Robos e inseguridad en nuestras calles
La propiedad privada del sector central ha sido vulnerada en repetidas ocasiones por delincuentes que rompen, trepan, descerrajan y roban. Las autoridades, Carabineros y PDI, tienen que revisar el trabajo de seguridad, pero también los vecinos deben estar organizados, porque el control del delito es una tarea de todos.
Suplementeros del centro de Antofagasta denunciaron una seguidilla de robos a sus kioscos. Vecinos de Calama, también en el casco central, aseguran que viven con el corazón en vilo producto de los asaltos e incluso balaceras que se han presentado en las últimas semanas. Dos casos en que la seguridad ciudadana vuelve a preocupar y exige una mayor dedicación de las autoridades para dar respuesta y controlar lo que está ocurriendo en las ciudades cabeceras de la región.
Es preciso señalar que durante los peores meses de pandemia el delito estuvo bastante controlado, pero al finalizar las cuarentenas y el toque de queda, se produjo un alza la que se ha mantenido hasta estos días.
Lo que preocupa es que en ambos casos ya no se trata solo de ladrones que aprovechan descuidos, o que atacan flancos débiles de los locales comerciales y viviendas. Por el contrario, en la capital regional se dan el tiempo de cortar los candados con herramientas, mientras que en Calama se han visto a delincuentes portando escaleras y herramientas de corte para cometer los delitos.
Es decir, hay poco temor a ser sorprendidos, porque quién podría explicar el portar una escalera durante la tarde-noche.
Actúan con absoluta impunidad y sólo con la labor de paralaje de Carabineros o la alerta que puedan entregar los vecinos o transeúntes se podría aportar para poner freno a estos actos de delincuencia que lamentablemente se están repitiendo con frecuencia.
Una de las suplementeras que sufrió el robo y daño de su kiosco, comentó que vecinos vieron a sospechosos rondando por el sector, pero que no hicieron la denuncia, porque no los vieron en la comisión del ilícito.
Es allí que falta la organización y las recomendaciones para poder actuar en situaciones similares. Aprovechar la tecnología de la comunicación y mantener permanente contacto entre quienes componen el barrio o vecindario.
Junto a ello crear alarmas y saber reaccionar ante situaciones sospechosas y determinar la mejor forma de alertar a los vecinos. Se recomienda siempre no enfrentar a los delincuentes y en ese sentido la disuasión es el mejor camino para evitar los delitos.
Las autoridades, Carabineros y PDI, tienen que revisar el trabajo de seguridad, pero también los vecinos deben estar organizados, porque el control del delito es una tarea de todos y todas.