"Muchos convencionales han perdido de vista por qué y para qué fueron elegidos"
"El impulso es eminentemente refundacional, como si la historia comenzara con los convencionales", dice este historiador, y subraya que "el destino del gobierno de Boric está íntimamente relacionado con el trabajo de la Convención".
El 15 de noviembre de 2019, un amplio abanico de fuerzas políticas del país firmó el "Acuerdo Por la Paz Social y la Nueva Constitución", en un pacto que buscaba darle un cauce político a la grave crisis que enfrentaba Chile tras el estallido social iniciado el 19 de octubre.
Ese hito dio origen al plebiscito del 25 de octubre de 2020, en el que se aprobó la idea de elaborar una propuesta de nueva Constitución mediante una Convención Constitucional.
El 15 y 16 de mayo de 2021 fueron elegidos los constituyentes para conformar la instancia. La sesión inaugural de la Convención se realizó el 4 de julio de 2021.
Hoy los constituyentes trabajan contra el tiempo. Durante la primera semana de julio próximo deben entregar el texto definitivo de la nueva Constitución que será sometida a un plebiscito de salida.
Las últimas semanas no han sido tranquilas para la Convención, pues han surgido un debate respecto de los plazos, a la redacción de artículos y al contenido de otros.
Juan Luis Ossa es Licenciado en Historia de la Pontificia Universidad Católica y Doctor en Historia Moderna por St Antony's College de la Universidad de Oxford. Es investigador del Centro de Estudios Públicos, CEP y en 2020 publicó "Chile Constitucional", un estudio para contextualizar los cuatro grandes procesos constitucionales de la Historia de Chile (1828,1933, 1925 y 1980). Además fue candidato a Constituyente. En esta entrevista entrega su mirada sobre el trabajo realizado y lo que falta por hacer.
-¿Qué impresión tiene en general del trabajo de la Convención?
-Permítame hacer un poco de historia: el proceso constituyente no es hijo del "octubrismo", como muchas veces los autodenominados líderes de la "revuelta" y del "pueblo" nos quieren hacer creer, sino de las negociaciones que derivaron en el Acuerdo del 15 de noviembre de ese año. Salvo el PC y otros grupos radicales, dicho Acuerdo fue mayoritariamente apoyado por la sociedad chilena. Su "legitimidad de origen" es, en ese sentido, innegable, siendo más bien su "legitimidad de ejercicio" la que comienza a tambalear debido al curso refundacional e identitario que ha adoptado la Convención. Hay convencionales que creen poseer un tipo de mandato que les permitiría hacer y deshacer con la institucionalidad chilena, olvidando que la Convención tiene ciertos límites de los cuales ellos no pueden salirse, así como que la defensa de intereses específicos suele ser pan para hoy y hambre para mañana. Las constituciones deben ser representativas de la sociedad en su conjunto, no de identidades o facciones particulares.
-¿Cuáles son los principales ejes que aprecia en su trabajo?
-La Convención está dividida en siete comisiones y sus funciones dependen de los temas que se analizan en cada una de ellas, desde cuestiones re-
"El proceso constituyente no es hijo del 'octubrismo', como muchas veces los autodenominados líderes de la 'revuelta' y del 'pueblo' nos quieren hacer creer, sino de las negociaciones que derivaron en el Acuerdo del 15 de noviembre de ese año".