Pablo Gómez Gómez.
El masivo retorno a clases presenciales y los últimos días que restan de verano, motivaron el retiro de los veraneantes y carpistas instalados en las zonas costeras de la comuna. No obstante, no ocurrió así en todos los sectores, incluso, vecinos de Llacolén y El Huáscar, denuncian que el acopio de basura continúa, junto con algunos grupos de personas.
Pese a la salida parcial de los carpistas, aumentó la presencia de personas en situación de calle que pernoctan en el borde costero, lo que también ha propiciado la acumulación de residuos en distintas zonas.
Sector sur
Uno de los sectores más impactados por este fenómeno es El Huáscar, lugar que todavía mantiene una significativa cantidad de carpistas instalados con sus vehículos y rodeados por desperdicios.
Un habitante de la zona, David González, comentó que la mayoría de personas continuó en el sitio después del último fin de semana de febrero, y aseguró que parecía una "asociación de ramaderos", debido a que había más de 15 carpas rodeadas con malla raschel.
"Al otro día los basurales son asquerosos. Desde el Colegio Ice y hasta El Huáscar, lo han rellenado con basura y escombros. Todos los días ves que alguien está botando basura, y los carpistas del frente, que no tienen baños, hacen sus necesidades ahí. Es asqueroso, no se puede salir", lamentó González.
Otro de los lugares más afectados por la masiva llegada de carpistas, es Llacolén, que tuvo un considerable abandono de veraneantes el fin de semana. Pese a ello, un grupo de personas se quedó hasta el miércoles, también rodeados por unas mallas raschel que cercaron varias carpas, utilizando una como "baño".
Al respecto, Claudia Bravo, vecina del sector, dijo que la principal problemática es la suciedad y los malos olores -que todavía persisten-. Esto quedó en evidencia con el retiro casi total de los carpistas, que permitió observar con claridad el mal estado de la playa producto de la contaminación. Por último, explica que la otra preocupación que emerge entre los habitantes, es un ruco que se mantiene en la zona, y que no tendría intenciones de movilizarse.
Juan López
Un caso distinto es Juan López, al menos, con la desocupación de la playa al finalizar febrero, aunque mantiene la tónica del resto de la comuna respecto a la acumulación de desperdicios, en especial luego del último fin de semana, cuando los veraneantes colmaron la zona, abandonándola con restos de bebidas alcohólicas y otros desechos.
Ligado a esto, Gina Zoffoli, veraneante de dicho balneario, comentó que "el lunes ya no habían carpistas (...) Estuve 40 días y no hubo ninguna fiscalización, la basura siguió exactamente igual. El problema es que los contenedores que estaban antes, los pusieron todos en la calle principal y el camión ya no bajaba (a la playa)".
"Aunque los carpistas subían con sus bolsas, no había donde ponerlas y ahí quedó el basural armándose con plagas de palomas, gaviotas y ratones", añadió.
Rucos
Respecto a la instalación de los denominados rucos, la consejera regional Katherine San Martín, aclaró que "va directamente relacionado con la seguridad. Cuando vemos sitios que están abandonados y no son tomados en consideración, se generan focos delictuales, lo que permite que personas en situación de calle pernocten, consuman drogas o beban alcohol".
Asimismo, aunque San Martín señaló que Gobernación Marítima tiene la potestad para detener a los individuos, apuntó principalmente a que se debe realizar un trabajo mancomunado para generar instancias de control, el cual debe ser ejecutado por todos los actores involucrados, incluyendo la Delegación Presidencial Regional, municipalidad y el Gobierno Regional.
Ante esto, sugirió que Gobernación Marítima debería movilizar a las personas para que el municipio tome acciones, y en caso de que no tenga recursos, presente un proyecto al Core. "Nos va a generar un problema adicional ver dónde podemos prestar un espacio, por lo que la Municipalidad va a tener que hacerse cargo de este problema. Y por otra parte, entregamos el mensaje de que no queremos más inmigración irregular", zanjó.
"Al otro día los basurales son asquerosos. Desde el Colegio Ice y hasta El Huáscar, lo han rellenado con basura y escombros. Todos los días ves que alguien está botando basura".
David González, Vecino de El Huáscar
"Aunque los carpistas subían con sus bolsas, no había donde ponerlas y ahí quedó el basural armándose con plagas de palomas, gaviotas y ratones".
Gina Zoffoli, Veraneante balneario, Juan López