Resurge en EE.UU. el "happy hour" como antídoto contra la inflación y pandemia
OCIO. Con el tequila margarita como trago favorito, los ciudadanos buscan retomar su vida social "precovid" y aprovechar además los descuentos.
Agencias
El invento anglosajón del "happy hour", la "hora feliz" con descuentos en el precio de las bebidas, resurgió con fuerza en todo Estados Unidos, en un reflejo de cómo los bares de tragos y restaurantes conquistaron a un público multitudinario que busca sortear la inflación y recuperar la vida social mermada por la pandemia.
No es el verano, con sus tardes propicias para aventuras de barra, el causante de que se imponga esta tendencia. Causa de su popularidad creciente es, a todas luces de bar, la inflación y quizás un cambio de hábitos provocado por la pandemia.
Según el sitio de internet Cocktail Index, los encuentros en las tardes de "happy hour" en restaurantes o modernos "lounges bares", cuando los establecimientos sirven bebidas a un precio inferior al habitual, aumentaron 54% en Estados Unidos en 2022, comparado con años previos a la pandemia.
Idilio con el "happy hour"
Los estadounidenses tienen un idilio con los "happy hours" y mezclan con fervor vistosas o reformadas invenciones de coctelería como mojitos, caipiriñas, cosmopolitan, martinis y, en especial, margaritas, este último el bebesitible que reina por encima de los demás generalmente entre las 5 y las 7 de la tarde de lunes a viernes.
Bebidas alcohólicas entre 4 y 7 dólares, botellas de vino a mitad de precio, ofertas especiales de 2 x 1 o segunda copa gratis y tapas económicas son algunos de los invencibles reclamos y de las promociones de venta en las tardes.
"El alza de los precios actuales creo que tiene mucho que ver con la popularidad del 'happy hour' y el aumento de público respecto de años pasados, que en nuestro caso ronda el 30 %", dice a Efe Miguel Flores, gerente de DC Pie Co, un local de sello italiano muy concurrido en Brickell, el corazón financiero de Miami.
En este local de ambiente relajado y mesas al aire libre se impone también la margarita, o más bien el Mule Margarita, una refrescante combinación a base de "ginger beer" (cerveza de jengibre), zumo de lima y tequila o vodka, entre otros ingredientes, explica Flores.
La oferta en DC Pie Co de bebidas alcohólicas a 7 dólares y pizza artesanal a 9 dólares convoca a una variada y tranquila clientela de la zona.
Cambio de hábitos
En Miami, un mosaico de agitada coctelería y sabores de impronta latina, tiene gran protagonismo por estos días en los "happy hours", además del margarita, la piña colada o delicias impresionistas como los martinis que ofrece el bar de tapas y cócteles Barceloneta, en Miami Beach, con una cocina mediterránea fundamentada en el mercado y la calidad de la materia prima.
El martini de maracuyá, cardamomo o pera francesa, o el Blat Mule (a base de vodka español, lima, cerveza de jengibre, fruta de la pasión y lavanda) se ofrecen incitantes en Barceloneta a un público mayormente local que entretiene el apetito en el "happy hour" con ricos pinchos de tortilla (4 dólares), cortezas de cerdo (6 dólares), judías (arvejas) verdes en tempura (9 dólares) o las populares y castizas banderillas.
Para el español Manuel Suárez-Inclán, que administra este local de atmósfera informal de bistró catalán, "la tendencia del 'happy hour' se potenció porque la gente, por la pandemia, se acostumbró a salir antes a los bares y restaurantes".
"Ahora tenemos más público a las 6 o 7 de la tarde que a las 9, clientes regulares, de entre 35 y 50 años de edad", que gustan de su agradable terraza y atmósfera relajada y pagan un poco más por la calidad, precisa Suárez-Inclán.
Barceloneta es uno de los establecimiento más interesantes para los aficionados al "happy hour" por su completa carta de cócteles a 12 dólares servidos en copa de cristal, en generosa cantidad y solo con zumos naturales.
4 a 7 dólares cuestan en promedio los tragos con bebidas alcohólicas en el renovado "happy hour" estadounidense.
18.00 a 19.00 horas se concentra más el público en los bares ahora, hábito tempranero heredado de los confinamientos.