Comercio establecido anticipa hora de cierre por inseguridad en zona céntrica
CIUDAD. Hasta un 20% en pérdida en ventas reconocen Pymes de casco histórico de Antofagasta, debido a expansión delictual, de ambulantes y el deterioro del sector.
La progresiva decadencia que registra el casco histórico de Antofagasta, en medio de un aumento de la sensación de inseguridad por la expansión de delitos y de ambulantes en la zona, ha forzado a pequeñas y medianas empresas (Pymes) del centro de la ciudad a anticipar los horarios de cierre con el consiguiente impacto en las ventas de sus locales.
Una realidad que lamentan empresarios y comerciantes establecidos del sector. El deterioro de esta zona de la ciudad, según comentan, se evidencia además a diario con rayados, deterioro de mobiliario público y aumento de desechos y desperdicios en zonas ocupadas por el comercio informal no autorizado. Un ambiente que ha condicionado un retiro cada vez más adelantado de transeúntes y clientes que acuden al sector.
Hechos
Entre los últimos episodios que reflejan la inseguridad del casco histórico de la capital regional se registra el ocurrido la noche del miércoles pasado entre Sucre y Latorre, en el acceso de la cervecería Bundes. Testigos de este incidente, difundido en un video, comentaron que a un sujeto en medio del aparente intento de ingresar al local se le cayó un revolver. Finalmente, carabineros detuvo al individuo y un sospechoso.
Eduardo Lorca (49), administrador de este recinto reconoce que este caso policial refleja la inseguridad del sector. "Suponemos que querían ingresar al local, porque hace rato dos tipos estaban en la esquina diagonal al negocio. Luego cruzaron, y cuando lo hicieron llegó aparentemente un policía de civil, redujo a uno y luego Carabineros logró la detención de otro. La pistola quedó en el suelo (…) La semana pasada, además, en un local que tengo en calle Matta frente al Mercado en plaza Sotomayor, llegó un tipo corriendo y se metió al negocio. Tenía sangre en la zona del abdomen. Nos pidió que lo ayudáramos que lo querían matar, y se metió hasta la bodega para esconderse. Detrás de él llegaron unas cinco personas, y disculpen la expresión, de color de piel negro. Dos de ellos venían con cuchillos, y un cuchillo estaba ensangrentado. Era quienes lo estaban buscando '¿Dónde está?', gritaban; y si no decíamos dónde estaba nos iban a matar a todos, decían", detalla Lorca, sobre un episodio que ocurrió cerca de las 22:30 horas en la otra fuente de soda que administra, y en momentos en que unas tres mesas permanecían ocupadas por clientes.
"Está complicado el centro. Por lo mismo, estamos cerrando más temprano, de hecho, yo he anticipado la hora de cierre de los locales en dos horas. Esto significa vender menos, porque son dos horas menos de trabajo. Por ejemplo, el local que queda frente al Mercado, antes yo lo cerraba a las 11 (de la noche); pero desde que pasó esto la semana pasada, lo estoy cerrando a las nueve de la noche. Y en el otro local, que ha salido en un video (Sucre y Latorre), antes cerraba a las tres de la mañana, y ahora he debido hacerlo a la una de la mañana. Pero he pensado cerrarlo más temprano incluso, porque está muy peligroso el sector en la noche (…) Debido a estos cierres prematuros el impacto diría que es de un 20% menos de ventas", agrega.
Según datos de la Subsecretaría de Prevención del Delito, en el segundo trimestre 2022, la Región de Tarapacá registra una tasa de 765,6 casos cada 100 mil habitantes, que corresponde a la tasa más alta del país. Luego sigue la Región de Antofagasta (754,6 casos cada 100 mil habitantes).
En tanto, a nivel país de acuerdo a la última Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (ENUSC) correspondiente al año 2021, la percepción de inseguridad (temor de la ciudadanía frente a una percepción de alza en la delincuencia) llegó a niveles históricos. De acuerdo a este informe -publicado por la Subsecretaría de Prevención del Delito en conjunto con el Instituto Nacional de Estadísticas de Chile (INE)-, este indicador alcanzó una cifra de 86,9% el año pasado. El registro más alto desde 2003.
Para Miguel Araya (47), quien posee una tienda de cerrajería en calle Maipú, entre Ossa y 14 de Febrero, el declive del sector se ha acentuado con fuerza en los últimos meses por los altos niveles de inseguridad. "Ya después de las seis no se puede trabajar, porque es mucha la delincuencia. El sábado pasado, como al mediodía, un tipo sacó una pistola y empezó a agarrarse a balazos. Menos mal que la pistola era de balines. Llegó incluso Carabineros. Fue una discusión por un estacionamiento. Hace un tiempo ya que se ven tipos raros, ambulantes, extranjeros que se ve que no andan en nada bueno. Fumando marihuana, tratando de asaltar a alguien… traficantes".
"De hecho el otro día, un adulto mayor llegó al local y me dijo que lo venían siguiendo, y entró como para despistar al que lo seguía, que entiendo era venezolano. El tipo siguió de largo (…) Hoy no hay que arriesgarse, porque después de las seis de la tarde se ve 'peluda' la cosa. A las seis yo ya cierro, porque después de las cuatro y media empieza a verse gente rara. Antes cerraba a las nueve, porque estaba dentro de un supermercado, pero me saquearon, así es que me vine para acá", explica Araya, quien sostiene que debido al cierre anticipado de su local las ventas también han bajado en un 20%.
Control fronterizo
Para Lorca, administrador del local Bundes, junto al necesario aumento de tecnología de y equipamiento de las policías para enfrentar la expansión delictual, deben adoptarse medidas de control fronterizo.
"Hay que partir la raíz de esta cuestión. En mi caso, todos los delincuentes con los que me he 'terciado' son extranjeros. La génesis de todo esto es el ingreso irregular y sin control. Porque no se sabe nada de quienes entran (…) Mientras no haya un control esto seguirá aumentando, porque podemos instalar cien mil cámaras, contar con más carabineros, pero si no controlamos el ingreso ilegal no se solucionará nada".