A tres meses de las elecciones, Bolsonaro vuelve a cuestionar el sistema de sufragio de Brasil
PRESIDENCIALES. Esta vez lo dijo frente a 40 embajadores extranjeros y la oposición pidió que se investigue al mandatario. Urnas electrónicas se emplean desde 1996.
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, recibió este lunes a unos 40 embajadores extranjeros, a los que expuso su desconfianza en las urnas electrónicas que el país utiliza desde 1996, ahora en ocasión de las elecciones de octubre próximo.
La reunión fue en la residencia de la Presidencia y transmitida por las redes sociales del propio Bolsonaro, quien insistió en su campaña de descalificación del sistema electrónico de votación, que en Brasil no ha sido objeto de una sola denuncia de fraude desde que fue adoptado.
Bolsonaro exhibió documentos de la Policía Federal referidos a una investigación realizada unos meses antes de las elecciones de 2018 debido a unos supuestos ataques de piratas informáticos al sistema.
La Justicia electoral y la propia Policía Federal concluyeron que el intento de invasión no tuvo éxito y que no influyó en nada en los comicios de ese año, en los que Bolsonaro fue elegido presidente en segunda vuelta, aunque él sostiene que ganó en la primera.
En su exposición ante los diplomáticos, no obstante, insistió en que las elecciones de 2018 "no fueron totalmente transparentes", en que la investigación sobre lo que ocurrió ese año "no fue concluida" y en que el sistema de votación brasileño "no es auditable".
También citó unas supuestas irregularidades ocurridas en 2014, cuando la entonces presidenta Dilma Rousseff fue reelegida por un margen de tres puntos porcentuales frente al socialdemócrata Aécio Neves.
Aunque no lo dijo directamente, Bolsonaro volvió a aludir a una presunta posibilidad de que esté en preparación un fraude para las elecciones de octubre a fin de favorecer a Lula, quien según todas las encuestas tiene una intención de voto cercana al 45%, frente al 30% del actual mandatario.
Críticas a la suprema
Bolsonaro también reiteró sus críticas al Tribunal Superior Electoral (TSE) y citó que algunos de sus miembros integran también la Corte Suprema y "le devolvieron los derechos políticos" al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Aludió así una sentencia de la Suprema que, a inicios de 2021, anuló las condenas que pesaban contra Lula por supuesta corrupción por inconsistencias jurídicas detectadas en los procesos.
Bolsonaro volvió a insinuar, además, que algunos de los miembros de la Justicia electoral y el Supremo tienen "claros vínculos" con "la izquierda", por lo que puso en duda su "imparcialidad".
Demanda opositora
La oposición brasileña presentó ayer mismo una nueva denuncia ante la Corte Suprema contra Bolsonaro, acusándolo de "mentir" frente a los embajadores extranjeros.
"No se puede permitir que se utilice el cargo de Presidente de la República para subvertir y atacar el orden democrático, crear el caos y desestabilizar a las instituciones", dice la demanda.
También se acusa a Bolsonaro de hacer uso de la estructura del poder público en forma ilícita, de propaganda electoral anticipada, de abuso de poder político y económico y de atentar contra el Estado democrático de Derecho.
El presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, afirmó en una nota oficial que "el Parlamento, cuya composición fue electa por el actual y moderno sistema electoral, tiene la obligación de afirmar que las urnas electrónicas darán al país el resultado fiel de la voluntad popular, sea cual sea".