"El Gobierno (central) tiene que asumir su rol gobernando, y tiene que empezar a asumir un rol de liderazgo"
Antes de ahondar en los conocidos resultados del plebiscito, el gobernador Ricardo Díaz enfatiza que lo visto en la jornada de los sufragios fue una gran noticia en lo cívico: "Si tú analizas lo que fue todo el proceso acá en la Región, fue impecable. Con vocales de mesa que llegaron a tiempo, donde se coordinó todo el tema de transporte, seguridad. Fue un gran ejemplo de civismo".
Luego, señala que el resultado "marca una gran verdad, que se venía instalando en la opinión pública, y que nadie se atrevía a contradecir: no estamos tan polarizados como se ha dicho. Nunca hubo esa división que se planteaba. Y rescato la sabiduría de nuestra ciudadanía, que fue clara y contundente, en plantear que es necesaria una nueva Constitución, pero que ese texto no la representaba".
Siendo una de las autoridades locales que respaldó aprobar la propuesta de Constitución, el gobernador Díaz afirma que "veía en el texto una buena oportunidad para todo lo que tiene que ver con la descentralización y el empoderamiento de los gobiernos regionales. Ese capítulo en sí, donde tuvimos harta incidencia los gobernadores en conjunto con la Convención, era un capítulo que nos daba muchas certezas de muchos reclamos que nosotros teníamos. Siempre está esa queja, de que todo se va hacia Santiago y queda poca riqueza en los territorios. El texto resolvía ese problema".
¿Se perdió la oportunidad de tener una nueva Constitución? ¿O lo ve como una oportunidad?
- Lo que veo acá es una oportunidad. Creo que, hoy en día, la ciudadanía ha sido contundente, y lo que ha manifestado, claramente, es que le molesta esos liderazgos que se embriagan en el triunfo, y que creen que el triunfo coyuntural de una elección viene a ser la palabra sagrada. La ciudadanía ha manifestado que no quiere polarizaciones, no quiere más divisiones y enfrentamientos. Lo que quiere es un trabajo coordinado, un trabajo en conjunto, y a lo que nos está llamando es que todos seamos capaces de plantear una propuesta de nueva Constitución donde estén todos incluidos.
Por tanto, yo invitaría a no embriagarse con estos resultados. Porque, así como se cuestionó cuando el plebiscito de entrada ganó por una alta contundencia, y algunos constituyentes que salieron con dichos muy pocos afortunados, hoy día estoy viendo a algunas personas que también se están embriagando con este triunfo, y se lo están arrojando, cuando no es así. Lo que tenemos es que, simplemente, no se ha aceptado el texto, y en eso se ha dejado una clara muestra de que no hay un país polarizado, sino que hay un país que quiere cambios, pero con normalidad, tranquilidad y paz.
Excesos y maximalismo
Ya con el clima más relajado, ¿qué factores podrían explicar el contundente rechazo al texto de la Convención?
- Hubo algunos excesos, alguna voluntad maximalista. Y, de hecho, así lo planteó el Presidente en su discurso. Vimos que hubo el afán de tratar de plantear algunos cambios demasiados acelerados. En general, la ciudadanía está buscando tener certezas de que vamos a ir progresando nuestras condiciones, pero que esto sean con un clima de unidad y de participación continúa. Todo intento de excluir a otro fue algo que la ciudadanía castigó en este texto constitucional. Todo intento de darse gustitos personales, como lo vimos en el trabajo que hicieron algunos constituyentes, fue algo que se castigó con fuerza. Si bien hubo un intento del Gobierno de tratar de sacar este texto por lo que significaba simbólicamente, terminar con la Constitución de Pinochet, fue la ciudadanía claramente la que planteó que quiere un cambio, pero no lo quiere de esta manera. No quiere ese voluntarismo extremo de tratar de creer que las ideas se tienen que imponer como sea. Eso fue lo que, en parte, va explicando este triunfo del Rechazo.
Espero que el desafío lo adopte la clase política en general, porque por lo menos hay un sector que sigue hablando de un diálogo, de construir una nueva Constitución y permitir las bases para que esta construcción sea lo más amplia posible e incluya a todos.
¿Y se debería incluir a ese sector que se dio esos "gustitos"?
- Lo que hay que hacer es escuchar a la ciudadanía y aprender de lo que nos está diciendo. Eso es relevante. Todos aquellos que creyeron que su agenda personal era posible enmarcarla en un contexto de reforma constitucional, tienen que entender que la ciudadanía fue bastante clara y precisa. Se requieren acuerdos de mayoría, donde todos se sientan incluidos. Espero que se haya tomado nota de ese proceso. Porque seguir insistiendo en levantar ideas que excluyen a una parte de la población no es buena idea, ni para un sector ni para otro.
Y esa embriaguez a la que se refiere, ¿la vio en los constituyentes regionales?
- Por lo menos estoy muy satisfecho del quehacer de los representantes de nuestra Región. No vimos en ellos los excesos que se veían en otros representantes que generaban la molestia. Yo validaría y respaldaría lo que hicieron nuestros representantes de la Región.
Errores del Gobierno
¿Esto va a perjudicar la administración del Presidente Boric? La oposición ha manifestado que esto también es una derrota para el Gobierno...
- Los pocos que han manifestado que es una derrota del Presidente caen en esa embriaguez. Hay que tener mucho cuidado con los análisis y evaluaciones, y con ese intento de apropiación que se hace de un proceso que fue muy masivo. Nadie, ningún sector político, tiene el 60% del electorado. En eso hay que ser claro. Este triunfo es de la gente, de la ciudadanía que ha manifestado que se requiere un gran acuerdo. Por lo mismo, yo creo que no hay que proceder con esos análisis producto de la pasión del momento. Hay que ser cautos y escuchar mucho lo que la ciudadanía pide.
Posteriormente, el gobernador recalca: "Acá el Presidente tiene un desafío muy grande, que es ser capaz de escuchar lo que la ciudadanía ha dicho y ser capaz de hacer los cambios que sean necesarios para articular esas respuestas (...). El error del Gobierno, a nivel central, fue enlazar el éxito de su propia gestión, con lo que estaba pasando con el proceso constituyente. Fue un error y que no debe volver a repetir. El Gobierno tiene que empezar a asumir su rol gobernando, y tiene que empezar a asumir un rol de liderazgo, donde se escuchen voces distintas, que den estabilidad. Claramente se cometieron errores, y estoy seguro de que el Presidente va a saber cómo enmendarlo.
Entonces, ¿sí cree que el Gobierno puede levantarse después de esto?
- No es que pueda, el Gobierno debe levantarse de esto. Aquí lo que se requiere es siempre pensar en el interés superior, que es el bienestar de todo nuestro país. Y para que eso se logre, el Gobierno tiene que despabilarse y tiene que dar muestras claras de gobernabilidad. Ahí tiene que escuchar lo que estamos diciendo las regiones. Hemos levantado el tema de la seguridad; hemos levantado el tema de la migración; hemos levantado de la necesidad de resolver los problemas de vivienda. Esos son los temas que yo espero que el Gobierno empiece a poner mayor énfasis. Lo que ha pasado es que muchas veces, por no responder a las demandas urgentes e inmediatas de la ciudadanía, se termina castigando un proceso, puesto a que se cometió el error de enlazar la propia gestión con lo que iba a pasar con la Constitución.
"Todos aquellos que creyeron que su agenda personal era posible enmarcarla en un contexto de reforma constitucional, tienen que entender que la ciudadanía fue bastante clara y precisa".