Resistencia ucraniana impide que fuerzas rusas logren el control de ciudades claves
OPERACIÓN. El Kremlin admitió, por primera vez, tener bajas y prisioneros durante la invasión. La OMS advirtió escasez de oxígeno en hospitales locales.
Ataques del ejército ruso a instalaciones energéticas, dependencias militares e incluso escuelas hubo entre la noche del sábado y la jornada del domingo en las principales ciudades ucranianas, en especial sobre la capital Kiev, en la continuación -por cuarto día consecutivo- de la ofensiva militar de Moscú sobre Ucrania, ordenada por el presidente Vladimir Putin.
No hay avance
Sin embargo, las hostilidades -que continuaban pese al anuncio de un primer acercamiento entre ambas partes a partir de este lunes en la frontera con Bielorrusia- no han podido traducirse en un avance definitivo de las fuerzas rusas sobre la capital, en parte por la resistencia que han puesto el ejército local y las milicias ciudadanas convocadas por el gobierno de Volomir Zelenski, que incluyó la entrega de más de 50 mil armas a vecinos y vecinas.
Tampoco han podido hacerse del control de ciudades estratégicas como Járkov, situada en noreste de Ucrania, a unos 40 kilómetros de la frontera de Rusia, que continúa en manos ucranianas.
"¡El control sobre Járkov es completamente nuestro! Las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y las Fuerzas de Defensa están trabajando y la ciudad está siendo completamente limpiada de enemigos", escribió en Telegram Oleg Sinegúbov, jefe de la administración de la región de Járkov.
Según el responsable del Ejecutivo regional, "el enemigo está completamente desmoralizado" y ha abandonado vehículos blindados en las calles de Járkov, pese a que en un inicio de había informado la irrupción de unidades de combate ruso en la urbe.
Además, el Ministerio de Defensa de Rusia reconoció ayer por primera vez la existencia de muertos, heridos y prisioneros durante la "operación militar especial" en Ucrania. "Lamentablemente tenemos camaradas muertos y heridos", declaró el vocero del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konashénkov, sin especificar el número de bajas, que según informaciones ucranianas llegarían a cerca de 3 mil soldados rusos.
Konasénkov también reconoció la existencia de prisioneros de guerra rusos detenidos por las fuerzas ucranianas, denunciando mal trato de sus militares apresados. "Sabemos cómo tratan los nazis ucranianos a los pocos militares rusos que son hechos prisioneros. Y vemos que los maltratos y las torturas son las mismas que utilizaban los alemanes nazis y sus colaboracionistas durante la Segunda Guerra Mundial", denunció, y aseguró que aquello contrasta con el buen trato que el ejército ruso ha dado a cerca de 500 prisioneros ucranianos capturados.
Ataques a escuelas
Por otra parte, la ONG Save the Children aseguró ayer domingo que al menos diez niños han muerto por los bombardeos en Ucrania por parte de Rusia, y que han incluido el ataque a seis escuelas de ese país, por lo cual insistieron en pedir el cese inmediato de la guerra para proteger a los menores de la violencia y de la vulneración de sus derechos.
En un comunicado, afirmó que los ataques a las escuelas ucranianas ponen en peligro la vida de los 7,5 millones de niños del país e insiste en que éstas deben ser espacios "seguros e inviolables" tanto para la infancia como para el profesorado, "con especial protección incluso en un escenario de conflicto".
La ONG informó la muerte de dos profesoras en una escuela de Gorlovka, en el este del país; además de una niña de siete años en el ataque a una guardería y un orfanato, en la ciudad nororiental de Okhtyrka, recordando que los ataques contra escuelas y hospitales están clasificados por la ONU como una de las seis violaciones graves cometidas contra la infancia.
Oms advierte
En la misma línea, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que las reservas de oxígeno en la mayoría de los hospitales de Ucrania podrían agotarse este lunes, por lo que pidió que se facilite un corredor a través de Polonia para poder atender las necesidades del país en guerra.
Los camiones que transportan habitualmente las bombonas de ese oxígeno no están pudiendo llegar a los hospitales, incluyendo en la capital Kiev, y algunos centros ya han agotado sus existencias, lo que pone "miles de vidas en riesgo", destacó la organización, que alertó que unos 1.700 pacientes hospitalizados en el país con COVID-19 podrían necesitar este oxígeno, así como personas con enfermedades críticas, heridos, enfermos crónicos o madres y niños tras complicaciones en el parto.