El estallido vivido por una estudiante, un defensor, un comerciante y un pastor
OCTUBRE DE 2019. Antofagastinos recordaron las detenciones arbitrarias y maltratos a los manifestantes y también como grupos delictuales comenzaron a aprovecharse de las movilizaciones.
Hace dos años, en esta misma fecha, un 19 de octubre, se encendió el estallido social en Antofagasta, con diversas manifestaciones que fueron creciendo con una periodicidad diaria hasta diciembre. Si bien las protestas partieron en el sector centro, luego escalaron hacia los sectores altos del centro de la ciudad, la cachimba del agua, la plaza Bicentenario en la población Bonilla, y en la avenida Argentina, frente al edificio Caliche.
Durante el transcurso de esas semanas hubo cientos de lesionados y detenidos. Asimismo bienes materiales fueron destruidos o saqueados siendo principalmente afectados el comercio, reparticiones públicas, comisarías y hasta centros religiosos.
El cuadrante de las calles Copiapó, Orella, Uribe, Maipú y Prat; todas, desde Matta hasta la avenida Argentina, concentraron las refriegas más intensas. Las convocatorias partían alrededor de las 16 horas en adelante, en la plaza Sotomayor.
Detenciones
La estudiante de periodismo Maite Mundaca Barrera, fue detenida durante esas jornadas entre las calles Copiapó con 14 de Febrero. El siguiente es su relato: "Recuerdo que había mucha barricada, de temprano. No estaba haciendo ningún tipo de disturbio, ni nada por el estilo. Había ido a protestar. Sólo me puse a correr. Me cayeron dos lacrimógenas, una adelante y otra atrás. Ahí me desmayé. Al momento de abrir los ojos, me di cuenta que un carabinero estaba frente a mí. Me agarró súper fuerte del brazo. Me tironeó. Me subieron al bus, donde siguió el maltrato. Nos llevaron a la Tercera Comisaría, donde me encontré con compañeros de curso y profesores entre los detenidos. Muchos de los detenidos estaban con dientes quebrados y otros con heridas de diverso tipo. Lo mío fue nada con respecto a lo que sucedió con algunos de ellos. Había personas detenidas porque habían ido a comprar al almacén y se encontraron en medio de la refriega. Estuve desde las 20 horas hasta las 4 de la madrugada. Fue una experiencia horrible y brutal. Nos tuvieron horas en el patio de la comisaría muertos de frío, bajo insultos y amenazas. Después para bajarnos al calabozo fue lo peor. Los carabineros no tuvieron compasión con nadie. Estuve una semana en reposo, con dolor de espalda y el brazo inmóvil".
Defensoría
La Defensoría Penal Pública cumplió un rol complejo en Antofagasta, en los días posteriores al estallido social. Fue, incluso, destacada a nivel nacional por la oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos.
El defensor regional, Ignacio Barrientos, afirmó que comenzaron con la atención en las mismas comisarías el 19 de octubre, con las primeras manifestaciones en la región. "Desde el primer momento entendimos lo que se venía. En la Tercera Comisaría se estaban concentrando los detenidos. El 19 de octubre, a las 14 horas, ya había alrededor de 60 detenidos. Llegó un grupo de defensores espontáneamente y comenzamos a entrevistar para conocer el estado de los detenidos. Al principio no fue muy fácil, porque no se nos facilitó el ingreso al cuartel. Lo mismo pasó en otras ciudades de la región. Durante el resto de los días, tuvimos bastante trabajo", recuerda.
Barrientos explica que desde el 19 de octubre hasta el 31 de ese mes, realizaron entrevistas en comisaría a 1.153 personas. En Antofagasta hubo 630 personas detenidas sólo en el mes de octubre. "Esto nos obligó a estar presente en todas las unidades policiales y hacer turnos de comisaría durante casi todo el día. Atendimos inquietudes de familiares, como también intentamos gestionar las libertades en algunos casos más urgentes, como personas enfermas, o el ingreso de medicamentos. Verificamos las condiciones de las personas. Varias personas llegaban con lesiones, algunas más graves. Hicimos la gestión para que los jueces fueran a verificar la situación. Fue harto el trabajo. Hubo mucha mística y convicción para hacer un muy buen trabajo", indicó.
Comercio
El comercio del centro fue un sector vulnerable en el marco de las protestas, pues se registraron saqueos de todo tipo. Los incendios en la farmacia Cruz Verde de calle Matta con Baquedano, o el de la Cooperativa de Carabineros marcaron los momentos más complejos de la revuelta en Antofagasta. A esto se puede sumar la imagen de los pollos asados botados en calle Prat con Ossa, tras el saqueo a un restorán.
El permanente aroma a lacrimógena espantó a los clientes, principalmente de las peluquerías y restoranes aledaños a la plaza Sotomayor.
Ricardo Mena mantiene un local dentro de una feria en calle Baquedano, entre Matta con Condell. Dijo que después del 19 de octubre se vivieron momentos complicados que trajeron todo tipo de perjuicios económicos y sicológicos para las comerciantes. "Las protestas se concentraron en calle Baquedano, pero al correr de los días no eran manifestaciones propiamente tal, sino que saqueos. Había personas que se paseaban durante la mañana, antes, observando que se podía saquear. Amenazaban. Eran delincuentes. Una vez por la tarde empezaba la protesta, los delincuentes hacían su trabajo escabulléndose en los grupos. Iban dispuestos a todo. Nosotros, en la galería, nos encerrábamos. Estábamos organizados con palos adentro para hacer frente si nos querían saquear. El centro era tierra de nadie. Había que defender el trabajo de tantos años. Era contradictorio porque el estar de acuerdo con las demandas sociales terminaba cuando uno era el afectado por el saqueo de los delincuentes", afirmó.
Pastor
La iglesia evangélica "Jesús Te Llama", está ubicada a un costado de la Plaza Colón. Pablo Bañados, pastor de la mencionada congregación religiosa, afirmó que quienes viven o trabajan en el centro (como es su caso) se vieron en constante amenaza durante los días de la revuelta, y en algún caso sin poder organizar los cultos que reúnen alrededor de 500 fieles en promedio. "El estallido nos mostró un gran problema que tenemos como país, que es el descontento ante la postergación e indiferencia de los gobiernos ante las sentidas necesidades de las personas con menos recursos como los jubilados, los trabajadores con sueldos bajísimos, estudiantes endeudados, pensiones míseras, atención de salud de mala calidad, entre otras. Al mismo tiempo, nos evidenció un claro aprovechamiento de grupos ultras, anárquicos y terroristas quienes desde dentro y fuera del país intentaron desatar la violencia, la destrucción, el desorden y el caos", afirmó.
Sostuvo que los hechos acaecidos en Antofagasta, con quemas al bien público y privado, demostraron una falta absoluta de respeto hacia las autoridades y la propiedad ajena. "Un ejemplo moderno de la transformación a través de la no violencia es el del pastor Martin Luther King, por eso digo, que la violencia no es el camino para los grandes cambios sociales.", precisó.