La frecuencia en las raciones de alimentos ha disminuido, así como también los operativos de ayuda humanitaria en sectores costeros. Una realidad que reconocen integrantes de organizaciones de ayuda humanitaria en la región debido al menor aporte de voluntarios para financiar estos operativos.

Una realidad que en la Agrupación Social Corazones Unidos de Antofagasta reconocen se ha acentuado en los últimos meses, en medio de la sostenida alza en el costo de vida del país. "Enfrentamos una situación súper complicada, lo que nos ha afectado bastante. Somos una organización en la que no contamos con ayuda de ninguna institución, salvo la que obtenemos de las actividades que organizamos. Antes distribuíamos tres veces almuerzo a la semana acá en la casa de Corazones Unidos, pero hoy no nos alcanza. Ahora solo entregamos raciones de alimento los sábados, y cuando se puede avisamos a quienes necesitan que vengan a buscar almuerzos los martes y jueves", detalla con pesar Violeta Navea, directora de la agrupación Corazones Unidos. La organización la integran unas 15 personas, de las cuales ocho forman parte de las actividades en terreno. Un tipo de asistencia humanitaria que se suma a la que brindan en el inmueble de Corazones Unidos, ubicado en calle Chacalluta Nº214, en el sector norte de la ciudad. Por estas instalaciones deben cancelar $700 mil de arriendo, que consume gran parte de los recursos.

"Acá la gente viene, se baña y come. Aunque por todo lo que está pasando nos ha costado bastante. Hoy estamos enfocados en ayudar a todas las personas que vengan a buscar alimento, porque antes lo hacíamos principalmente con las personas en situación de calle. Salíamos a terrenos los sábados, a las playas, para entregar ayuda… pero ya no nos alcanza para eso. Solo estamos entregando alimentación a los que vienen a la casa", agrega Navea.

Una realidad que ocurre en medio de la alta presión inflacionaria que enfrenta el país, que en los últimos 12 meses se ha empinado en 13,1%. El mayor registro desde 1994. A este indicador se suma el aumento interanual de 20,6% en la canasta básica de alimentos, que se proyecta aumente la cantidad de familias en situación de pobreza.

"El alza en el valor de los productos nos ha complicado más de lo normal. Porque si antes alguien nos ayudaba, por ejemplo, con dos paquetes de fideos, hoy nos entrega uno. Esto nos ha tenido muy complicados a partir de inicios de este año. El gobierno debería disponer de mayores recursos para las organizaciones, porque al final hacemos el trabajo de ellos", complementa Miriam Loyola, jefa de proyecto de Corazones Unidos.

"Todos los viernes estamos haciendo sopaipillas, picarones, empanadas y estamos intentando programar una peña para reunir fondos. Hoy la comida se está solventando del bolsillo de los socios, que son un 15, aunque hoy son unos ocho socios quienes nos entregan ayuda", añade Loyola, quien sostiene que los interesados y voluntarios que deseen colaborar pueden contactar a la organización a través de la cuenta de Facebook Corazones Unidos Antofagasta o mediante el correo electrónico corazonesunidosantof@gmail.com

Aldea sos

En la Región de Antofagasta la organización no gubernamental (ONG) Aldeas Infantiles SOS suma 34 años de labor, donde hoy cuenta con dos líneas programáticas activas de ayuda humanitaria. Una de estas se denomina Programa de Fortalecimiento Familiar. Esta iniciativa busca promover los derechos de los niños y niñas que viven en contextos de exclusión y riesgo. Como parte de esta labor esta entidad trabaja en el Macro Campamento Balmaceda con familias principalmente migrantes de tres comunidades, lo que ha permitido apoyar con distintos servicios a 192 niños, niñas, adolescentes y familias. Mientras que el Programa de Acogimiento Residencial, más conocido como Aldea, se denomina la otra iniciativa de esta ONG. Un sistema de cuidado alternativo transitorio y protector para niños y niñas, entre los 6 a los 13 años, que han vivido graves vulneraciones de sus derechos y además han terminado separados de su medio familiar por una medida de protección emanada de un Tribunal de Familia. Para esta labor Aldeas Infantiles SOS posee inmuebles ubicados en el centro de Antofagasta con un enfoque familiar.

"Actualmente las principales fuentes de ingresos de Aldeas Infantiles SOS Chile son tres. Un 10% proviene de aportes internacionales recibidos desde nuestra casa matriz en Austria, un 40% ingresa a través de aportes del Estado y el 50% restante corresponde a ingresos del sector privado generados localmente, es decir, mediante nuestros socios, empresas amigas y donaciones de punto fijos ubicadas en mall y locales comerciales. Sin duda alguna que estamos en tiempos complejos en materia económica en el país", comenta Joel Valenzuela, director de Aldeas Infantiles SOS de Antofagasta. Ambos programas hoy benefician a más de 200 niños, niñas, adolescentes y familias.

"Nosotros estamos mandatados a seguir adelante porque debemos continuar nuestro trabajo de prevenir vulneraciones contra los niños y cuidar a aquellos que nos fueron confiados, porque sus familias no pueden entregarles contextos protectores. Sin embargo, sí hemos podido generar algunos ahorros en partes de la administración central (Oficina Nacional) y por la inevitable postergación de inversiones en la recaudación de fondos por las consecuencias de la pandemia, la cual tendrá sus impactos en el mediano plazo. Además, hemos debido asumir aumentos de costos en muchos ítems del trabajo diario, principalmente en lo referente a la salud mental de los niños y la escasa oferta pública disponible, por lo que debemos invertir gran parte de nuestros recursos en medicina privada, pues el bienestar de los niños es nuestra principal prioridad de acuerdo a nuestra política de cuidado. Por eso, estamos en nuestra Colecta Nacional 'Defendamos la inocencia de los niños", agrega. Una iniciativa hoy cien por ciento virtual, cuya meta consiste en recaudar $60 millones que permitirían lograr recursos para seguir atendiendo a más de 1.300 niños, jóvenes y familias que forman parte de los 17 programas a nivel nacional.

"Estamos muy lejos de llegar a la meta y solicitamos a la comunidad antofagastina a que colabore desde 500 pesos en el sitio web www.colectasos.cl, donde hay múltiples medios de pago para que nadie se quede fuera de esta cruzada solidaria", agregaron desde Aldeas Infantiles SOS.

La seremi del Trabajo, Camila Cortés, junto al equipo de la subsecretaría de Previsión Social, dieron a conocer los resultados regionales de los "Diálogos por Pensiones Dignas", iniciativa que busca entregar las claves para avanzar en la reforma al sistema de pensiones.

En la instancia, realizada vía telemática, participaron representantes de trabajadores y empleadores, entre ellos, la Coordinadora de Trabajadores de Terminales y Puertos de la Región de Antofagasta (COTRATEP), y Fernando Cortez, gerente general de la Asociación de Industriales de Antofagasta (AIA).

Cortés enfatizó que, "es importante destacar el carácter tripartito que tuvieron los diálogos en todo el país, en el caso específico de nuestra región, contamos con la presencia de personas expertas en materia previsional, pero también con representantes del Gobierno, con representantes de las empresas empleadoras y sobre todo con trabajadores ".

Diagnóstico

De acuerdo al informe, en los diálogos realizado en Antofagasta participaron un total de 71 personas. En la ocasión, se evaluaron los dos pilares que sustentan el sistema de pensiones en Chile: Capitalización individual y Pilar solidario en base principios de la seguridad social como: universalidad, solidaridad, igualdad, participación, suficiencia y sostenibilidad.

Del total de encuestados, la mayoría de las personas consideran que el sistema actual no entrega seguridad social, ni pensiones dignas.

Sin embargo, entre los empleadores, hay visiones encontradas con respecto al sistema, esto ya que, al momento de evaluar la existencia de los principios de seguridad social en el pilar de capitalización individual, los resultados arrojaron que el 74% de los trabajadores y un 73,5% de las personas de Gobierno perciben que los seis principios están de manera ausente o muy ausente en el pilar contributivo de capitalización individual.

En tanto, sólo un 67,2% de las personas empleadoras lo considera.