De la Revolución Cultural al despegue de China con Deng Xiaoping
José Antonio González Historiador UCN
La Revolución Cultural despertó entusiasmo y críticas internas en China, replicadas en el mundo occidental. Los jóvenes universitarios- que formaron los cuadros de la Guardia Roja- fiscalizaron y persiguieron toda muestra de "desviación" contrarrevolucionaria, capitalista o burguesa, para mantener constante el espíritu revolucionario inculcado por Mao. Durante el tiempo que se extendió este proceso revolucionario, no solamente fueron defenestrados Deng Xiaoping, de sus cargos en el Partido, figura importante en la trayectoria del comunismo chino, que, consignemos de paso, recibió en febrero de 1965, la segunda visita del Che Guevara, que si bien lamentaba la pugna sino-soviética, en los hechos estuvo más cerca de Mao que de Bréshnev y Kosygin en su lucha anti-imperialista. El silenciamiento de los intelectuales y artistas, y de los académicos, por parte de la Guardia Roja, se tradujo en el cierre de universidades y la prisión de miles de personas, comunistas o no. En aquellos años, el actual presidente Xi Jinping, fue destinado a trabajar en el campo. Además, de Lin Biao, otra personalidad de la época, fue Zhou EnLai, quien con visión pragmática y dialogante, sostuvo las negociaciones diplomáticas de apertura con los EE.UU., que significaría el reconocimiento de Beijing, y el aislamiento de Taiwán en el escenario internacional. Fue responsable de mantener las relaciones diplomáticas con Chile, después del golpe de Estado de 1973. Relevante en los hechos, fue el grupo dentro del P.C. dirigido por la mujer de Mao, Jian Qing, que dio lugar a la denominada "Banda de los Cuatro", que fue desmantelada en 1976, una vez desaparecidos Mao y Zhou ese mismo año. Jian Qing y sus tres compañeros fueron juzgados y condenados a muerte, aunque se les conmutó la pena por presidio. Ella falleció en 1991, a los pocos días de haber sido puesta en libertad por consideraciones humanitarias: padecía de cáncer. Se estima- y seguimos a Jacques Gernet- que la Revolución Cultural, en sus persecuciones y ejecuciones, estancó la economía, la vida cultural y la modernización de China. El intelectual, economista y eximio concertista mexicano Carlos Prieto, fue testigo del vandalismo que afectó a las artes chinas. En su libro Por la milenaria China. Historia, vivencias y comentarios, nos señala las prohibiciones de interpretar música clásica occidental, cuestionar autores teatrales- por una obra teatral, intitulada "Hai fue destituido", escrita por Wu Han, escritor y vicealcalde de Beijing, hacia fines de 1965, hizo estallar la Revolución Cultural- siendo los intelectuales los blancos preferidos de la fiscalización por los Guardia Rojos. Prieto consigna que, "las universidades chinas estuvieron casi totalmente cerradas de septiembre de 1966 a febrero de 1972.El número de estudiantes inscritos en instituciones de educación superior se redujo de 962.000 en 1960 a ¡48.000! en 1966". Se revisaron obras musicales, bajo el sesgo descrito, se mantuvo el piano, porque Mao intervino que la ópera "El fanal rojo", fuera transcrita para ser interpretada con dicho instrumento. La Orquesta Central de Shangai pudo convencer a la mujer de Mao, que el sonido que le molestaba era proveniente de las tubas y no de los trombones, etc. Algunos de los maestros musicales chinos, que conoció Prieto, y que fueron vejados, relegados o presos, después de 1976 fueron reintegrados a sus puestos y reconocidos.
Los Guardia Rojos fueron reprimidos en 1968 por Lin Biao, quien murió en un accidente aéreo, en un intento de tomar el poder total en China, y ser denunciado por su hija Dodo, ferviente maoísta. Fue gracias a Zhou, que sobrevivió como primer ministro la Revolución Cultural, que Deng Xiaoping, fuese reincorporado al Partido y sus cargos en 1973. Después de un corto gobierno de Hua Guofeng, entre 1976-1978, este último año ascendió al cargo principal de la República Popular China Deng Xiaoping, el hombre que había señalado la necesidad de las cuatro modernizaciones de China. Empero, la Revolución Cultural y el Libro Rojo, habían puesto su eje en la política revolucionaria en vez del crecimiento económico para mejorar la calidad de vida del pueblo chino. El nuevo líder Deng, asumía la conducción de China, cuando ésta ya se incorporó a las naciones como potencia nuclear-1964- y su ingreso a la ONU- 1971- y tuvo que afrontar dos episodios violentos: en 1979 una incursión punitiva contra Vietnam, que había ocupado Camboya y expulsado al Khmers Rouges-Jemeres rojos- que habían llevado bajo Pol Pot un genocidio en la nación camboyana- y, en 1989, la violenta represión a los jóvenes reunidos en la plaza de Tiananmen, que reclamaban libertad y democracia. Aspectos que contribuyeron a vincularlo con las orientaciones conservadoras dentro del comunismo chino, aunque en materias económicas fue un convencido de ciertas liberalizaciones. En la URSS, Gorbachov abogaba, mediante la perestroika (reconstrucción) y la glasnot (transparencia) a motivar el crecimiento económico con determinadas libertades individuales. La visita de Gorbachov a Beijing, aceleró la distensión entre ambas potencias comunistas, pero la circunstancia que miles de estudiantes ocupaban la plaza de Tiananmen, siendo aclamado por éstos, constituyó una señal de alarma para los dirigentes chinos, sobre el derrotero de la apertura iniciada en la URSS. En noviembre de 1989, la caída del muro de Berlín, fue el primer signo de la desaparición de la Europa orientada por el marxismo-leninismo.
Deng Xiaoping condujo a China hasta noviembre de 1989, ejerciendo el cargo de presidente del Comité Militar del Partido, sus planteamientos de corrección de los denominados "errores" de Mao, condujeron a una fase de rápido adelanto comercial y tecnológico a China. Deng indicaba en 1980 que China era pobre.
En los Textos Escogidos de Deng Xiaoping, cuyo tomo 3, publicado en 1993 por la Editorial del Pueblo, Beijing, encontramos los lineamientos y convicciones del líder chino que condujo a su país a su desarrollo más espectacular, buscando lo que denominó "socialismo con raíces chinas", y que introdujo profundas novedades en el mundo socialista, con el "socialismo de mercado con peculiaridades chinas". En septiembre de 1982 hablando de la "construcción nacional", fustigó los errores pasados: "Uno de los crasos errores de la "revolución cultural" fue la pérdida de diez años para la preparación de personas capaces…El camarada que a raíz del aplastamiento de la "banda de los cuatro" presidió el trabajo de la dirección central del Partido se obstinó en la línea política "izquierdista" y planteó una línea ideológica errónea, a la que se dio en llamar línea del "todoísmo"…ni siquiera el Presidente Mao, si aún viviera, admitiría eso del "todoísmo", pues no tiene nada que ver con el marxismo". A dicha posición, opuso "la realidad de los hechos, la práctica como único criterio de la verdad" que, a su juicio, era la quintaesencia del pensamiento de Mao. Para Deng, el absurdo de la "banda de los cuatro" era el denominado "socialismo de la pobreza" y un "comunismo de la pobreza". China llevaba más de 30 años de revolución y la pobreza todavía imperaba en vastas zonas rurales. No se podía hablar de superioridad del socialismo con tales datos. De ahí, el eje debía ser la construcción económica. El énfasis debían ser los recursos energéticos, el transporte y la agricultura, esta última dependería de la política a aplicar y del papel de la ciencia. La ciencia y la tecnología, "cuyo papel es infinito", afirmaría en octubre de 1982, debían sostener el crecimiento y resolver el problema de la "interrelación entre la planificación y el mercado". Había recursos humanos especializados -aun cuando debían formarse millones- pero había un despilfarro en cuanto sus especialidades, había que pasar por encima de los sectores militar y civil, y usarlos de modo descentralizado, racional y concentrado.
Los lineamientos de Deng, encaminaron a la transformación fundamental de China en el panorama económico mundial, incorporando la libre empresa y el mercado, "con características chinas". Sus expresiones -enero de 1983- de "tanto en las zonas rurales como en las ciudades debe permitirse que una parte se enriquezca primero que la otra. Es legítimo el enriquecimiento mediante el trabajo laborioso… bajo el criterio si este ha ayudado o no al pueblo a disfrutar de una vida acomodada y feliz y si ha contribuido o no al florecimiento o la prosperidad del país". Para algunos historiadores y diplomáticos occidentales, su época es equivalente al Meiji para la historia de Japón, cuando este país superó el legado feudal y se modernizó en todos los ámbitos de su vida pública.
"Deng Xiaoping condujo a China hasta noviembre de 1989 (...) sus planteamientos de corrección de los denominados "errores" de Mao, condujeron a una fase de rápido adelanto comercial y tecnológico a China "