El presidente de la Reserva Federal de EE.UU. (FED), Jerome Powell, reconoció ayer que continuar con una política monetaria restrictiva para reducir la inflación implica algunos "problemas a los hogares y las empresas" y que no hacerlo causaría "un dolor mucho mayor".
"Debemos seguir hasta que el trabajo esté hecho", recalcó Powell en la inauguración de la esperada reunión de dirigentes económicos de Jackson Hole, en Wyoming, quien en su análisis macroeconómico consideró que la economía estadounidense sigue mostrando un momento "fuerte", como fuerte está su mercado de trabajo.
El jefe de la entidad que opera como banco Central estadounidense agregó que "los registros históricos advierten fuertemente contra la relajación prematura de las políticas monetarias".
En este sentido, Powell explicó que restaurar la estabilidad de precios "probablemente requerirá" mantener una postura monetaria "restrictiva durante algún tiempo".
Reconoció que "en algún momento", todavía no estimado, será recomendable ir "moderando el ritmo de subidas" de tipos de interés.
Powell recordó que en julio, tras subir la tasa de interés en 0,75 puntos, en el cuarto incremento seguido de tipo de cambio y el segundo consecutivo de la misma cantidad, se advirtió de otro posible "aumento inusualmente grande" en septiembre, pero ayer condicionó la posible alza a la evolución de los datos y de las perspectivas económicas.
En la cita participan presidentes de Bancos Centrales, responsables de instituciones y directivos de empresas, y el contexto es una inflación mundial desbocada como consecuencia de la guerra de Ucrania y los coletazos de la pandemia.
Con el tema "Reevaluación de las restricciones en la economía y la política", los participantes debatirán hasta hoy sobre temas como las restricciones económicas producidas durante la pandemia o sobre cómo las consideraciones de suministro han vuelto al centro del escenario. Todo ello con la necesidad de reducir la alta inflación como eje.
Agresividad
Por otro lado, Powell defendió las decisiones del banco regulador estadounidense, que ha sido mucho más agresivo que otros centrales en su lucha contra la inflación: "Los bancos centrales pueden y deben asumir la responsabilidad de lograr una inflación baja y estable", dijo.
Cabe señalar que el Banco Central Europeo sólo ha aprobado, de momento, una subida de los tipos de medio punto, hasta el 0,50%, la primera en 11 años.
No obstante, Powell advirtió que el mercado laboral en estos momentos sigue habiendo un desequilibrio, porque los puestos de trabajo que las empresas tienen que cubrir, son "sustancialmente" más que el número de trabajadores disponibles para ocuparlos.
Asimismo, el mandamás de la FED sostuvo que "la historia ha demostrado" que los costos para el empleo de las políticas destinadas a reducir la inflación tienden a aumentar, sobre todo si se prolonga en el tiempo una inflación elevada. Nuestro objetivo es evitar esa posibilidad actuando para resolver el problema ya".
Por su parte, la directora adjunta del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath. se mostró esperanzada de que los bancos centrales puedan contener la inflación en los próximos dos años, pero alertó de que uno de los mayores riesgos es que las expectativas inflacionarias se disparen y dejen de estar vinculadas a datos y análisis sobre la realidad de la economía.
Gopinath señaló también que el covid-19 y la guerra en Ucrania han sido un "test de estrés" para las políticas monetarias de los distintos países y la recuperación económica tras la pandemia ha demostrado que llevar la actividad económica a su pleno potencial crea un riesgo de inflación "significativo".
"Cuando la economía opera a plena capacidad, el desempleo cae y los sectores clave sufren problemas de suministro, algo que hace subir los precios", destacó.