El 85% de los campamentos no cuenta con acceso para carros de Bomberos
PREVENCIÓN. Incendios este año han destruido más de 60 casas en asentamientos irregulares. Comandante de la institución detalla las dificultades de acceder a emergencias en los cerros.
En mayo, el fuego destruyó 42 casas y dejó 160 damnificados en el campamento Balmaceda. En junio 13 casas se quemaron en el campamento Génesis 2 con más de 50 damnificados. En octubre, otras 11 viviendas fueron arrasadas por las llamas en el campamento Rayito de Esperanza, con un saldo de 20 damnificados. Lo anterior mantiene en constante preocupación a Bomberos, por todas las dificultades que conlleva combatir un incendio dentro de alguno de los 63 asentamientos (según Catastro Minvu 2019) distribuidos en la comuna.
El cuarto comandante de Bomberos en Antofagasta, Gabriel Pinares Avendaño, aclaró que a nivel general los incendios en campamentos son emergencias complejas, principalmente por la accesibilidad de las máquinas, autoconstrucciones con material ligero, abastecimiento de agua y la cota de altura.
En este contexto, Pinares percibió con preocupación la falta de regulación del tema eléctrico en los asentamientos; condición que puede ser considerada como un detonante del fuego. Detalló que en una inspección post incendio de las 42 casas que se quemaron en mayo en el Campamento Balmaceda, se comprobó la existencia de una gran cantidad de artefactos eléctricos al interior de las viviendas, lo que reviste el peligro de sobreconsumo de electricidad, sobre todo si las instalaciones son irregulares.
Complejidades
Pinares agregó que el fin de semana, en un campamento en el sector alto de la avenida Irarrázabal, desarrollaron un trabajo de medición de acceso con unos consultores contratados por Engie, quienes son los dueños de las líneas de alta tensión. "Hicimos una medición de las calles por dónde podríamos entrar con los carros de bombas. Aquel campamento está bajo las líneas de alta tensión, entonces si en éste se llegase a producir un incendio, lo primero es buscar la entrada para las máquinas. Existe un acceso que es demasiado corto, y por las noches, cuando ocurren normalmente los siniestros, hay vehículos estacionados por ambos costados", afirmó.
"A la complejidad anterior, le sumamos que el abastecimiento de la red de emergencia se encuentra a dos cuadras más abajo, lo que me obliga a tener máquinas con una buena capacidad de expulsión para enviar el agua, a través de convoy, a los carros que están posicionados más arriba. Al no poseer el campamento una entrada expedita, significa que desde ese punto tendré que alcanzar a la parte dónde está el incendio, tirando líneas de mangueras. Estamos hablando de más de 350 metros de extensión de manguera, en una pendiente. No es tarea fácil para el personal. Sumemos la construcción ligera de los asentamientos, donde el avance del fuego es más rápido y la altura geográfica donde el viento es más fuerte. Por efecto de las quebradas el viento cambia en forma radical. Si el fuego llega al tendido de alta tensión agudiza la complejidad porque el fuego podría hacer un arco voltaico con la línea de alta tensión, lo que es sumamente peligroso", detalló.
Accesos
Pinares Avendaño sostuvo que dentro de los campamentos con accesos más complejos sobresale el "Génesis 2", donde ni siquiera cabe un vehículo. "Los carros llegan a cierta parte, y luego son las mangueras las que tienen que alcanzar. En algunas ocasiones los mismos pobladores han derribado casas para avanzar. Hay excepciones como un campamento en el sector de la Villa El Salto, donde estaba demarcado por dónde debe entrar el carro de bomba. El 90% o el 85% de los campamentos en Antofagasta no cuentan con un acceso para las máquinas de emergencia de mayor envergadura, tal vez una ambulancia podría entrar u otro vehículo de ese tipo, pero no un carro de bomba", afirma.
Otra dificultad es el abastecimiento de agua, porque los grifos siempre están varias cuadras más abajo.
Lo ideal, dijo, es que el carro de bomba llegase lo más cerca del fuego; que se despliegue el material correctamente y se comience a controlar y extinguir el fuego. "En los campamentos no se da, aunque se sepa donde posicionar la máquina muchas veces será a más de 50 metros o a más de 100 metros del fuego. Para un incendio en campamento además se necesita personal. Esos cinco o seis bomberos por carro, si quedan a 100 metros del fuego, terminarán reventados. Y no en todos los campamentos la gente es empática con nuestro trabajo. A nosotros nos ha pasado de todo, desde agresiones hasta personas preguntando en qué ayudo", sostuvo.
"Algunos critican porque llegamos tarde, y uno les contra pregunta, llamaron a bomberos o se quedaron grabando con el celular en vez del llamar", afirmó.
"Los carros llegan a cierta parte, y luego son las mangueras las que tienen que alcanzar. En algunas ocasiones los mismos pobladores han derribado casas para avanzar"
Gabriel Pinares, cuarto comandante de Bomberos de Antofagasta