Exitosa maniobra despliega escudo solar del telescopio james webb
ASOMBRO. Abrir el quitasol fue como separar desde la Tierra las capas de una cebolla gigante que flota en el espacio. La operación duró dos días, fue calificada como un "hito" y permitirá mantener el instrumental en un ambiente térmico estable.
Agencias/Redacción
El quitasol o escudo solar del telescopio espacial James Webb, que protegerá al observatorio de la radiación solar y mantendrá sus instrumentos en un ambiente térmico estable, fue completamente desplegado y tensado durante este martes.
Las maniobras de esta operación -similar a separar las capas de una cebolla- duraron dos días y se dividieron en dos fases, una para estirar las tres más cercanas al Sol y otra para tensar las dos últimas.
El tensado de la última capa se completó a las 16.59 GMT, cuando, tras recibirse la confirmación, el equipo que seguía la operación desde Tierra comenzó a aplaudir y uno de los responsables felicitó al grupo: "Un trabajo bien hecho".
Desplegar el escudo de Webb en el espacio es "un hito increíble, crucial para el éxito de la misión", afirmó en un comunicado Gregory L. Robinson, director del programa Webb en la sede de la NASA.
"Miles de piezas han tenido que funcionar con precisión para que esta maravilla de la ingeniería se despliegue por completo. El equipo logró -aseguró- una de las hazañas más audaces hasta ahora para el Webb."
De hecho, "esta fue la parte más difícil de probar en tierra", según había explicado previamente James Cooper, gerente del quitasol del Webb en la NASA, con base en Goddard Space Flight Center. Tensar las cinco capas era "especialmente desafiante porque hay interacciones complejas entre las estructuras, los mecanismos de tensión, los cables y las membranas".
La transmisión
El proceso de tensado de las últimas capas que forman el escudo fue emitido en directo por la NASA y un experto explicaba los complicados pasos de la operación.
En la transmisión, además de la sala de control, se podían ver imágenes del telescopio mientras se producía el despliegue. El experto detalló que para conseguirlas tienen un sistema que recoge todos los datos que llegan desde el James Webb y con ellos se crea un imagen para ver la configuración física de lo que está pasando en el espacio.
El James Webb observará principalmente la luz infrarroja de objetos débiles y muy distantes, pero para poder detectar esas débiles señales de calor, el telescopio debe mantenerse extremadamente frío y evitar las fuentes externas de luz y calor como el Sol, la Tierra y la Luna o el propio calor emitido por el observatorio.
Esa es la misión del escudo: actuar como una sombrilla, evitar la radiación solar y proporcionar sombra a los instrumentos del observatorio.
Así, mientras el Webb orbite el Sol, a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, su quitasol -del tamaño de una cancha de tenis- siempre estará situado entre el Sol, la Tierra y la Luna y el telescopio para garantizar su estabilidad térmica.
El protector permitirá que el telescopio se enfríe a una temperatura de -223° C y que los instrumentos de infrarrojo cercano (NIRCam, NIRSpec, FGS/NIRISS) funcionen a unos -234° C a través de un sistema de refrigeración pasivo.
Por su parte, el instrumento de infrarrojo medio (MIRI) trabajará a una temperatura de -266° C, gracias a un refrigerador de helio o un sistema de refrigeración criogénica.
La siguiente etapa de maniobras del Webb será sacar el espejo primario, de 6,5 metros y compuesto por dieciocho hexágonos de berilio bañados en una fina capa de oro.
El telescopio, considerado el sucesor del Hubble, fue enviado al espacio el 25 de diciembre pasado y permitirá observar hacia atrás más de 13.500 millones de años para ver las primeras galaxias que nacieron tras el Big Bang.