Johnson planea cambiar la "cultura" en Downing Street
REINO UNIDO. Según la prensa británica, hace más de 10 años se instauró la ya tradición del "vino de los viernes" y no se detuvo durante la pandemia.
Agencias/Redacción
El primer ministro británico Boris Johnson se halla a un paso del abismo tras conocerse que las fiestas y reuniones sociales, con alto consumo de alcohol, no pararon en Downing Street ni siquiera en los momentos más lúgubres del covid-19. Por lo que sus cercanos aseguran que planea una batería de medidas para cambiar la "cultura" en la residencia oficial.
Una semana devastadora para Johnson lo dejó contra las cuerdas, incluso en sus propias filas ante una situación que indigna a todo el país.
El llamado "Partygate" amenaza con derribar al Gobierno que aún goza de una vasta mayoría parlamentaria.
La evidencia de que Downing Street era escenario de fiestas, en las que hasta llegó a participar el primer ministro, según la prensa británica, obligó a Johnson a pedir disculpas en el Parlamento y directamente a la reina Isabel II por dos festejos en pleno luto nacional por su marido, Felipe.
El presidente del Partido Conservador, Oliver Dowden, reconoció ayer que se "debe abordar la cultura" imperante en la sede del Ejecutivo, dado que fue bajo el mandato de David Cameron (2010-2016) cuando se instauró la tradición de cerrar la semana con el "vino de los viernes".
El plan en la tormenta
"El primer ministro está contrito y arrepentido por lo que sucedió, pero también está decidido a garantizar que no vuelva a pasar y abordar la cultura subyacente en Downing Street", dijo Dowden, exministro de Cultura, a la BBC.
Según la prensa británica, Johnson prepara un plan capear la tormenta: una remodelación en profundidad de su equipo acompañada por una batería de medidas populistas, que fue bautizada como "Operación Carne Roja".
Según reveló ayer domingo "Sunday Times", Johnson rechaza asumir su responsabilidad por las fiestas y acusa a sus colaboradores más cercanos, comenzado por su jefe de gabinete, Dan Rosenfield, y su secretario personal, Martin Reynolds, de no haber sido capaces de evitar las filtraciones.
Al margen de los cambios de personal, Johnson planea medidas como prohibir el consumo de alcohol en Downing Street; congelar durante dos años la tasa que se cobra a los ciudadanos para financiar la BBC; poner al ejército al frente de la lucha contra la inmigración irregular en el canal de la Mancha; agilizar los atrasos en la salud pública; y levantar las restricciones contra covid-19 el 26 de enero.