Peluquería tradicional sobrevive en medio del boom de locales colombianos en Antofagasta
COMERCIO. Si se trata de tendencias en el corte de cabello en el ámbito masculino, sin duda, las favoritas de los jóvenes son las barberías colombianas.
En calle Ossa al llegar a Uribe, se encuentra la peluquería "Simio". Aldo Gómez, mientras corta el cabello, afirma que lleva 63 años ejerciendo el oficio de estilista, en Antofagasta. En su local, Simio, son alrededor de 50 años de ejercicio. A mediodía de ayer, se encontraba trabajando junto a su hija, también peluquera. "Yo inauguré esta peluquería en el año 1971, y siempre he estado acá, con tiempos buenos y malos, como la pandemia, donde estuvimos cerrados", asevera.
Recuerda que antes de instalarse en la peluquería, junto a un grupo de estilistas de Antofagasta, y del norte en general, desarrollaron un curso en Santiago. "Me capacité con las novedades de la época. Por esta razón cuando regresamos, trajimos a la ciudad la novedad en los cortes de cabello. El nombre de la peluquería, Simio, es por un corte de moda en la época para hombres y mujeres, que consistía: chasquilla, mitad de oreja y largo atrás. Las mujeres lo usaban igual. Soy de los últimos peluqueros antiguos que quedan en la ciudad, quizás el último. Si se trata de peluquerías antiguas en Antofagasta, puedo decir que antes de Fígaro, que inauguré yo, había una que se llamaba Mancilla, donde llegué a trabajar. Hoy Simio debe ser las más clásica que va quedando", afirma.
Rememora que antes había un Sindicato de Peluqueros, que era importante porque permitía tener una postura similar para abogar por los derechos, no obstante éste fue disuelto "en la dictadura de Pinochet. Sólo quedó el local. Era una buena instancia de reunión y camaradería entre el gremio".
Aldo Gómez afirma que sus clientes actuales lo han acompañado por muchos años. "Ellos prácticamente han envejecido conmigo. Mi clientela es antigua. Algunos ya dejaron de venir porque se murieron. Aquí han venido hasta intendentes de la época, como Ernesto Del Fierro. Les he cortado a abogados y médicos. Hoy sólo vienen clientes mayores porque la juventud se fue a las peluquerías colombianas, por los llamados cortes colombianos. Yo no corto con el sistema colombiano, sino que soy tradicional, como el corte chileno clásico que piden en los colegios. En verdad, las peluquerías colombianas nos han perjudicado porque se llevaron a la juventud", dice.
Colombiano
A diferencia de Simio, donde el público es adulto mayor, en la barbería (aclaran que no es peluquería) "Black and White", en calle Bolívar con Ossa, las sillas están ocupadas por una docena de 12 jóvenes, que buscan irse con el corte de moda.
Jorge Hurtado es el gestor de este exitoso negocio. Detalla que comenzó con este proyecto en diciembre de 2013. "Arribé a Antofagasta porque tenía un amigo chileno en Colombia, quien me recomendó aquí, porque no había barberías. Yo tenía una barbería funcionando en Cali. Así que aquí llegué a experimentar. En 2012, en diciembre, el mismo mes que llegué, conseguí trabajo en una peluquería tradicional en calle Sucre. Ahí trabajé un año. Recogí capital y partí con este proyecto después de un año", sostuvo.
Explicó que se inició con una peluquería pequeña con una silla, y con un socio. Entre ambos no funcionaron las cosas, y decidió continuar solo. "Partí buscando la solución a un problema. En principio, no había barberías para el hombre, de ahí pudimos dar cabida a esa necesidad para los colombianos que llegaron y después a los chilenos. Al principio había que mostrar un catálogo, luego la gente se fue acostumbrando. Primero les llamó la atención el corte, y en vez de mostrarles algo, ellos vienen con la idea de lo que quieren", indicó.
Precisa que los nuevos cortes son tendencia mundial, cuyo origen, por lo menos en Colombia, es de Estados Unidos. "A Colombia llegaban estos cortes. Nosotros los veíamos y copiábamos. Ahí fuimos aprendiendo. Hoy los trajimos acá, y desde Antofagasta, se han repartido al resto del país", asevera.