"Se preocupan por los ataques a la Convención, cuando ni siquiera son tan representativos"
El investigador y experto en ciencia de datos e inteligencia artificial (IA) de la Northeastern University, Ricardo Baeza-Yates, instaló un interesante debate en las redes sociales, cuestionando la relevancia que un estudio de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) le dio a 13 mil cuentas de Twitter que formarían parte de lo que el informe considera un ataque sistemático y organizado en contra de la Convención Constitucional.
A juicio de este académico, la investigación realizada por el proyecto de Demoscopía Electrónica del Espacio Público (Deep), pertenciente a la Pucv, cae en el mismo error que se comete al exacerbar a un puñado de violentos en una manifestación pacífica. Les da voz. De ahí que sugiera que "como este ataque es menos relevante de lo que parece, debiéramos tratar a esas personas con un poco más de indiferencia".
-¿La Convención está efectivamente bajo un ataque coordinado?
-Primero, hay que decir que los ataques existen y que se filtran en todas las direcciones. Parte importante de las redes sociales, lamentablemente, es atacar a la gente. Sin embargo, creo que no deberíamos darles tanta importancia a esos ataques porque los amplificamos. El estudio de la PUCV le da demasiada voz a un grupo minoritario de personas. Al iniciar un debate en Twitter, mi objetivo fue poner en perspectiva el volumen y representatividad de esos ataques, que para nada son un fiel reflejo de los chilenos.
-¿Se puede hacer demoscopía a partir de Twitter?
-Si bien no hay cifras oficiales, a lo más el 12% de los chilenos tiene Twitter, en su mayoría hombres jóvenes, lo que no es demográficamente representativo del país. Ahora, pasa que los encargados del estudio dijeron que son trece mil los usuarios que están atacando a la Convención, una cifra que es mucho menos representativa.
-Usted planteó, además, la posibilidad de que muchas de las cuentas a las que se refiere el estudio sean bots (programas que imitan el comportamiento humano).
-De las trece mil cuentas es probable que muchas lo sean y los bots siempre son los que más opinan. Como no son personas, pueden generar un volumen mayor de información. Están todo el tiempo haciendo retuits de ciertas cuentas y compartiendo noticias falsas. Eso quedó demostrado en el plebiscito, donde un 37% del tráfico de la derecha estaba asociado a bots que representaban un poco más del 1% de las cuentas. Pienso que un dato más relevante implicaba medir el volumen de tweets, antes que el número de cuentas totales. Posiblemente, de esos trece mil usuarios, menos de mil sean los que encabezan las publicaciones atacando a la Convención, de los cuales la mayoría podrían ser bots. Además, esos ataques significan una inversión económica, ya que los bots son bastante caros.
-La derecha financió bots para el plebiscito y, sin embargo, su derrota fue contundente
-Gastaron un montón de dinero en bots que no cumplieron su objetivo por varias razones. Es ridículo usar bots para tratar de cambiar a personas que ya tienen su opinión formada. Y esto corre para todo el espectro político. Y aunque los ataques vayan más allá de Twitter y se muevan en otros sectores, tampoco convecen. Porque el clima de polarización provoca reacciones todavía más encerradas en sí mismas. Los ataques por redes solo refuerzan los preconceptos, a favor o en contra.
-¿Qué elementos son imprescindibles en este tipo de estudios?
-No he tenido acceso al estudio, sólo a una entrevista, pero en ella hay dos elementos fundamentales no mencionados: no se habla de bots ni de la representatividad demográfica. Entonces, es como una anécdota. Como ir a una manifestación masiva donde hay veinte personas que están tirando piedras y por hablar con una de ellas, digamos que sí, efectivamente estaban tirando piedras, cuando eso todo el mundo ya lo sabe. Lo importante es que estos estudios y la ciencia en general aporten información nueva.
-¿Qué tanta incidencia tiene el mundo de las redes social sobre la calle y la cotidianidad?
-Te diría que mucha. El punto es que esa influencia no es real. Imagínate que estás caminando de noche y ves una sombra gigante delante tuyo. Probablemente te asustes, pero si miras bien, te das cuenta de que no es más que la sombra pequeña de algo que está muy cerca de la luz. Entonces, dirías, qué ridículo que fui, me estoy asustando por nada. Pasa exactamente lo mismo en las redes sociales, donde nos complicamos la vida con algo que no existe. Se preocupan de los ataques a la Convención, cuando en realidad ni siquiera son tan representativos. Cuando la gente deja de racionalizar las cosas y se olvida de los datos, no se puede discutir y, entonces, las posiciones se polarizan. Estudios como el de la PUCV sólo ayudan a esta polarización de la gente y por eso les pido que no hagan caso. Es como que alguien te provoque para que tú le golpees y caigas en esa misma violencia.
-Es fácil caer en esa dinámica
-Claro, porque quienes atacan apelan a lo emocional, a lo que más te afecta. El objetivo de los que atacan es, primero, aparecer en la opinión pública. Pese a ser muy pocas personas, tienden siempre a tener una relevancia mayor. Generan caos, discusiones y controversias que no sirven para nada, cuando todos sabemos que la democracia implica aceptar los resultados de los procesos eleccionarios y dejar que la gente haga su trabajo. Después de eso, se reeligen o se cambian. La idea no es estar permanentemente molestándolos.
-En la Convención se habla bastante de mejorar sus procesos comunicacionales. Parece que se tomaron en serio esto de los ataques ¿Deben reaccionar?
-Es que es difícil no tenerle miedo a esa sombra. Es irracional. La parte animal del ser humano. Si fuera por mí, no haría caso ni tampoco daría entrevistas, a menos que apuntaran a las cosas buenas que han hecho como Convención. Hablar de las cosas que han sido aprobadas, no acerca de las que alguien dijo que van a ser discutidas. Darles relevancia a cosas que todavía no se aprueban es perder el tiempo porque, muy probablemente, la propia Convención se encargue de dejarlas atrás. Esto mismo es lo que deberían hacer los medios de comunicación, destacar lo bueno en vez de amplificar lo malo. El papel de la Convención es autorregularse y confío en que lo hará bien.
-¿Permiten las redes sociales debates amplios y transversales?
-Lo que pasa es que nada es blanco o negro y en las redes sociales se juntan ambas cosas, aun cuando, lo negativo tiene una visibilidad un poco mayor por los bots que incentivan los ataques. Te puedo decir que en las redes se identifican, de manera clara, dos mundos, el que ataca y el que responde a los ataques de los bots, que es un intercambio que no sirve para nada. Paralelo a eso, en las redes también hay mucho diálogo por parte de personas que sí están conversando civilizadamente ¿Cuál de estos grupos pesa más? Te aseguro que son más lo que quieren dialogar. Sin embargo, los bots a pesar de ser pocos hacen mucho más ruido.
"Es ridículo usar bots para tratar de cambiar a personas que ya tienen su opinión formada. Y esto corre para todo el espectro político".