Estudio revela falta de datos sobre impacto de la pandemia en pueblos indígenas
COMUNIDAD. Análisis del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas (CIIR) para comprender los factores sociales y culturales de los pueblos originarios para hacer frente a la emergencia.
Las determinantes sociales que permean a los pueblos originarios, en un escenario de crisis como el causado por la pandemia, profundizan la vulnerabilidad de sus integrantes, sostiene parte del informe denominado "Covid-19 y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes en Chile", elaborado por el Centro de Estudios Interculturales e Indígenas (CIIR).
El estudio, que se dio a conocer a inicios de mes , fue elaborado por investigadores de la Universidad Católica (UC), de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano (UAHC) y de la Frontera (UFRO). Uno de los objetivos generales del análisis consistió en abordar los determinantes sociales y factores culturales de los pueblos indígenas y afrodescendiente en Chile para enfrentar la pandemia. "El factor clave en este ámbito es la inexistencia de datos confiables sobre la incidencia del covid-19 y proceso de vacunación en población indígena y afrodescendiente a pesar de la existencia de la Norma 820", dice parte del documento, sobre un estándar de información que obliga a los prestadores de salud a cumplir con la pregunta para el registro de la variable de pertenencia a pueblos originarios.
Hallazgos
Entre otros de los problemas identificados, el informe considera insuficiente pertinencia de políticas de salud, desconocimiento sobre epidemiología de pueblos indígenas y afrodescendientes, limitadas atribuciones de los servicios de salud de tipo intercultural y supremacía del enfoque biomédico y baja valoración y conocimiento de enfoques de salud indígena y afrodescendientes.
La focalización del estudio abarcó un total de 37 comunas, pertenecientes a 12 regiones del país: Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta, Atacama, Valparaíso, Biobío, Araucanía, Los Ríos, Los Lagos, Aysén, Magallanes y la Antártica Chilena y Metropolitana. Las localidades se seleccionaron a partir de criterios demográficos, tales como el porcentaje de población indígena, de ruralidad, índice de pobreza multidimensional y tasa de incidencia covid-19 acumulada a diciembre de 2020.
"La incidencia en esta población estaba invisibilizada y desconocida debido a la falta de información. Podemos afirmar que no se cuenta con datos estadísticos sobre la incidencia de la pandemia pues la pregunta de pertenencia a un pueblo indígena, a pesar que estar incorporada en los sistemas de registros, no se realiza de forma adecuada y muchas veces no se pregunta. Respecto al pueblo afrodescendiente no existe la variable en el sistema. Por lo cual, no existe información cuantitativa fidedigna sobre cómo se ha comportado el covid-19 en la población indígena y afrodescendiente, en cuanto al número de contagios, fallecidos y vacunados. Esto dificulta la generación de medidas pertinentes cultural y territorialmente", explica la antropóloga Francisca de la Maza, académica de la UC y quien encabezó el estudio.
Según el Censo de Población y Vivienda 2017, en Chile un total de 2,1 millones de personas declaró pertenecer a un pueblo originario. La mayoría identificada como parte del pueblo Mapuche (1,7 millón), Aymara (156 mil) y Diaguita (88 mil).
Escasa pertinencia
Según el equipo académico, al hallarse lo indígena invisibilizado no existen medidas culturalmente pertinentes, lo que abarcaría desde los mensajes que se entregan, las medidas de cuarentenas, y estrategias sanitarias que no tenían llegada o sentido en estos territorios. "Los mensajes emanados desde las instituciones de salud muchas veces se vuelven lejanos o imposibles de llevar a la práctica. Como en el caso restricciones de movilidad en lugares donde los pequeños agricultores o comerciantes deben acercarse a las zonas urbanas a vender sus productos o donde la movilidad es parte de su forma de vida como en el norte o en los canales australes", sostiene Natalia Caniguan, investigadora del CIIR.
"Hubo comunidades que se aislaron por un tiempo debido a barreras propias, cerrando sus comunidades, pero cuando llegó el virus se diseminó de forma explosiva contagiando a mucha gente. Esto se ha observado en varios territorios, sobre todo en comunidades más pequeñas y aisladas (…) No es lo mismo contraer el covid en una zona rural donde la posta más cercana está a dos o tres horas. Te ves mucho más afectado ya que no puedes cuidar a tus animales y huertos para seguir alimentándote por ejemplo como se observó en comunidades del norte", añade Caniguan.
Respuesta sanitaria
Desde la seremi de Salud informaron que la campaña de vacunación dirigida a la población de pueblos originarios se ha focalizado a través de los Centros de Salud Familiar (Cesfam) de Calama. Estos centros de cuidados primarios atienden bajo la modalidad de rondas de salud rural la zona de Alto El Loa, y a través del consultorio rural de San Pedro de Atacama, que está encargado del sector denominado Atacama La Grande.
Adicionalmente -como una forma de apoyar este proceso- la autoridad sanitaria desarrolló tres operativos especiales de vacunación en la comuna de San Pedro de Atacama, donde se concentra la mayor cantidad de población, comentaron desde esta entidad.
"En estos operativos de vacunación se ha llegado a poblados como Peine, Socaire y Toconao, entre otras localidades de Atacama La Grande, lo cual ha permitido avanzar significativamente hasta lograr la cobertura de 92,6% (población que ya cuenta con su esquema de vacunación completo) en la comuna de San Pedro de Atacama", agregaron.