Cáncer testicular: el autoexamen es crucial para su detección precoz
Adoptar el hábito del autochequeo se vuelve especialmente importante en los hombres de entre 15 y 35 años, el segmento más afectado por esta patología.
La detección precoz del cáncer testicular es un objetivo con el que la población más vulnerable a esta enfermedad puede contribuir, incorporando en sus rutinas una práctica sencilla: el autochequeo, que permite advertir cambios considerables en los genitales y tratar a tiempo un posible tumor.
"Todos los jóvenes de entre 15 y 35 años deberían hacerse un autoexamen al menos una vez al mes. El momento más adecuado es durante la ducha y no demanda ni medio minuto extra", aconseja el Dr. Jorge Díaz, jefe de Cirugía Urológica Oncológica de FALP.
En abril se conmemora el Mes de la Concientización sobre el Cáncer de Testículo, una patología que, si bien es poco frecuente, se ha incrementado entre los hombres que se encuentran en ese rango de edades a nivel mundial y especialmente en Chile, que ostenta una de las más altas incidencias en América Latina: Globocan estima alrededor de 820 nuevos casos anuales en nuestro país, de los cuales unos 500 (más de la mitad) se ubican en el segmento que va de los 15 a los 39 años.
La razón de este aumento no ha sido identificada, pero es una realidad y acentúa la urgencia de que la población masculina adopte el hábito de palparse periódicamente en busca de bultos o agrandamientos en el volumen de sus órganos, dos de los principales síntomas.
"Es la conducta que tenemos más a mano -y la más importante- para la detección temprana. Su masificación requiere de campañas de educación y difusión en las que es necesario que estén alineados los centros de salud, los colegios y las familias. Todos los estamentos de la sociedad tienen que involucrarse, no solo quienes trabajamos en la salud. No deberíamos cansarnos de insistir en este aspecto, sobre todo después de dos años de pandemia", comenta el Dr. Díaz.
La crisis sanitaria provocó un retraso en los diagnósticos oncológicos y, por lo tanto, una tardanza en el inicio de los tratamientos. "Aun cuando el cáncer testicular es tratable y de buen pronóstico, me ha tocado ver pacientes, de Santiago y regiones, a los que ya no hay nada que ofrecerles. Esos son efectos de la pandemia", precisa el especialista.
Aunque no hay claridad absoluta sobre sus causas, este tumor se asocia a factores de riesgo entre los que se cuentan la criptorquidia (testículo que no ha descendido), tener antecedentes familiares de la enfermedad o haberla sufrido antes, y ser VIH positivo. También incidirían agentes ambientales como el tabaquismo, la polución y el uso de anabólicos.
Además de la aparición de protuberancias en los genitales y del aumento en el tamaño de los mismos, son señales de alerta el dolor testicular, en el estómago o en la ingle, así como la sensación de pesadez en el escroto y la ginecomastia (crecimiento de las mamas).
De rápido desarrollo, el cáncer testicular es, sin embargo, una patología que presenta altas tasas de curación -sobre el 95%- aun en etapas avanzadas. "Es una enfermedad con buen pronóstico incluso cuando ya hay metástasis en los ganglios del abdomen o en el hígado, o nódulos pulmonares, porque responden bien a la cirugía, la radiación y las quimioterapias. Hay tumores que escapan un poco a esa norma, cuando ha pasado mucho tiempo y la enfermedad se hace inmanejable. Por eso son tan relevantes el diagnóstico y el tratamiento oportunos", dice el Dr. Díaz.
Afortunadamente, afirma el especialista, la mayor parte de los tumores se detecta en Chile cuando están localizados. "Si ese es el caso, usualmente basta con la extirpación del testículo y luego se aplica un protocolo de seguimiento. Que esa situación se mantenga en el tiempo en el país va a depender mucho del diagnóstico oportuno. Un cáncer avanzado requiere tratamientos largos y complejos de quimioterapia y el período de recuperación se vuelve más extenso", explica.
El especialista aclara que la cirugía no compromete la sexualidad ni la fertilidad, aunque esta sí puede verse afectada por la quimioterapia, situación en la que a los pacientes, que en general están iniciando su vida adulta, se les indica que se sometan a una crio-preservación (congelamiento) de espermios.