Refugio para migrantes recibe variadas muestras de solidaridad
CRISIS. Operación hasta 24 de enero mantiene en incertidumbre ayuda humanitaria.
La dura travesía del flujo migratorio en tránsito por Antofagasta, que alberga el Centro de Primera Estadía, registra en los últimos días una pausa con ambiente navideño que ha incluido muestras de afecto y solidaridad hacia las familias que alberga el recinto.
El albergue, ubicado en la salida sur de Antofagasta y en las cercanías de la caleta Coloso, alistaba la salida del quinto grupo de familias migrantes en dirección a la zona centro sur del país. Según la Fundación Corazones Unidos (FUC), desde el 1 de noviembre pasado el recinto ha recibido a 189 migrantes. Mientras que en total esta entidad ha logrado el traslado a Santiago de 264 extranjeros en buses de transporte de pasajeros, considerando los derivados desde otros centros de ayuda humanitaria en la ciudad.
En el refugio, que gestiona la FUC, comentan que independientemente de que las familias migrantes se encuentren en tránsito, los menores de edad tienen plena conciencia de la llegada de la navidad. Incluso han creado cartas para Papa Noel con sus encargos de regalos.
Solidaridad
Como una demostración de aprecio hacia las familias migrantes del refugio, la tarde del miércoles grupos de motociclistas visitaron el Centro de Primera Estadía acompañados de un Santa Claus, que llegó también al recinto a bordo de una motocicleta. Se sumaron a esta actividad solidaria integrantes de asociaciones de autos adaptados y potenciados (tuning) de la ciudad. En medio del entusiasmo de los residentes transitorios del refugio, los miembros de estas organizaciones pasearon a los menores de edad en sus vehículos.
Para Claudia Abarca, a cargo de la gestión del Centro de Primera Estadía de Antofagasta, resulta necesario aportar con este tipo de ambientación y actividades navideñas para las familias que alberga de manera transitoria el recinto.
"Estas fechas resultan sensibles para todo ser humano. La celebración de Navidad da esperanza, más aún para las familias que se encuentran en el albergue. Tenemos niños en el refugio, y muchos no entienden lo que les está pasando. Solo siguen a sus padres, quienes buscan lo mejor para ellos ¿Por qué cómo explicarles a los niños que no van a tener una fiesta navideña por estar migrando? Muchas familias vienen migrando por largo tiempo, incluso hasta por cinco años. Por eso es necesario que hagan este paréntesis", afirma.
"Fue fabulosa la tarde. Tanto los padres como los niños vivieron un momento mágico. Se les entregó regalos a los niños y pasearon en las motos y escucharon los autos sonar a gran potencia (…) Para el último grupo que partió con dirección a Santiago programamos el viaje para este jueves, justamente para que no estuvieran viajando en Navidad. Todos parten con mucha ilusión", agrega. El recinto se ha ambientado con motivos navideños para recibir y despedir a quienes pasan por el refugio, donde se han preparado almuerzos y cenas navideñas.
Cierre de albergues
Abarca, en tanto, muestra su preocupación por que el Centro de Primera Estadía de Antofagasta terminará sus operaciones el 24 de enero próximo. El albergue, que se habilitó como una respuesta del Gobierno a la crisis humanitaria de la frontera norte, comenzó sus operaciones a fines octubre pasado con una extensión programada de tres meses. El próximo cierre del Centro de Primera Estadía se suma al término de funcionamiento a fin de mes del refugio para migrantes del Arzobispado de Antofagasta, ubicado a pasos del terminal de buses cardenal Carlos Oviedo Cavada de Antofagasta. Este recinto, desde su inicio de operaciones en septiembre pasado, ha brindado refugio transitorio a más de 500 migrantes.
"El ingreso de migrantes por Ollagüe ha disminuido, pero en Colchane sigue fuerte. Ahora que se está cerrando el albergue Alberto Hurtado de la hermana Miriam (de Arzobispado de Antofagasta), es un caos, porque ellos son los que otorgaban mayor cantidad de albergues", afirma Abarca.
Mientras en una conversación reciente con "El Mercurio de Antofagasta" Jonathan Cifuentes, a cargo del albergue Padre Alberto Hurtado reconoció el difícil escenario que enfrentará el flujo migratorio tras el cierre del recinto. "La crisis va a aumentar, esto no va a parar. Aumentará la gente en la calle, durmiendo en las playas y en las plazas, porque el albergue se cierra y el Centro de Estadía funciona con ciertos requisitos", opina.