Piden planes de conservación para edificios centenarios de Antofagasta
IDENTIDAD. Incendio en casona del Club de Tenis, revela la carencia de programas de resguardo para inmuebles que son parte de la memoria colectiva.
Los edificios emblemáticos en Antofagasta, cada vez son menos. El fuego se ha llevado a muchos de ellos. Entre los últimos, el Club de la Unión -calle Prat- y ahora, la sede del Club de Tenis Antofagasta, en Borgoño con Angamos, que ha sido ocupada en los últimos 30 años para diversos pubs y restaurantes. Otros inmuebles han cedido a la modernidad y se han levantado nuevos bienes raíces en su reemplazo.
Para el periodista antofagastino y recopilador de la historia de la ciudad, José Ledezma, entre los edificios que quedan y de los que habría que preocuparse, de mantener planes de conservación, se pueden destacar: Casa de la Cultura, "que de cultura tiene cada vez menos. En uno de sus costados están las instalaciones del Círculo de Ajedrez Antofagasta, toda una entidad patrimonial de la ciudad y al que le tienen muchas ganas de desalojar", dijo.
Agregó que el Cuartel de Bomberos, en calle Sucre, es otro edificio de alto riesgo y de construcción muy antigua. "El Museo Regional ya está saturado. Hace unos dos años envié una carta a este diario, sugiriendo que era hora de pensar en levantar otro edificio, alejado del mar, con todas las necesidades propias de la época como piezas temperadas y, por supuesto, más amplio. Nadie entre las autoridades se dio por enterado. El Teatro Pedro de la Barra, ex escuela de Niñas Número dos, hoy está cerrado con calaminas, con trabajos de remozamiento paralizados y cercado por comerciantes irregulares por sus dos costados", aseveró.
Otros edificios a tener cuidado para Ledezma, son: "El ex Hospital Inglés, ex Colegio Antofagasta y, que según dicen, fue cedido al Cuerpo de Bomberos; La Estación Valdivia, abandonada y sobre la cual el FCAB anunció refacciones y nuevo uso, pero hasta la fecha no ha pasado nada; las casas antiguas en Maipú arriba, que alojaron a trabajadores portuarios; El edificio de la Cruz Roja, en calle Adamson, levantado alrededor de 1915 y que no sé si existe; El local de la Sociedad de Artesanos en calle Maipú, centro de grandes reuniones, obreras, políticas, de teatro y pleno de actividades en la primera mitad del siglo pasado. En calle 14 de Febrero, cerca del Cementerio, sede por naturaleza propia de marmolerías y ramos afines. De Riquelme hacia arriba llena de casas antiguas. Por ese sector cerca está la sede del Colegio de Periodistas. La iglesia Metodista de calle Uribe es otro edifico antiguo. Todos los nombrados inmuebles centenarios".
Conciencia
Para el concejal Camilo Kong, sociólogo y reconocido patrimonalista de la ciudad, la ciudad está "al debe" con su patrimonio. "Creo tenemos que ponernos al día con el plano regulador comunal y también con una Ley del Patrimonio, que realmente considere la participación ciudadana y que incentive o genere incentivos a las personas que poseen o ocupen este tipo de inmuebles patrimoniales. Por otro lado, es importante la educación, conciencia, difusión y puesta en valor del patrimonio. Muchas personas estamos tratando de hacer cosas cada día, pero nunca es suficiente. Lo importante es que este tipo inmueble requieren de mucho mayor cuidado".
En el caso específico de la casona del Club de Tenis, Kong afirmó que es un hecho lamentable, a pesar que la casona no estaba reconocida dentro del plano regulador como un monumento nacional, "aún así, era parte de la memoria colectiva y del patrimonio no formalmente declarado. Es parte de la identidad y dolió como en cuestión de minutos se quemó la historia. Cien años quedaron en cenizas".
El seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Claudio Lagos, aseveró que como Estado y Gobierno de Chile, "debemos resguardar, pero la gran mayoría de los lugares y sitios patrimoniales son de privados, por lo tanto, nos obliga a que podamos hacer un trabajo en conjunto para salvaguardar nuestro patrimonio. El patrimonio es parte de nuestra historia, es el regalo que nos han hecho nuestros ancestros y abuelos para que aprendamos de nuestra historia y de lo que ha sucedido, para que tengamos raíces porque los árboles con raíces fuertes son los que crecen seguros; así es que el llamado es a que nos juntemos, organicemos y arborícenos este trabajo para poder salvaguardar nuestra alma, historia y nuestro patrimonio".
"Tenemos que ponernos al día con el plano regulador comunal y también con una Ley del Patrimonio, que realmente considere la participación ciudadana".
Camilo Kong, Concejal