Correo
Proposición
Ahora que se ha rebajado a 4/7 el quorum para modificar la actual Constitución, ¿no será preferible eso a embarcar al país en un nuevo proceso constituyente? Por lo demás, los asuntos que requieren la atención urgente del Gobierno y la dirigencia política en beneficio de los chilenos no requieren de una nueva Constitución, ya que bastaría con, eventualmente, reformar la actual; dictar leyes adecuadas; diseñar e implementar políticas públicas apropiadas; allegar recursos; ejecutar una buena gestión y, por sobre todo, voluntad política.
Lo de un nuevo proceso constituyente para dictar una nueva Constitución es un acuerdo de algunos partidos políticos y sus dirigentes, en el cual la ciudadanía no ha tenido participación alguna. Propongo explorar la posibilidad de alcanzar un "Acuerdo para asegurar la paz, la tranquilidad y el bienestar de los chilenos" y que luego se pongan a trabajar para hacerlo realidad.
Francisco Bartolucci Johnston
Plebiscito de entrada
El plebiscito de entrada es ineludible. Se podría ocupar el tiempo muerto de aquí a fin de año, ya que una elección entre opciones toma menos tiempo que una elección de convencionales. Además, habría que reforzar el Servel si es necesario. A los apurados, no olvidar que "nunca hay tiempo para hacer las cosas bien, pero siempre hay tiempo para hacerlas dos veces".
El propio Presidente Boric repite cada cierto tiempo que "los problemas de la democracia se resuelven con más democracia, no con menos democracia". Bueno, aunque no le convenga al Gobierno, que quiere repetir sin más la Convención fracasada, practiquemos esa prédica con un plebiscito de entrada.
José Luis Hernández Vidal
Mérito y trayectorias educativas
A propósito del anuncio del Gobierno sobre la eliminación de los puntajes nacionales con la nueva Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES), desde Elige Educar valoramos que se amplíe el concepto de mérito para destacar distintas trayectorias educativas. Este es un cambio de mirada que nos permite no solo observar un momento en la vida de las y los estudiantes -en este caso la prueba de acceso- y enfocarnos en el esfuerzo de largo aliento que, con el apoyo de sus profesores y comunidades educativas, realizan en el transcurso de todo su camino escolar.
Esta mirada es necesaria, ya que no existe una sola forma de mérito ni una sola forma de detectarlo y ya ha estado presente en la creación de nuevas vías de acceso a las carreras de Pedagogía. El 2016, el país definió que una de las formas de ingreso a esas carreras era pertenecer al 30% superior del ranking de notas de su establecimiento, lo que -según nuestras estimaciones- permitió que 571 nuevos talentos ingresaran a estas carreras en 2022, un 6,4% del total de matriculados.
Si bien todavía tenemos desafíos en dar a conocer las oportunidades que entrega el ranking para aquellos jóvenes con talento y vocación que anhelan convertirse en futuros docentes, esta vía de acceso se ha convertido en una poderosa herramienta para abrir nuevas puertas y oportunidades a la educación superior a estudiantes de desempeño escolar destacado. El mecanismo ha sido respaldado por estudios internacionales que dan cuenta que este tipo de indicadores son buenos predictores de los resultados y la retención en la educación superior, midiendo de forma más equitativa al no estar relacionados al nivel socioeconómico.
Estos aprendizajes sobre el valor del ranking no solo deben permear la forma en la que se destacan las trayectorias educativas, sino que es una invitación al Estado y las universidades a salir del foco del puntaje como única vía predictora del talento de los y las estudiantes, para destacar la importancia del esfuerzo, vocación y el desarrollo integral y contextualizado del estudiantado.
Constanza Gómez Directora de Investigación de Elige Educar
Salud pública
Al asumir su cargo como Primera Ministra británica, Liz Truss manifestó tres prioridades: reforzar la economía, afrontar la crisis energética y "lograr que el sistema de salud otorgue las prestaciones cuando se le necesita".
Llama la atención que entre las tres prioridades se encuentre una reestructuración del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS), considerado por nuestro actual Gobierno como modelo para una reforma de la salud. Lo cierto es que el NHS ha fracasado en satisfacer las necesidades de su población. Según la Dra. Andrea Srur, chilena, experta en salud pública, residente en Londres, solo un 36% se declara conforme con el sistema, que tiene un promedio de 13 semanas de espera para ver a un especialista y que en regiones puede alcanzar un año. Ante esta realidad, reconocida como un problema prioritario para la Primer Ministra, debemos revisar nuestra siguiente política de salud, teniendo claro que no se debe copiar el modelo de Gran Bretaña.
Eduardo Bastías Guzmán