Las dificultades del retorno a clases presenciales este 2022 han revelado un daño profundo en la salud mental en todos los niveles educativos, tanto de docentes, estudiantes, como de las propias familias.

Como Hogar de Cristo, estuvimos en el seminario del Observatorio por las Trayectorias Educativas con los principales expertos del tema en Chile, donde se dieron a conocer datos concretos, que hablan del bajo nivel de asistencia, el rezago educativo generado por la pandemia, sobre todo en la capacidad de lectura y escritura, los niveles de depresión y angustia, la urgencia de apoyo sicosocial que manifiestan los niños, niñas y adolescentes, incluso los párvulos.

El diagnóstico es bien dramático.

Nosotros ahí llevamos la voz de los estudiantes más vulnerables, los que tiran la esponja porque no le encuentran sentido, ni protector ni promotor a la escuela. Los mismos que representados en una reciente entrevista hecha a una joven de Fundación Súmate declaraban su interés por "aprender a hablar bien" para ser escuchados.

En estos días marcados por el rezago y los problemas de inasistencia y convivencia escolar, está teniendo lugar la final del campeonato de debates escolares más importante de Chile, Jugao 2022. Esta iniciativa del Hogar de Cristo nació en 2020, cuando la pandemia había confinado a casi todo Chile y los estudiantes entraban en ese extraño mundo de las clases telemáticas, con todos los problemas de brecha digital, dificultades para conectarse, carencia de dispositivos adecuados, problemas de conectividad en zonas rurales o urbanas precarizadas. Fue una manera de darle luz al gas de la convivencia a través del intercambio de ideas, en un modelo de debate clásico, que ha sido muy exitoso.

Hoy, 16 establecimientos educacionales, de más de 30 que postularon en esta tercera versión, provenientes de todos los sectores y regiones del país, han convergido en nada menos que el edificio de la ONU, en Chile, para salir vía streaming con sus voces al éter. Para ser escuchados en todo Chile y el mundo, con mensajes que tienen un componente común: la búsqueda de acuerdos y que, además se fundan en los 17 objetivos de desarrollo sostenible de la ONU que apuntan a terminar con la pobreza y la desigualdad el año 2030.

Eso es lo que virtuosamente están apoyando los debates Jugao, inscritos, además, en temas de completa actualidad, relacionados con la igualdad de género y la inclusión de la población LGBTQ+. "Por ti, por mí, por todxs" fue la bajada de título de Jugao 2022.

Y el resultado de las tres versiones, en particular de esta última, es un ejemplo de discusión racional, civilizada y empática, donde jóvenes de octavo a cuarto medio de colegios de distintas comunas de Chile nos dieron una verdadera lección de convivencia, empatía y civilidad.

Sin lugar a dudas que uno de los aspectos relevantes del plebiscito de salida, verificado el domingo, fue la alta participación ciudadana. Algunos habían anticipado que la obligatoriedad de votar y la importancia del referéndum significaría un aumento en las urnas y algunos se atrevían a pronosticar que hasta un 70% del electorado podría cumplir con su deber ciudadano, pero todas estas estimaciones quedaron cortas ante la masiva asistencia.

A nivel nacional se registró un participación superior a los 13 millones de sufragantes, un 86% del padrón total que alcanza a 15.173.857 personas.

Mientras que en nuestra región fueron 394 mil 322 los votantes lo que corresponde al 81% de los 481 mil 069 del padrón.

Hace algunos días comentábamos que los pronósticos del Servel apuntaban a llegar a un 80% del electorado y se veía casi inalcanzable. La realidad confirmó las estimaciones incluso un poco más, algo inesperado y que abre un nuevo debate sobre reponer la obligatoriedad del voto.

Es preciso recordar que la abstención ciudadana desde que el voto es voluntario creció a niveles que superaron el 50%. Se habló de desinterés y un quiebre con el modo de hacer política. Cierto o no, esto redundó en que cada vez las elecciones fueran menos representativas y muy distinto a lo vivido el domingo recién pasado.

Quienes defendieron el voto voluntario hoy no están tan convencidos que sea apropiado para nuestra sociedad. Si bien existe cultura cívica también hubo desapego en un grupo no menor que son los padres de los jóvenes que hoy están en edad de sufragar y cuya enseñanza es "vota si quieres" muy distinta a la de las generaciones anteriores "cumple con tu deber".

Tiempos distintos y tras lo acontecido es muy claro que es necesario que el voto sea obligatorio. No sólo por la participación sino que entrega solidez a los resultados y representatividad.

Dentro de todos los debates y acuerdos que se vienen de ahora en más. Tal vez debiera ser el punto de inicio sentenciar que de hoy en adelante se retoma el voto obligatorio y que quienes no participen arriesgan multas. De allí lo que viene tendrá un mayor sustento.