"Las regiones del norte están más cerca de los países vecinos que de Santiago"
El destacado profesor es autor de numerosas publicaciones que enfatizan el pasado del Norte de Chile, ayudando a fortalecer la identidad regional. Será postulado al Premio Nacional de Historia por sus aportes a la disciplina.
El hablar pausado y correcto del profesor José Antonio González es lo primero que destaca para quien no le conoce.
Pero es muy difícil no haber oído de él después de más de 40 años de vida docente. El mismo relata que es muy probable que unos 30 mil alumnos hayan pasado por las cátedras y clases desde que inició en 1977. Apasionado por la lectura y el Norte y sus pampas, el profesor está casado con la Directora de la Dirección de Pastoral y Cultura Cristiana de la UCN Erika Tello Bianchi y es padre de Paulina y Carolina. Fue dirigente gremial ante el Colegio de Profesores en la década de 1980; dirigente académico y director del Segundo Claustro Académico de la Universidad Católica del Norte en la década del 90 y dirigente vecinal y presidente de Junta de Vecinos en la década del 2000.
También fue dirigente gremial del Colegio de Profesores, en representación del cuerpo de docentes del Liceo Comercial A-12 en la década de 1980, y dirigente vecinal, al formar y ser el primer presidente de la Junta de Vecinos de Valle del Mar.
Por muchas razones es que la Universidad Católica del Norte (UCN) postulará al Premio Nacional de Historia al académico de su Escuela de Derecho en Antofagasta, considerando su enorme aporte a la historia de todo el Norte Grande, de acuerdo a lo confirmado por el rector Dr. Rodrigo Alda Varas.
Titulado de profesor de Historia de la Universidad del Norte (hoy la UCN), González es doctor en Filosofía y Letras, con mención en Historia, de la Universidad de Navarra.
En su destacada trayectoria académica figura el haber sido hasta hace poco director de la Escuela de Derecho de la UCN en Antofagasta, y cuenta a su haber con más de 200 publicaciones entre libros y trabajos de investigación donde se refiere al pasado del norte, descollando títulos como "La épica del salitre en el Desierto de Atacama", "Andrés Sabella. Itinerario biográfico y obra literaria de un hombre del desierto de Atacama", entre otros.
Asimismo, sus conocimientos le valieron integrar el equipo jurídico que defendió la posición chilena en el litigio contra Bolivia en La Haya, el cual se decidió de forma exitosa para Chile en octubre de 2018.
Ante la noticia de su postulación, el académico manifestó sentir "gratitud y emoción, porque ha sido un trabajo arduo, que es en lo que compete a la historia. Empecé a fines de la década del 70 a trabajar y a la UCN estoy vinculado desde 1990, por consiguiente, hemos llevado a cabo distintos proyectos sobre la identidad".
Complicidad con la historia
El académico tiene una vinculación directa con la historia de Antofagasta, teniendo entre sus familiares al extinto poeta y escritor Andrés Sabella, y entre sus antepasados una de las primeras autoridades civiles chilenas designadas en la zona y también a uno de los primeros aventureros que llegó a la ciudad.
"De niño tuve la suerte de tener acceso a la buena biblioteca que poseía mi familia. Además, en los antecedentes genealógicos hubo siempre una inquietud por dejar vestigios de los inicios de Antofagasta. Por el lado materno provengo de José Santos Ossa (explorador minero a quien se le atribuye la fundación de Antofagasta junto a Juan "Chango" López), y por el paterno desde la persona que redactó el acta de ocupación de Antofagasta en febrero de 1879. Por lo tanto, la historia siempre estuvo en las conversaciones de sobremesa y también uno de mis ancestros dejó textos inéditos de la ciudad".
¿Qué papel jugó Andrés Sabella en este proceso formativo?
-Él fue mi padrino, y con él se refuerza la perspectiva más bien social, sobre cómo las luchas sociales, la formación del proletariado, toda esta situación que se va a dar con la prensa obrera, las huelgas, masacres que van a teñir el desierto, te van a complementar un panorama que es el que yo había vivido en mi casa. Ahora, podríamos decir, tenemos el friso completo de lo que fue la región con el aporte de los inmigrantes.
El académico responde de forma pausada, apoltronado tras su escritorio dentro de su oficina ubicada en el primer nivel de la Escuela de Derecho. A su alrededor, las paredes adaptadas con anaqueles atestadas de libros acusan su calibre intelectual. Muchos dorsos de dichas publicaciones revelan una predilección por la historia, las leyes y la filosofía.
¿Por qué ha volcado especial interés en sus investigaciones respecto al norte del país?
-Antes, rescataría la obra del Dr. Lautaro Núñez Atencio, que es Premio Nacional de Historia -también es de la UCN- en términos de poner en el horizonte de nuestras preocupaciones regionales lo que es el antepasado prehispánico de los pueblos de la precordillera, donde hay obviamente un nacimiento y un estilo de vida para adaptarse al desierto, que es la parte primigenia y que constituye entonces una fuente también de nuestra identidad regional; pero es una fuente de identidad regional que abarca hasta Calama.
Después hay un periodo en el que explora Óscar Bermúdez que es primordialmente el rescate salitrero, y en el medio está el Dr. José María Casassas con el periodo colonial. Lo que a mí me interesa es fundamentalmente retomar lo que ha sido el desarrollo tanto social, económico y cultural de la región, pero conectado con elementos de los nexos con el mundo exterior. Me explico,