastante complejo en todas sus etapas. También soy parte de la Dirección Comunal del Partido Comunista y, desde ahí, hemos asumido este tren de elecciones que ha sido el 2021. Ahora último, además, soy parte del equipo de producción del disco autogestionado "Chile en Resistencia" liderado por César Flores que es un disco conceptual que retrata los últimos 40 años de la historia de Chile. Se lanza ahora el lunes 18 de octubre. También soy voluntaria de la Despensa Popular.

¿Cuál es la principal enseñanza que te dejaron tus padres?

-La principal enseñanza que me dejaron mis padres ha sido el respeto a todos y todas, independientemente de cualquier condición. Provengo de una familia de esfuerzo y trabajo. Mi padre fue profesor normalista y mi mamá se tituló de Orientadora Familiar siendo ya abuela. Ambos, además, lograron imprimir en mí y mis hermanas el amor por el arte, la música, la lectura y la buena conversación.

¿Qué lecciones crees que debemos aprender de lo vivido este último año?

-La principal lección que nos deja el último tiempo es el poder del colectivo y la organización, ya sea para combatir la pandemia para lo que fue necesario comprender que al cuidarme yo también cuido al resto, como así también en el estallido de las conciencias, donde muchos y muchas cayeron en la cuenta que pertenecemos a algo mucho más amplio que una familia haciendo meritocracia, somos comunidad. Muchas características nos pueden diferenciar, pero si algo nos une es el hecho que somos trabajador@s, sujetos de derechos, seres humanos merecedores de dignidad. Escribir una nueva constitución, ya no entre unos pocos iluminados, sino entre todos y todas, no sé si ha sido dimensionado como la tremenda oportunidad que nos da la historia de participar en definir aspectos vitales para nuestro país.

¿Qué te apasiona de tu profesión u oficio?

-Enlazar mundos, personas, acciones, visibilizar a quien busca con quien tiene, las y los creadores con sus públicos, la experiencia del Café Pendiente fue mucho más que solidaridad o asistencialismo o haber traído a Deep Purple, Pablo Milanés o Jean Luc Ponty y que compartieran escenario con artistas regionales, fue mucho más que conciertos. Hoy veo las filas para oír a la Orquesta Sinfónica o ver el Ballet y recuerdo los años en que construimos una estrategia de formación de audiencias, en equipo: músicos, técnicos, administrativos y el mismo público. Desde la nada.

¿Cuál es el espacio de la región que más te gusta?

-Cualquiera donde haya alguien con quien conversar. En San Pedro, Mejillones o la Población Oriente. Tenemos una riqueza patrimonial tangible innegable, pero son las personas, el Antofagasta región, profundo y real donde está la riqueza. Aunque suene cliché, me gusta todo el Norte e ignoro a sabiendas sus límites.