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-Otro movimiento llamado Euromaidán, que consistió en protestas contra el propio hombre que en alguna medida fue promotor de Rusia, el mismo Yanukóvich, que salió electo en 2010. Él se aleja de Rusia y empieza a hacer guiños hacia la inclusión de Ucrania en la Unión Europea. Finalmente, por presiones de Moscú, decide no ingresar a la comunidad europea y es botado por este movimiento. Desde allí empieza un viraje mucho más genérico de lo que es Ucrania hacia el mundo europeo, occidental y, particularmente, a la OTAN. Por lo tanto se ve a Ucrania ya alejada, incluso hostil. Una campaña que la televisión rusa hizo patente y constante desde el inicio, diciendo que son nazis, títeres de Occidente y anti rusos, generando estas condiciones. Entre tanto se produce la sublevación de Crimea. Aquí vale la pena destacar que toda esta zona, la ex Unión Soviética y todas las repúblicas, es heterogénea. Más allá de tener una nacionalidad preponderante, tienen otras nacionalidades viviendo en su territorio, que vienen inicialmente desde otra parte. Entonces se produce un levantamiento en Crimea, fundamentalmente de rebeldes, que lleva a la guerra, y al igual que lo que está pasando actualmente, Rusia dice defender a los hablantes rusos, a sus connacionales. Entonces toman Crimea, se produce la liberación, en el sentido de estos movimientos separatistas, y llaman a un plebiscito con ocupación rusa para después unirse a la Federación Rusa. Con esto anexan Crimea y quedan con un dominio importante geoestratégico en la zona.
-¿Hubo otros elementos?
-Sí, antes de eso, en 2008. Ya Rusia había tenido una guerra con otro país ex URSS, Georgia, fundamentalmente por lo que eran las zonas de Abjasia y Osetia del Sur. En ese sentido, se generó también un apoyo de Ucrania a Georgia, y a Rusia no le fue muy bien militarmente. Sin embargo, tras esto se desarrolla enormemente a nivel de tecnología y de armamentos, y hoy se encuentra mucho más empoderada y con una planificación hecha durante mucho tiempo de esta invasión. Incluso Estados Unidos no toma en cuenta un memorándum que le manda el Kremlin en 2021, donde le planteaba directamente detener la ampliación de la OTAN, suspender los proyectos de infraestructuras militares en territorios de la antigua URSS, el cese de la asistencia militar a Ucrania y la eliminación de los misiles intermedios en Europa del Este. Rusia incluso empezó a guardar recursos económicos, previendo las sanciones que se le están imponiendo actualmente, lo que da cuenta de que era una situación que venía planeando hace mucho tiempo.
-¿Cuáles fueron las razones de fondo para planear esto?
-Más allá de la consideración de un problema de seguridad nacional por tener a la OTAN en sus fronteras si Ucrania ingresaba, es fundamentalmente un tema de ascensión rusa como potencia mundial, esa aspiración de regenerar desde la perspectiva del siglo XXI la antigua Unión Soviética, con esa actitud imperial zarista. También tiene mucho que ver con empoderar la figura autoritaria del propio Putin, este hombre que maneja el partido a sus usanzas, que cambia la Constitución para seguir en el poder, que se muestra como el patriarca de Rusia. Ese es el escenario general en el cual se da.
-¿Cree que este conflicto puede escalar o se mantendrá en esa zona de Europa?
-Es difícil saberlo, no creo que haya un conflicto a gran escala, pero hoy no hay nada que determine que no pueda haber una intervención mayor. Si hay problemas humanitarios, como una crisis de refugiados, con otras Repúblicas que están por allí en el contorno, temas de abastecimiento energético, por nombrar algunos, puede aumentar su potencialidad.
-¿Si esto estaba planificado desde hace tanto tiempo, por qué no se intervino antes?
-Estamos viviendo en un mundo desordenado. Entraron a gobernar una serie de liderazgos populistas autoritarios en el mundo, como Donald Trump, Boris Johnson, Jair Bolsonaro, liderazgos que no tienen una perspectiva estratégica del mundo, como sí la tenían Barack Obama o Angela Merkel. Tampoco hubo una capacidad de actuación y un interés de ver. Más bien estaban interesados en sus propios elementos transaccionales. El otro tema es que después de la caída del Muro de Berlín y el fin de la Unión Soviética, si bien Estados Unidos queda como la única superpotencia, no tiene una hegemonía global. Hoy comparte ese dominio internacional con potencias ascendentes como China, que tiene un nivel de influencia increíble en el mundo. También está obviamente Rusia, que si bien quedó cercenada, empezó a recuperarse con Putin, generando una Rusia más contenta consigo misma, resurgiendo el orgullo nacional de la mano de un crecimiento económico y militar. India, aunque más retrasada, también está tomando un papel importante, de aquí a algunos años va a ser el país más poblado del mundo y es una potencia nuclear y tecnológica. Irán también tiene un alto nivel de influencia, Turquía lo mismo. Entonces no estamos viendo eso de que se cae una superpotencia y sube otra. Hoy convivimos con países relevantes de distinta índole que cuesta ordenar. Entonces sin ese orden y una agenda común, es difícil haber previsto algunos elementos esenciales de la forma de resolver conflictos de Rusia y haber tenido una injerencia mayor en lo sucedido en Crimea, que es exactamente lo mismo que está pasando ahora. También es factor el desmedro de los organismos multinacionales bajo el gobierno de Trump.
-¿Entonces cree que terminará pasando lo mismo con Crimea? ¿Una anexión de parte de Rusia?
-Creo que será una modalidad similar pero un poco distinta. Me parece que Donetsk y Lugansk no serán anexados a la Federación Rusa porque sería comerse la torta altiro, pero sí se convertirán en repúblicas independientes. Pero a lo que apunta Rusia, me parece, es a instaurar un nuevo Gobierno en Ucrania que sea más pro ruso. Ahora, esta crisis podría acelerar la asunción de ese nuevo Gobierno, pero este no contaría con la consistencia y la legitimidad de un gobierno electo en situaciones normales, democráticas, y eso es un tema complejo. Mucha gente podría optar por ese eventual gobierno como única opción a la paz, pero no tendría un apoyo global, porque insisto son países nuevos pero muy nacionalistas.
-¿Qué es exactamente lo que quiere Putin, entonces?
-Lo que creo que quiere Putin es una Federación Rusa ampliada, liderar la soberanía de estos países y manejar su política exterior. Esa es su aspiración. Después están los temas económicos, como los corredores de gas, y temas energéticos.
-¿Cómo evalúa la reacción de Occidente?
-Ha sido la adecuada, en parte. Esperan detener la guerra a partir de amenazas disuasivas como sanciones económicas y diplomáticas, apuntando a la oligarquía de Moscú y a la KGB. Sin embargo, no respondieron el memorándum del 2021 que comentaba antes. Me parece que estaban muy confiados en que Putin no iba a tomar esta determinación. Quizás podrían no haber promovido la inclusión de Ucrania a la OTAN pero sí a la UE, una opción intermedia, o desistir de sus instalaciones militares en territorios de la ex URSS. Me parece una reacción adecuada, pero débil frente a la voluntad mostrada por Putin. El mundo Occidental, o más bien de la OTAN, todavía no ha logrado ordenar el mundo para que se coloquen detrás de ellos y hay un escenario abierto en ese sentido. Todos los países deberían preocuparse porque el derecho internacional y la soberanía no son una virtud, sino que una necesidad. Y eso es un tema no menor y que hay que tomar en cuenta. Hay pocos liderazgos estratégicos en el mundo actual, que influyan en la política mundial. Creo que la última fue Merkel.
-Y en ese sentido, ¿qué rol debe jugar Joe Biden?
-Él tiene muchos elementos positivos, es un demócrata y ve esta cuestión así, desde una mirada de los derechos humanos y la solidaridad. Pero también lo ve estratégicamente, debe pensar qué va a hacer con otras potencias cuando hagan y deshagan, como lo que podría hacer China con sus propios conflictos. Si no hay una actuación fuerte, capaz de consolidar ciertos principios básicos de la convivencia internacional, el mundo va a caer en un desequilibrio, y eso Biden lo tiene claro. El tema de fondo es ver cómo actúan internamente los republicanos, que hoy en día han estado secuestrados por el trumpismo, y cabe recordar que Putin y Trump eran cercanos. Incluso Putin fue un factor en su triunfo sobre Hillary Clinton, por lo mismo es interesante ver que pasa al interior de Estados Unidos también.
-¿Qué tan preponderante ha sido la personalidad de Putin?
-Ha sido importante. Putin es un hombre autoritario, muy fijado en sus ideas y con un especial interés por Ucrania, casi patológico. Lleva una serie de años en el poder, tiene la visión estratégica rusa de recobrar el poderío de la ex URSS y de una Rusia imperial. En ese sentido, considera que Rusia debe tener a las ex repúblicas soviéticas como aliadas y debe cumplir el papel de intervenir directamente en su política exterior y en los niveles de alianzas que establecen con otros estados soberanos. Ve aquí un desafío estratégico para su desarrollo en términos de potencia mundial. Entonces su personalidad juega mucho. Es una persona egocéntrica, ordenada, esbelta, deportiva, que se exhibe a torso desnudo andando a caballo en la estepa o practicando judo a sus 70 años, es como la figura del héroe nacional. Ha influido mucho en este tema, no hay nadie que lo contradiga por el miedo que hay hacia él. No solo tiene el control del Gobierno y el partido, sino que también de los medios. Es una especie de servicio secreto al mando. Hay un elemento mesiánico en él, de gente que cree que está por encima del bien y el mal, de la ciencia, del derecho, que no se rige por las normas.
Las huellas de la guerra se extienden por el territorio de ucrania tras la invasión rusa.
"Fundamentalmente es un tema de ascensión rusa como potencia mundial, esa aspiración de regenerar desde la perspectiva del siglo XXI la antigua Unión Soviética, con esa actitud imperial zarista".
"Lo que creo que quiere Putin es una Federación Rusa ampliada, liderar la soberanía de estos países y manejar su política exterior. Esa es su aspiración. Después están los temas económicos, como los corredores de gas, y temas energéticos".