Ingeniero comercial de la Universidad Católica del Norte y gerente general de la Asociación de Industriales de Mejillones desde hace 8 meses, José Robles Rivera dice que las relaciones comunitarias y la docencia lo han marcado en su vida personal y profesional.

Entre sus trabajos destaca el haber estado al frente de la Corporación de Desarrollo de la Provincia de El Loa - Proloa por siete años.

¿Dónde creciste y qué recuerdos guardas de tu infancia?

-Nací en Antofagasta, mis padres son de Mejillones y Sierra Gorda, y desde muy niño la familia emigró a Santiago, pero casi todos los veranos veníamos con mis abuelos que vivían en el centro de Antofagasta, recuerdo jugar en un patio grande, viendo a mi abuela hacer manjar casero en un tarro grande, o las caminatas hacia la poza chica donde pasamos tardes completas en familia, o mi abuelo haciendo te en una anafre en el liceo donde trabajaba, fueron hermosos años, disfrutando con cosas sencillas.

¿Qué te apasiona de tu profesión u oficio?

-Mi primer trabajo me marcó para toda una vida, haber sido servicio país, la primera generación fue un privilegio, desde ahí el desarrollo territorial, relaciones comunitarias y la docencia han sido mis pasiones, porque colocan a las personas en el centro del trabajo y de alguna forma siento que uno desde lo que hace, puede ayudar a otros y en ese proceso uno aprende y crece. La sonrisa de un persona, tomar el té con un pirquinero escuchando sus historias de vida, o viajar por muchos lugares desde la cordillera al mar, han sido el privilegio que la vida me ha dado.

¿Cómo recuerdas tu paso como director ejecutivo de Calama Plus?

-Fue muy interesante volver a trabajar en Proloa, institución que guardo muy buenos recuerdos, desde ahí funcionó el Calama Plus. Lo que más recuerdo fue el espacio que se me dio para volver a trabajar en la comuna y de cómo había muchas esperanzas por consolidar un camino común.

¿Cuál es el espacio de la región que más te gusta?

-Me encanta el silencio del altiplano, el sonido del viento, los colores de la pampa, combinado con las caminatas en la costa de nuestra región completan un gran panorama. Hay mucho que recorrer y soy un agradecido de poder conocer gran parte de este territorio. En lo cotidiano todas las semanas caminamos junto a mis esposa y nuestros perritos, por el río son un espacio de descanso donde vamos como "manada" a reconectarnos y recuperar energías.

¿Cuál es la principal enseñanza que te dejaron tus padres?

-Hacer las cosas porque estas convencido que es lo correcto, si esperar que los otros lo aprueben, que ser consecuente tiene costos que muchas veces se pagan en silencio, que la familia es lo permanente en la vida, e incluyo a los amigos en esta definición. Aprendí viendo a mis padres compartir con sus amigos en largas jornadas de risas y conversación que ahí esta la esencia del vivir, en el compartir con los otros.

¿Quiénes han sido tu inspiración en la vida, a quiénes admiras?

-En mi etapa de niñez mis padres, tíos y abuelos, ellos fueron sin duda un gran referente, aún recuerdo a mi madre decir " las cosas son para los que lo necesitan" esa mirada marco esa etapa y la convicción de todo una familia que la educación era el camino para progresar en la vida, en periodo de juventud diría que la mirada del padre hurtado cuando estaba en la CVX (comunidades de vida cristiana) fue muy importante me hizo pensar mucho sobre la vocación social.

¿Cómo te definirías a ti mismo como persona, cuáles son tus fortalezas y flaquezas?

-Trato de ser sencillo y directo, son de los que le gustan un buen asado junto a los amigos y la familia, y mis "perrihijos" (Hera, Valentine, J y K), creo que la disciplina y la constancia me han ayudado a ser quien soy, y más de 21 años junto a mi compañera de la vida, Angela, completa este círculo, que han formado mis fortalezas para enfrentar este recorrido, aun me falta mucho por crecer, seguir aprendiendo a mirar la vida con los ojos del otro, es algo que trato a avanzar día a día.