Ideología internacional
Dra. Francis Espinoza F. Académica UCN
Esta semana estuvo caracterizada por la gira internacional del Presidente Gabriel Boric y una extensa comitiva a Argentina, una actitud republicana que se mantiene como cábala en cada primera autoridad al inicio de su mandato. Asimismo, la salida del Foro para el Progreso de América del Sur (PROSUR) y el interés de la nueva gobernanza ejecutiva de ponerle más atención al Mercosur (Mercado Común del Sur), a la Alianza del Pacífico y a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) muestran lo contrario a lo que el Ejecutivo ha señalado: 'desideologizar' la Política Exterior de nuestro país.
La moribunda y súper ideologizada Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) planteó la necesidad de "construir una identidad y ciudadanía suramericana y desarrollar un espacio regional integrado" (Secretaría General de UNASUR, 11/03/2011). En abril de 2018, los países de Argentina (Mauricio Macri), Brasil (Michel Temer), Chile (Sebastián Piñera), Colombia (Iván Duque), Paraguay (Mario Abdo) y Perú (Martín Vizcarra) tomaron la decisión de suspender su participación por tiempo indefinido, debido a que los resultados de este organismo internacional no fueron concretos. Si bien, no todos los presidentes pertenecían a partidos políticos de derecha, pero sí ya se observaba un visión más pragmática de la política exterior de América Latina. En 2019, los mismos mandatarios más los de Ecuador (Lenín Moreno) y Uruguay (Tabare Vásquez) crearon el PROSUR, propuesto específicamente por Iván Duque y Sebastián Piñera y visto como "un mecanismo de coordinación suramericana de políticas públicas, en defensa de la democracia, la independencia de poderes, la economía de mercados, la agenda social, con sostenibilidad y con debida aplicación" (Oye Cali, 14/01/2019). Los requisitos para que los países fueran miembros fueron dos: vigencia absoluta del Estado de Derecho y respeto irrestricto a las libertades y a los derechos humanos (La Tercera, 19/02/2019).
PROSUR no fue necesariamente un homónimo del Grupo de Lima, el cual fuera creado para "contribuir a la restauración de la democracia en Venezuela y a la superación de la grave crisis política, económica, social y humanitaria que atraviesa ese país, a través de una salida pacífica y negociada" (Comunicado Conjunto, 15/09/2018). Sin embargo, el fallido viaje a Cúcuta del ex- presidente Sebastián Piñera y su manejo verborreico de la ola migratoria nos hace pensar que a través de este organismo se buscó un liderazgo internacional de carácter ideológico. Sin embargo, la obsesión de centrarse en Venezuela dejó sin agenda política al gobierno y terminó por desmoronar la estrategia de posición regional de una nueva derecha (Germán Silva Cuadra, El Mostrador, 31/01/2022). Tanto PROSUR como el Grupo de Lima sí ostentaron una ideología política de derecha, contraria a aquellos países de izquierda y extrema izquierda.
El sólo hecho de pensar que los organismos internacionales no ostentan ideologías o paradigmas como diría Peter Hall (1993), constituye una visión ingenua, ilusa o mentirosa de las Relaciones Internacionales. Las teorías internacionalistas que estudian el orden mundial entregan una mirada eminentemente occidentalizada e inclusive 'yanquizada', es sólo cosa de ver el tratamiento que se hace de la Guerra Rusia-Ucrania. Por ende, la pertenencia de una nación-estado a una organización internacional o la definición de alineación hacia un bloque u otro, es una conducta fundamentalmente ideológica. La problemática que se plantea aquí es que un gobierno que no tiene una clara definición de su política exterior, difícilmente va a ejercer un liderazgo activo internacionalmente, y su destino aciago es moverse a los vaivenes de los más poderosos o superpotencias.
El cuestionamiento es si estaríamos en condiciones de seguir ejerciendo un 'poder introvertido' (Susan Cain, 2012) en nuestras relaciones exteriores. La actoridad de un país y un gobernante se mide desde una percepción interna y otra externa. Gabriel Boric podría encabezar un liderazgo interesante en la consolidación de una nueva izquierda en América Latina. La remirada hacia la CELAC es un avance en este sentido. El 'factor Boric' en la política exterior de la región implicaría dejar de lado las izquierdas autoritarias y dictatoriales, y construir una 'siniestra' que logre convocar a un centro utópico, a mujeres y juventud dentro de un proyecto transformacional de las sociedades latinoamericanas. Mi temor es como dice el Lonko Juan Pichún Collonao, miembro de la CAM (Coordinadora Arauco-Malleco), que este gobierno tiene las 'mañas del buey nuevo' (Pauta Libre, 03/04/2022, es decir, está condenado a cometer los mismos errores de su antecesor.
"El sólo hecho de pensar que los organismos internacionales no ostentan ideologías o paradigmas como diría Peter Hall (1993), constituye una visión ingenua, ilusa o mentirosa de las Relaciones Internacionales".