La ilustradora que no olvidó los cuentos de su abuela
Joanna Mora, reconocida autora infantil, adaptó el antiguo relato que le leían a los pies de la cama. En "Baba Yaga" hay una madrastra mala y una casa con patas de gallina.
El "Baba Yaga" de Joanna Mora fue destacado por sus ilustraciones en la última Feria del Libro Infantil de Bolonia en Italia.
Esta es una historia que, de alguna u otra forma, todos conocemos. Un hombre pierde a su mujer y, al rehacer la vida, su hija es criada por su nueva pareja mientras él trabaja. La mujer, ahora "madrastra", actúa de distinta manera cuando está a solas con la joven.
Aprovechando esos momentos, la envía a atravesar un bosque para encontrarse con la bruja "Baba Yaga". Apenas la joven coloca un pie en el bosque, comienza la magia. Los animales le hablan y los elementos que recoge en el camino se convierten en herramientas para el momento en que se encuentre con un ser surgido de un antiguo cuento de Europa del Este.
Esta es la historia original que adapta la autora infantil, Joanna Mora en su propio "Baba Yaga" (Cocorocoq). Mora, a cargo del texto e ilustración, traslada esa magia en un libro álbum de gran formato, destacado por sus ilustraciones en la última Feria del Libro Infantil de Bolonia en Italia. El evento es uno de los más relevantes a nivel mundial enfocado en los primeros lectores. Porque si bien esta historia podemos conocerla todos, la experiencia visual frente a este libro es única.
No es la primera vez que Mora es reconocida fuera de Chile. Su primer libro, "La famosa (y secreta) receta de papá" (Una Casa de Cartón) recibió el Gourmand CookBook Award en el 2017 en China, el concurso más importante de libros de cocina del mundo. Además, antes había ilustrado libros para otras autoras en Chile y Brasil. Toda la obra de Mora es producida desde una tranquila calle de Limache.
-Este libro está dedicado a su abuela, que le contó el antiguo cuento de la "Baba Yaga".
-Me la contó leyéndome y traduciendo de un libro en inglés que tenía y que ahora yo conservo. Ella era bastante bilingüe para sus cosas. Me lo contó de la forma que las abuelas cuentan los cuentos. Tengo el recuerdo que entraba a nuestra pieza, se sentaba en una de las camas (la mía o la de mi hermana) y abría este libro maravilloso que tenía unas ilustraciones muy lindas. Nos contó esta historia más de una vez, porque se la pedíamos de nuevo. Era uno de los cuentos que más me gustaba y me quedó grabado.
-¿Cuál fue el camino de la historia de "Baba Yaga"?
-El "Baba Yaga", se supone, porque todas son suposiciones, proviene de Europa del Este, probablemente de Rusia. Como tiene la estructura base de todos los cuentos tradicionales clásicos, es antiquísimo, y se contaba de manera oral. Fue pasando de un orador a otro. Hay muchísimas versiones de este cuento, antes de ponerme a ilustrar busqué otras versiones de la "Baba Yaga". Hay versiones en que la bruja vivía dentro de un volcán o en otra tiene tres brazos, u otra versión en que la protagonista se casa con el Zar (el emperador de Rusia). Cada persona que lo contó le puso de su cosecha, eso es lo que pasa con los cuentos tradicionales antiguos.
-¿Habrá sido esta la primera madrastra mala?
-No. Creo que todos los cuentos clásicos tienen bastante parecida la estructura base. Hay madrastras en todos los cuentos clásicos, por lo menos en los que nos llegaron a nosotros. Así que me imagino que las madrastras son súper antiguas.
-Su protagonista recoge cosas en un bosque y ellas serán claves, ¿usted recoge las cosas que encuentra en su camino? Si es así, ¿cuál fue la última que recogió?
-La última cosa que recogí es un regalo que me dio una niña, un ramo de flores muy lindo, que tengo frente a mi computador, para mirarlo todos los días.
-¿Cómo fue ilustrar los hechizos del libro?
-Traté de no mirar muchas ilustraciones ni leer muchas otras interpretaciones de la historia. Sentí que tenía que meterme muy profundamente en el imaginario propio. Traté de representar las cosas como si las viera por primera vez, si tratara de entenderlas por primera vez, porque el cuento es bastante extraño.
-Cuénteme un caso de su enfrentamiento con esa extrañeza.
-En la versión que yo tengo, dice que la "Baba Yaga" habita una casa con patas de gallina, literalmente. Yo había visto en internet que la mayoría de los ilustradores colocaban las patas de gallinas y una casa encima como si fueran reales. Yo quise volver al origen: ¿Qué es lo que quiso decir el autor al decir que la casa tenía patas de gallina? ¿Estaba pensando de verdad en unas patas de gallina o era un palafito? ¿Qué era lo que a mí me sugería? Al final dibujé lo que yo pensaba que podía representar mejor el texto: unas patas de gallina, pero que eran trozos de madera gigantes, unas vigas, que me parecía más cercano a la realidad que podía imaginar. Y así lo hice, con todos los desafíos que tiene que atravesar esta niña. Son símbolos muy extraños para nosotros, pero al mismo tiempo nos permiten imaginar mucho. Es libre el mundo donde vive la "Baba Yaga".
"Baba Yaga"
Joanna Mora Cocorocoq
36 páginas
$15.000
Por Cristóbal Gaete
"Recuerdo que mi abuela entraba a nuestra pieza, se sentaba en una de las camas (la mía o la de mi hermana) y abría este libro maravilloso".
La fotocracia