"Poseemos una riqueza étnica y cultural inmensa"
ANTOFAGASTINIDAD. Claudio Cortés Gómez, director del Coro Diocesano San Juan Bautista de Calama
Nacido en Chuquicamata en 1973, aunque su empleo formal es de operador de equipo minero (trabaja en la Mina Sur en Codelco Chuquicamata), Claudio Cortés es más conocido por sus años dedicados a la música andina. "Mi gran vocación es la música, esta nace desde niño. Recuerdo ver a mi madre junto a mi padre tocar guitarra y cantar. Mi hermano Hernán aprendió a tocar guitarra y también algunos instrumentos andinos como charango, zampoñas y quena, desde ahí nace el interés por aprender estos instrumentos y ejecutar la música sobre todo andina. Luego mi hermano Hernán integra el conjunto de proyección folclórica Inacaliri y me invita a participar junto a él. Es ahí en donde comienzo de lleno a tocar instrumentos de viento andinos. Luego participé en el coro de la parroquia Nuestra señora de la Merced junto a mis padres y hermanos y también en conjuntos folclóricos formados por mis hermanos y amigos de la iglesia, e incluso algunas bandas de rock en el colegio". En los 90 es invitado a integrar el conjunto Llajta Huayra. Y el 2016 pasa a formar parte del coro Diocesano San Juan Bautista de Calama, asumiendo el cargo de director general.
La música también es un asunto familiar para Claudio, ya que su esposa es también integrante del coro junto a sus padres, un hermano y su cuñada. Además sus hijas Yael y Claudia cantan y ejecutan algunos instrumentos como batería, guitarra y violoncello.
¿Qué recuerda de su infancia, de sus padres y hermanos?
-Vivimos en Sao Paulo Brasil desde el año 1976 hasta fines del año 1979 y jugábamos mucho fútbol, luego cuando volvimos a Chile recuerdo que mi hermano Cristian (quien falleció hace un año y tres meses a causa de covid), tuvo un accidente en bicicleta que lo dejó muy grave, y mi padre hizo una manda a nuestra madre Guadalupe de Ayquina, de ir caminando hasta su santuario todos los años hasta que sus fuerzas se lo permitieran. Desde ese momento comenzamos como familia a peregrinar año tras año hasta el santuario de Ayquina y así nació esa hermosa devoción a nuestra madre Guadalupe, y también nace en nosotros el amor por nuestra cultura y riqueza ancestral de los pueblos de Alto el Loa, sobre todo del pueblo de Ayquina.
También recuerdo los días domingo en familia, mis padres cocinando pescado frito y escuchando boleros. Los juegos y travesuras junto a mis hermanos, los paseos al río a tomar tecito, los años de estudio y tardes enteras jugando fútbol junto a compañeros del colegio.
¿En qué aspectos considera que ha podido realizar un aporte a Calama y a los pueblos del interior desde la música?
-El aporte que he podido realizar junto a otras personas es mayormente la realización de arreglos musicales para poder fusionar nuestros instrumentos andinos y llevarlos al ministerio de música Católica de nuestra zona, rescatando sonidos de nuestros pueblos de Alto el Loa, llevándolos a las distintas celebraciones en las cuales participamos como coro.
Y también tengo algunas creaciones propias, inspiradas en nuestra Madre Guadalupe de Ayquina, transmitiendo mis vivencias como peregrino en el santuario.
El coro Diocesano se ha caracterizado por trabajar en su mayoría con distintas edades, pero tenemos un gran número de participantes adultos mayores, los cuales han demostrado su constancia y esfuerzo para evangelizar de una buena forma a través de la música. Creo que esa es nuestra senda, fusionar la integración de distintas edades para complementarnos de acuerdo a nuestras experiencia, entusiasmos y visiones.
¿Cómo le gustaría que fuera la ciudad de Calama en un futuro próximo?
-Mi sueño es que Calama deje de ser una Ciudad de paso, y las autoridades dejen de mirarla como tal.
El centralismo nos ha dañado en gran forma, sobre todo en la escasez de recursos para el desarrollo de nuestra ciudad. Poseemos una riqueza étnica y cultural inmensa, y debemos velar por seguir manteniendo y cultivando esas riquezas.
En nuestra ciudad hay muchos artistas y valores, los cuales muchas veces desaparecen a raíz del centralismo y del poco apoyo por parte de autoridades y empresas a nuestra cultura.
Sería ideal contar con más espacios, recursos y actividades para que cada artista pueda mostrarse y puedan realizar sus proyectos, y así también generar espacios y entusiasmar a otros, que tal vez puedan tener grandes talentos, pero les falta ese empujoncito para que comiencen a desarrollarse como artistas.