La paradoja de ser nortino
"En el norte hay gente de trabajo, que vive en condiciones extremas como Ollagüe o Colchane, en situaciones de urgencia". Sebastián Videla, Diputado de la República
En los últimos meses, hemos presenciado una grave crisis de seguridad por la cual atraviesa gran parte de nuestro país y que ha mantenido en alerta a todos los ciudadanos. Pese a los esfuerzos realizados, pareciera que nada cambia, por lo contrario, la situación se agudiza en lo negativo, al menos para nuestra región de Antofagasta. Al comienzo de este nuevo periodo electoral en el cual asumí como Diputado, hemos logrado instaurar un Estado de Excepción en la Macrozona Norte tras la lamentable y trágica muerte del camionero, Byron Castillo (QEPD). Desafortunadamente y sin conocer la realidad en la que todos vivimos, rápidamente la medida desapareció y dejó de ser aplicada. Una vez más, como tantas veces, el centro y sur del país son el foco de atención de las principales medidas drásticas que toma el gobierno.
Hoy, la constatación del vínculo de llegada de la peligrosa banda delictual "Tren de Aragua" con la migración irregular venezolana o el tráfico de armas de alto calibre en un vuelo comercial desde Miami hasta Antofagasta y entre numerosos otros hechos, debería incitar imperativamente al gobierno a poner punto final y rápido a toda esta situación.
Cuando era comunicador, las denuncias de robos y tráfico de vehículos eran a diario. Actualmente, apoyándonos en las cifras entregadas por Carabineros, podemos decir con certeza que este tipo de delitos ha tenido un aumento de un 130% en seis meses en comparación a cifras del año pasado. Son por esas sencillas razones que me pregunto ¿qué más debe pasar para que el norte sea escuchado? Crecen los delitos y la delincuencia y cada vez menos somos visibilizados. Es una paradoja.
Pese a todos los intentos que hasta hoy he realizado, siento que en Santiago no logran a darse cuenta de lo que es vivir en el norte. No saben lo que es estar a tres mil metros de altura en Ollagüe, no dimensionan el esfuerzo que cada día hacen nuestros agricultores para sacar adelante sus productos en el desierto más árido del mundo y no se reconoce una real importancia de nuestra región para el país. Para darle relevancia, se debe vivir en carne propia todos los hechos y es sin duda por eso que, en términos de seguridad en la región de Antofagasta seguimos esperando la tan ansiada planificación en terreno de autoridades centrales para el desarrollo de planes en esa área.
En el norte hay gente de trabajo, que vive en condiciones extremas como Ollagüe o Colchane, en situaciones de urgencia. Nuestra franja de tierra tiene necesidades diferentes y específicas. Nosotros hemos impulsado importantes iniciativas como la ley anti coyotes, la ley GPS y hemos trabajado férreamente en dar más herramientas y tecnologías a nuestras policías. Sin embargo, no podemos vivir con balaceras semanales, como en Calama, entre asaltos y robos como en Antofagasta o con tráfico de migrantes como en Tocopilla. En ninguna región debería ser así pero aún menos en la que aporta más al país. En ese sentido, es necesario tener una acción clara y decisiva en contra de la delincuencia y terminar con esa paradoja en la cual vivimos nosotros los nortinos.