Agencias/Redacción
Un "preso modelo" es considerado en la cárcel romana de Rebibbia, el excapitán Francesco Schettino, condenado a 16 años de prisión por el naufragio del crucero Costa Concordia en 2012, en el que murieron 32 personas.
Según señalaron sus abogados al diario "La Stampa" ayer, Schettino, de 61 años, pasa el tiempo en el recinto penitenciario cursando estudios universitarios de Derecho y Periodismo.
"La gente no puede creerlo, pero yo también tengo pesadillas. No me he olvidado de las 32 víctimas del Concordia, pero tampoco de haber sido tratado como un chivo expiatorio", señaló el excapitán a través de sus defensores.
Schettino fue condenado por los delitos de naufragio y homicidio culposo, lesiones, abandono de la nave y por no haber informado inmediatamente a las autoridades portuarias de la colisión contra el escollo que provocó el accidente la noche el 13 de enero de 2012 junto a la isla toscana de Giglio.
"NO se buscó la verdad"
El próximo 17 de mayo se cumplirán cinco años de su condena, un tercio de la pena, por lo que el excapitán podrá solicitar beneficios en el cumplimiento de la pena en prisión, mientras espera la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos sobre la revisión de su juicio.
Donato Laino, su abogado, explicó que el excapitán "ha hecho y sigue haciendo un camino psicológico difícil. En el fondo también es un náufrago, piensa y piensa en aquella maldita noche y en aquellos 32 muertos. Él es el único que paga con la cárcel, pero la verdad es que en el origen del naufragio hubo un error organizativo. Se ha querido buscar un culpable, no la verdad".
Por su parte, el capellán del recinto penitenciario, Lucio Boldrín, aseguró al diario italiano que el diario.
"Es muy amable y respetuoso con los demás detenidos (...). Está muy ocupado en los dos cursos universitarios y creo que su actitud es edificante. Me ha dicho que no quiere desperdiciar su tiempo en la cárcel y que por lo tanto lo utiliza con fines reeducativos", sostuvo .
Añadió que Schettino "es muy querido por los demás detenidos" y que también dedica su tiempo a practicar deportes, a las lecturas en inglés y a la colaboración con el periódico impreso de la cárcel romana de Rebibbia.
Naufragio
El naufragio del Costa Concordia se produjo al pasar frente a la isla toscana de Giglio, cuando el barco se aproximó para "saludar" a la costa, siguiendo la tradición marinera, pero chocó contra las rocas y en los angustiosos momentos en los que los pasajeros y la tripulación salían del buque o rescataban a otros, Schettino ya se encontraba a salvo en tierra, donde había llegado a bordo de un bote tras la colisión.
De esta manera, muchos murieron en el accidente en el que hubo cerca de 4.200 evacuados. Lamentablemente, algunas de las víctimas no fueron localizadas hasta que el crucero fue remolcado en octubre de 2014 al puerto de Génova, en el noroeste de Italia. Tal es el caso del camarero indio Russel Rebello, reconocido con pruebas genéticas.
Sin embargo, el excapitán siempre ha sostenido que logró reducir los daños con una maniobra que acercó la embarcación a pocos metros de la costa.
Asimismo, ha defendido su inocencia culpando a su tripulación como responsables de la tragedia por no haberle advertido a tiempo de incidente. En este sentido, el excapitán fue juzgado en solitario después de que los otros cinco acusados, pactaran con la fiscalía penas que van desde un año y ocho meses hasta dos años de prisión.
El buque siniestrado era uno de los barcos cruceros más grandes de la flota de Costa Cruceros, una de las principales navieras europeas. El Costa Concordia era una nave de 114.500 toneladas y tenía capacidad para 3.800 pasajeros, y mantenía en su interior cinco restaurantes, 13 bares, cuatro piscinas y hasta un simulador de Fórmula 1.
32 víctimas fatales
13 resultaron de la tragedia del Costa Concordia, donde además fueron evacuados cerca de 4.200 pasajeros.