Especialistas estiman una baja probabilidad de intoxicación ante caso de volantes con "drogas"
INVESTIGACIÓN. La denuncia realizada por una mujer es indagada por la Fiscalía.
Este martes, una apoderada del Colegio San Agustín denunció en Carabineros que fue víctima de las denominadas "drogas por contacto". De acuerdo a su relato, sufrió de síntomas como mareos y taquicardia, luego de recibir un volante en las inmediaciones del establecimiento, lo que complicó su vuelta a casa.
Sin embargo, distintos especialistas apuntan a que es casi imposible que el uso de drogas por contacto sea efectivo como método delictivo y aseguran que en ocasiones, se trata de una crisis de pánico.
Preocupación
Ante esto, una apoderada del establecimiento, Viviana Olivares, contó que "hay una preocupación muy grande, con todo lo relacionado al retorno presencial. Lo único que nos queda hacer es hablar con nuestros hijos y pedirles que no confíen en nadie. Ayer le dijimos que ni siquiera reciba cosas de sus propios compañeros".
Por su parte, el Colegio San Agustín llamó a los apoderados a reforzar las medidas de autocuidado, recordándoles a los menores que "no deben aceptar nada que venga de extraños".
Al respecto, el capitán Iván Martínez, vocero de la Prefectura de Antofagasta, confirmó que ayer a las 19.00 horas, la 5a Comisaría La Portada recibió la denuncia de la apoderada, la cual está investigando Fiscalía. Además, indicó que hasta el momento, es el único reclamo formal de este tipo.
Probabilidad
Sobre estos casos, el doctor Ricardo González, urgenciólogo de la Clínica Alemana de Santiago, argumentó que "la piel es el órgano más grande del cuerpo humano, tiene capacidad de absorber sustancias, pero hay una salvedad: tiene que ser en una superficie muy amplia y en un periodo de contacto muy largo para que el fármaco o tóxico sea absorbido por la piel. Por lo tanto, utilizar una droga por absorción cutánea con fines delictivos, es casi imposible".
En la misma línea apuntó Juan Ríos, toxicólogo y director del Centro de Información Toxicológica de la Universidad Católica (CITUC), quien añadió que "se tienen que dar muchas condiciones -que en general- no ocurren. Primero, que la persona que entregue la sustancia no esté en contacto con ella, debido a que sufriría los efectos. Segundo, que la sustancia esté en una concentración y en una forma que se pueda absorber. Tercero, hay que considerar que en el caso de sufrir una intoxicación, la vía dérmica absorbe lentamente. Y cuarto, que si tuvo un efecto tóxico, este dura mucho tiempo, porque la eliminación no es rápida y no desaparece bruscamente".
Pese a ello, recomendó que las personas se dirijan a los servicios de urgencia y realicen la denuncia para verificar el uso de sustancias, porque de acuerdo a Ríos, no hay duda de que los síntomas existen y eso se puede explicar por estrés o traumas.
Crisis de pánico
Al respecto, Romina Adaos, psicóloga y académica de la UCN, explicó que "cuando uno lo vincula con la sensación de temor que existe en las mujeres se puede entender, porque los estudios vinculados a seguridad ciudadana, observan que la cantidad de hombres declaraba percibir una inseguridad es menor que las mujeres en espacios públicos. No solamente tenemos el miedo al asalto, sino también a otros delitos de connotación sexual. Por eso también está la lógica de preguntar por cómo transitan y perciben las personas en los espacios públicos".
Respecto al caso del colegio, la académica dice que se entiende la respuesta de la mujer. "Quizás la construcción social y el temor al estar expuestas en espacio público y ser violentadas de alguna forma, hizo que se produjera esa reacción. Es una reproducción de las desigualdades vinculadas a la lógica patriarcal y desigualdades que afectan a mujeres y disidencias sexuales principalmente", precisó.