Cristián Venegas M.

La minería nacional aumentará su producción de cobre en un 21,15% en el próximo decenio, hasta alcanzar 6,95 millones de toneladas al año 2032, alza que seguramente será liderada por las mineras de la Región de Antofagasta que producen cerca del 54% del cobre en Chile. Lo que supone un desafío complejo, pues el agua es uno de los insumos críticos de la industria y hoy existe una menor disponibilidad hídrica debido a los efectos del cambio climático.

Así lo informó la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), que junto a la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la Universidad de Chile presentaron ayer los estudios "Proyección del consumo de agua en la minería del cobre al año 2032", en el que se proyecta la demanda de agua continental y de mar de la industria minera del cobre.

Proyecciones

El informe de la Comisión, elaborado en base a datos proporcionados por las propias mineras, logró establecer que para sostener el aumento de la producción, se proyecta una demanda de agua por parte de la minería del cobre de 20,9 metros cúbicos por segundo (m3/seg) para la próxima década, de los cuales 68% (14,2 m3/seg) provendrían del mar y 32% (6,7 m3/seg) de aguas continentales.

Respecto de la situación a nivel local, el estudio detalla que en la Región de Antofagasta, a nivel porcentual, se espera que el uso de agua de mar alcance un 62,7% para 2032; decenio en que se espera que el consumo de agua continental disminuya en un 74%.

Sobre la proyección de la demanda estimada del consumo de agua para la minería de cobre en la región, se prevé que en el 2022 sean 5,4 metros cúbicos por segundo (m3/seg); 5,9 m3/seg en 2023 y que para el 2032 sean 8,9 m3/seg. Hoy, a nivel nacional, el consumo de agua es de 6,7 m3/seg.

La investigación de Cochilco para el periodo 2021-2032, informa además que en el caso de la Región de Antofagasta, las operaciones que actualmente utilizan agua de mar son Minera Escondida, el distrito Centinela, Antucoya, Michilla, Mantos de la Luna, Las Cenizas, Taltal, la planta José Anonio Moreno (Enami) y Sierra Gorda.

Por otra parte, existen proyectos que planifican el uso de este recurso, entre los que se encuentran una posible ampliación de Esperanza y su posterior extensiones de red para abastecer el proyecto Encuentro; planta desalinizadora del Distrito Norte de Codelco; el proyecto Concentradora El Abra, y Spence Growth Option, en proceso de puesta en marcha desde 2021.

Más concentrado

Los analistas de Cochilco explicaron que esta proyección es reflejo, en parte, del cambio de la matriz de producción, que se vuelca a los minerales de sulfuros, que a su vez deben ser procesados a través de flotación, proceso mucho más intensivo en el uso de agua. Es así que la producción de concentrados de cobre aumentará en un 49,7% de aquí al 2032, pasando de las actuales 4,31 millones de toneladas a 6,39 millones en 2032.

Asimismo, debe considerarse que la caída en las leyes de los minerales hace necesaria una mayor cantidad de agua para obtener una tonelada de cobre fino, ya que es necesario procesar una mayor cantidad de mineral. De todas maneras, Cochilco proyecta que en 2032 la minería del cobre (que a nivel nacional representa el 3% del uso total de agua); utilizará 45% menos aguas continentales.

Mientras que el uso de agua de mar aumentará en un 167% durante el decenio, llegando a los 14,2 metros cúbicos por segundo (m3/seg) y representando el 68% del total utilizado por la industria ya sea por plantas desaladoras o uso de agua de mar directa.

2022 el consumo de agua en la Región de Antofagasta alcanzará 5,4 metros cúbicos por segundo (m3/seg).

49,7% aumentará la producción de concentrado de cobre al 2032, alcanzando 6,39 millones de toneladas.

68% del agua utilizada en minería a nivel nacional, para el año 2032, provendrá del mar, según Cochilco.

2028 la producción nacional de cobre alcanzará su peak con un total de 7,62 millones de toneladas de cobre.

Al sureste de Antofagasta, a 2.740 metros sobre el nivel del mar, se construye el parque fotovoltaico Andes Solar IIB cuyas obras alcanzaron un 90% de avance, según informaron desde AES Chile que desarrolla el proyecto que tendrá una potencia instalada de 180 MW, además de un sistema de almacenamiento de energía en base a baterías de litio de 112 MW, que lo convierten en el más grande de su tipo en Latinoamérica

El proyecto, que espera inyectar energía al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) durante este 2022, aportará 180 MW, que incluyen 10 MW con la tecnología de paneles prearmados Maverick de última generación y tendrá integrado un sistema de baterías que aportará 112 MW. Esto se sumará a los 103 MW ya en operación de Andes Solar I y IIA.

La iniciativa ya comenzó con una etapa clave en su construcción, como es el montaje de Maverick. Se trata de una solución solar prefabricada y precableada, que permite un despliegue tres veces más rápido que los sistemas fotovoltaicos tradicionales, mientras que utiliza sólo la mitad de la cantidad de terreno por MW que los proyectos actuales.

El gerente de proyecto, Ignacio Moyano, precisó que a la fecha la iniciativa ha logrado un avance de despliegue de 123 unidades de paneles Maverick, mientras que ya cuenta con la totalidad de los suministros principales y el término de la etapa de hincado (cimientos de las estructuras que soportan la planta).

En cuanto a la relevancia del parque, el ejecutivo agregó que "Andes Solar IIB es un proyecto que cuenta con varios elementos diferenciadores en relación a lo que se ha hecho en materia de energía fotovoltaica en el país, ya que es el primer parque solar de Chile que tendrá un sistema de almacenamiento de energía en base a baterías de litio".

Se trata de una tecnología desarrollado por Fluence, un proyecto conjunto (joint venture) entre Siemens y AES. Dispositivo que permitirá acumular energía solar suficiente para suministrar el consumo de 370 mil hogares durante cinco horas en la noche.

370 mil hogares será capaz de abastecer de energía el proyecto fotovoltaico Andes Solar de AES Chile.

103 MW son inyectados ya al Sistema Eléctrico Nacional (SEN), mediante las plantas Andes Solar I y IIA.