Los efectos favorables que el acto de dejar de fumar tiene en nuestra salud y calidad de vida son diversos y palpables desde que esa decisión se pone en práctica. Uno de los más importantes, sin duda, es la reducción del riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, enfermedad por la que cada año fallecen 3.500 personas en nuestro país.
"Es el cáncer que más muertes provoca en Chile", precisa el Dr. Juan Emilio Cheyre, jefe del Equipo de Cirugía de Tórax de FALP.
Ocasionado en cerca del 90% de los casos por el consumo de tabaco, este tumor es por lo tanto prevenible y también es posible diagnosticarlo de manera precoz. Ambos son aspectos centrales de la campaña vinculada a esa patología que acaba de lanzar FALP.
Bajo el título "Da un respiro a tus pulmones. Tú puedes prevenir y detectar a tiempo el cáncer de pulmón", la iniciativa entrega información relacionada con el cigarrillo (cuyo humo contiene unas 70 sustancias químicas cancerígenas), la pesquisa temprana de lesiones iniciales, los factores de riesgo y los síntomas, entre otros datos.
"Como fundación, creemos que tenemos que contribuir a generar políticas públicas y a crear conciencia sobre el daño asociado a este hábito. Chile es el país de Latinoamérica donde más se fuma, nuestros jóvenes son los que más fuman en la región. Eso significa que no hemos comprendido el impacto real que el cigarro tiene en nuestras vidas. La campaña está enfocada en invitar al público a dejar de fumar. Es difícil, pero se puede y se ganan beneficios", comenta el Dr. Cheyre.
Una serie de consecuencias positivas tienen lugar, en diferentes plazos, cuando una persona fumadora pone fin a esa costumbre. "Mejora su capacidad aeróbica, dispone de más energía, vuelve a sentir los sabores y aromas y cambia el tono y la calidad de la piel, que se reseca debido a que se contraen los vasos capilares. En el largo plazo, en tanto, disminuyen los riesgos de infarto y de osteoporosis, y de cánceres como el de pulmón, colon, vejiga y estómago", enumera.
La campaña sugiere a quienes tienen entre 50 y 80 años y han fumado una o más cajetillas diarias durante 20 años consultar con un especialista la posibilidad de someterse a un scanner de tórax de baja dosis, sin contraste, con el propósito de detectar tumores incipientes. "El riesgo de cáncer existe para todo aquel que fuma, pero es mucho mayor cuando el organismo ha acumulado cierta cantidad de tabaco por un largo periodo", explica.
El diagnóstico precoz reduce el tratamiento a la extracción del tumor, sin necesidad de administrar quimio y radioterapia, y mejora notoriamente las expectativas de vida del paciente: "Las probabilidades de curarse llegan al 90%".
Distinta es la experiencia cuando la enfermedad se detecta en etapas avanzadas -algo que ocurre en 4 de cada 5 diagnósticos-, que es el momento en el que esta patología presenta síntomas, entre ellos tos persistente y/o con sangre, dolor en el pecho y sibilancia.
"Son muy pocas las personas que podemos tratar precozmente. Día a día, en las consultas nos vemos enfrentados a pacientes que, por ejemplo, tuvieron covid-19 y se hicieron una radiografía que encontró un tumor que ya ha afectado gran parte del órgano. En estos casos, el tratamiento es bien agresivo. Consiste en sacar grandes trozos de pulmón, además de ganglios, y en sesiones de quimio y radioterapia. El pronóstico empeora también: la probabilidad de sobrevida baja a 60% o a 30%. Si logramos que las personas dejen de consumir tabaco y se hagan un scanner anualmente, evitaremos muchas muertes", afirma el Dr. Cheyre.