Asesinan a un fiscal ecuatoriano a solo 24 horas de atentado terrorista en Guayaquil
CRIMEN ORGANIZADO. Fue acribillado a balazos desde una moto.
La Fiscalía General de Ecuador hizo público ayer su "enérgico rechazo" a la situación de violencia que vive el país y "que todos los días cobra víctimas mortales", como la noche del lunes, cuando fue asesinado un fiscal de la provincia de Los Ríos, o como 24 horas antes, cuando una bomba mató a cinco personas en Guayaquil, donde el Gobierno decretó 30 días de estado de excepción.
Según El Comercio, el fiscal Federico Estrella regresaba a su casa en Babahoyo cuando fue acribillado a balazos por sujetos que se trasladaban en moto.
La Fiscalía ecuatoriana reiteró ayer su compromiso con la ciudadanía de brindar el acceso a la justicia, "a pesar de este y otros atentados sufridos por servidores y trabajadores de la institución, además de varios intentos de amedrentamiento, con la clara intención de intimidarlos debido al cumplimiento de sus funciones".
"Es necesario que el país cuente con una estrategia efectiva para luchar contra todo tipo de delincuencia y prevenga la muerte diaria de personas inocentes y que las instituciones trabajemos en el marco de sus competencias en beneficio de la ciudadanía", añadió.
El crimen de Estrella se da en momentos en que la policía investiga la explosión en el barrio Cristo del Consuelo de Guayaquil, el domingo en la noche, donde cinco personas murieron y 17 resultaron heridas.
Según el ministro del Interior, Patricio Carrillo, en el atentado se usaron explosivos de fabricación casera elaborados con base en sustancias químicas y se descartó la utilización de granadas o dispositivos de uso policial o militar.
"Lo que más nos preocupa es la capacidad que están teniendo para construir estos elementos de manera casera. Estos son aficionados que han aprendido desde las ciencias, desde la química. Lo que se utilizan son elementos caseros, entre esos acetona", dijo el ministro.
La potencia del explosivo colocado en la calzada junto a una vivienda generó un orificio de 1,6 metros de diámetro, de 36 a 40 centímetros de profundidad y cuya onda expansiva llegó a entre 60 y 70 metros, explicó.
La explosión mató a dos mujeres y un hombre en el lugar, mientras que otras dos personas fallecieron en los hospitales a los que fueron llevados.
Las autoridades presumen que el atentado estaba dirigido contra un sujeto conocido con el alias de "Cucaracha", así como contra otro conocido como "Junior", que al parecer tienen relación con la denominada banda "Tiguerones", vinculada al microtráfico de drogas y a las masacres perpetradas durante los últimos dos años en varias cárceles ecuatorianas.