El zoólogo que le dobló la mano a la muerte
El Premio Nacional de Ciencias Naturales 2018 pasó una temporada en el infierno luego de contagiarse de covid-19 el año 2020. Cuando despertó, en la UCI, prometió escribir la trama de su propia vida. En "Memorias de un naturalista magallánico", Fabián Jaksic cuenta historias de lagartijas, alcohol y "jipis".
Fabián Jaksic viajó con 27 años a eE.UU. a hacer un doctorado en zoología en la U. de california en berkeley. para costearse la vida trabajó en el museo de zoología de los vertebrados.
Fabián Jaksic obtuvo el Premio Nacional de Ciencias Naturales en agosto del 2018, al mismo tiempo que su hermano Iván, premiado con el Nacional de Historia en esa misma oportunidad. Ambos fueron criados con el rigor de un padre de ascendencia croata. Y dos años después de esa gloria familiar, en abril del año 2020, Fabián Jaksic despertó en una clínica solo e inmovilizado por docenas de sondas, rodeado de máquinas: "No lo sabía entonces, pero había sobrevivido al covid-19. Me puse a recordar mi vida rápidamente y en orden cronológico. Y me hice la promesa de que la siguiente vez que estuviera al borde de la muerte, ya tendría escritas mis memorias", relata en el inicio de "Memorias de un naturalista magallánico", autoeditada con las historias de su niñez en la Patagonia, su estudios en Veterinaria y Biología en la Universidad de Chile y luego las andanzas de Jaksic en las aulas de Berkeley, UCLA, donde se doctoró como zoólogo. La trama de la vida de Jaksic fue recopilada -mediante entrevistas- por la periodista Carola Solari. El libro está ilustrado con, por ejemplo, la lagartija que el zoólogo descubrió en el norte y que lleva su nombre: "Liolaemus fabiani" o "Lagartija de Fabián".
Sobre la pandemia, agrega que de no ser por una amiga que oportunamente llamó a los médicos podría haber muerto en la soledad de su casa, acompañado de su perra Luzi y el gato Cuchillo. "Empecé con los síntomas de Covid-19 en marzo de 2020 y quedé con insuficiencia respiratoria, lo que me mantuvo enclaustrado hasta febrero 2022". Ese tiempo lo aprovechó para hilvanar la historia de su vida.
-¿Cómo lo tomó la enfermedad?
-El virus me atacó muy fuerte. Me dejó postrado y sin ánimo de siquiera llamar por teléfono para pedir auxilio. Me estaba muriendo de a poco sin respirar, pero no me sentía triste, sino enojado. Me rescataron de urgencia en ambulancia y llegué a una clínica donde estuve una semana entera sin saber de mí mismo. Más adelante me trasladaron a cuidado intermedio y salí de alta después de dos semanas. Cuando se importaron las vacunas en Chile fui de los primeros en inocularme.
La lagartija
La lagartija que Fabián Jaksic descubrió en el Salar de Atacama mientras hacía una consultoría ambiental es la portada de sus memorias: "Me impresionó que existiera en un ambiente tan extremo, lleno de costras de sal, carente de vegetación y donde el único alimento eran moscas asociadas a charcos de agua salina. Es una lagartija muy activa que defiende su territorio. No figuraba en la lista de los reptiles de Chile, así que pensé que era una especie nueva, hecho que demostraron los colegas que la describieron científicamente más adelante. Hasta hoy me siento honrado de que una lagartija lleve mi nombre", dice.
Hoy Jaksic es profesor de la Universidad Católica e investigador del Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad. Ese es el fin de una carrera que partió en la U. de Chile, estudiando veterinaria y terminó con un doctorado en la U. de California, en Berkeley.
"Volví a Chile en 1982. Llegué creyéndome la muerte (...) De Estados Unidos me traje cajas llenas de libros y papers, y muchos equipos de terreno que en Chile eran privativos por su costo. (...) Ellos incluían binoculares Bushnell, telescopios ornitológicos y medidores de distancia de alta calidad, además de trampas originales de las marcas Sherman y Tomahawk. También una cámara fotográfica Pentax con varios lentes, pesas Pesola y termómetros Schultheis. ¡Todo un lujo!
-¿Cuánta vanidad y soberbia hay en el mundo científico?
-Los científicos, hombres o mujeres, son personas que
Por Amelia Carvallo
"Me estaba muriendo de a poco sin respirar, pero no me sentía triste, sino enojado (...) estuve una semana sin saber de mí".
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