En marzo se inauguró el mural del artista visual Luis Núñez San Martín, en una muralla ubicada al costado sur del Hotel Antofagasta, frente a la Casa Gibbs. La obra surgió en el marco de la conmemoración de los 30 años de PROA y la celebración de sus 20 años como artista. Después de cuatro meses, el trabajo ya presenta alteraciones provocada por actos vandálicos. La principal perturbación es la representación de una suerte de "platillo volador".

Pamela Ramírez, directora ejecutiva de PROA, calificó de lamentable esta situación. Al respecto dijo que ellos, como agrupación, vienen trabajando en el fortalecimiento de la identidad para que se plasme como un valor en la ciudad, "de manera de evitar que sucedan hechos vandálicos como vienen aconteciendo en la urbe desde hace algún tiempo, afectado lugares patrimoniales".

En este sentido dijo que el rayado al mural de Luis Núñez es un atentado contra una obra que es de todos y que embellece a la ciudad. "Es un trabajo que nos hace parte del recorrido cotidiano; que nos hace sentir orgulloso de lo nuestro y además, nos da la posibilidad de considerar nuestra historia en el día a día. Lamentablemente que esto se vea afectado da realmente pena, porque son rayados que no tienen sentido y estropean a una inmensa obra artística. Es triste que a estas alturas sucedan estas cosas, sin embargo, no podemos desfallecer y hay que continuar en este trabajo. Lo nuestro es fortalecer la identidad, dar valor a lo nuestro y generar arraigo de manera que nadie se sienta con la propiedad de dañar lo que es de todos los antofagastinos", afirmó.

Pamela Ramírez sostuvo que el mural interferido, como los otros que hay en la ciudad, merecen respeto y deben cuidarse, "porque nos hacen pensar en lo nuestro".

Artista

Por su parte, el artista Luis Núñez, dijo que "antes de cualquier otra reflexión es importante subrayar que los murales que están en la ciudad nos pertenecen a todos los que aquí habitamos, incluso a quienes vienen de paso. Los murales, tanto como los espacios públicos son parte del entorno en el que nos desarrollamos día a día y el reflejo de nosotros mismos".

Aclaró que este caso en particular, "este mural fue un trabajo de creación pensando en cómo nos hemos construido y cómo hemos llegado hasta hoy. Antofagasta es un ejemplo de la épica del desierto como decía Floreal Recabarren. Los hombres y mujeres que se asentaron en este territorio lo hicieron porque vieron aquí una oportunidad y hasta hoy eso sigue ocurriendo. Y si la ciudad acogió a nuestros abuelos, padres y nosotros mismos, debemos analizar si nos hacemos cargo de devolverle algo, de mantener su patrimonio, sus monumentos… incluso sus calles y parques".

De esta manera dijo que el rayado no tiene explicación para la intervención que se hizo en la obra, pero al menos nos hace reflexionar sobre cómo nos hacemos responsables de lo que nos pertenece a todos.

Cultura

En tanto, el seremi (S) de las Culturas, las Artes y el Patrimonio en Antofagasta, Cristián Retamales, afirmó que en primer lugar "condenamos enfáticamente el daño a nuestros murales que son muestras fidedignas de la idiosincrasia antofagastina, especialmente los murales de Luis Núñez, que además tienen una gran estética.

Con estos hechos se hace más presente la necesidad de cuidado de nuestros espacios, murales, plazas, sitios patrimoniales y de memoria. Lo anterior con el propósito de poder aprovecharlos y disfrutarlos especialmente para las nuevas generaciones".

Sostuvo que se debe avanzar en mejorar los mecanismos de fiscalización contra este tipo de actos vandálicos y fortalecer las instituciones con injerencia directa de la protección de nuestras obras artísticas, sitios patrimoniales, monumentos y espacios para el disfrute de todos y todas.

Llegó con una amiga a trabajar a una empresa Demarco para hacerse cargo del lavado de contenedores, pero la vida la llevó por otro camino, desempeñándose como peoneta en la recolección de residuos domiciliarios. Trabajo que disfruta y que le ha permitido dar educación a sus hijos.

A las 6 de la mañana comienza la jornada de María Cortés. Llega a la base de Demarco en Antofagasta lista para iniciar el día junto a sus colegas arriba del camión recolector. No siempre le toca la misma ruta, sin embargo, el patrón común es la sorpresa entre la gente que la ve correr tras el camión y cargando contenedores de basura. "Es un trabajo como cualquier otro, nos cuenta María, con la diferencia de que acá se recoge lo que todos sacan de sus casas".

A través, de la mascarilla se logra ver el entusiasmo con el que hace su trabajo, reconoce que le gusta mucho lo que hace. Aquí logra mantener un muy buen estado físico y tiene tiempo para compartir con su familia. Además, es una labor que aporta a la ciudad, que los vecinos valoran, y eso la hace sentir muy orgullosa.

Pero el camino para ganarse un espacio en un ambiente masculino, no ha sido fácil. "Al principio cuesta, pero después te acostumbras. Igual tienes que pelear con el machismo. De primera nadie quería trabajar con nosotras porque éramos mujeres, tuvimos que pelear para hacernos un espacio. Ahora nos piden para trabajar con ellos, ya saben que por ser mujer no vamos a trabajar menos o vamos a ser menos que ellos".

María es directa y honesta, si algo le parece mal, simplemente lo dice, aunque los años le han enseñado que a veces es mejor detenerse y observar. Es así como se ha ganado el respeto de sus colegas que valoran mucho su presencia.

Cuando mira para atrás y recuerda los 12 años de trabajo que lleva en como recolectora, asegura que el lugar se lo ha ganado por su esfuerzo. De ahí que sueña con que se le dé más oportunidades a las mujeres para trabajar como peoneta, "porque somos más responsables y tomamos más en serio el trabajo. Las mujeres si queremos, lo logramos", afirma.