Denuncias por abuso sexual aumentaron un 42,7% el segundo trimestre del 2022
SEGURIDAD. Entre abril y junio se registraron 137 denuncias de acuerdo con la SPD. Expertas explican que existe una "cifra oscura" de víctimas que no registra el sistema.
Una preocupante tendencia al alza en denuncias por abuso sexual en la Región de Antofagasta refleja las cifras del Centro de Estudios y Análisis del Delito (CEAD), de la Subsecretaría de Prevención del Delito (SPD).
Durante el segundo trimestre del 2022 (contemplando los meses de abril, mayo y junio) en la zona se contabilizaron 137 denuncias por abusos sexuales y otros delitos sexuales, un salto de un 42,71% en relación al mismo periodo del año pasado, donde registraron 96 casos.
Sin embargo, los números se disparan a un 128% si se compara el segundo trimestre del 2022 con el mismo rango de tiempo del 2020, donde se detallan solo 60 denuncias por delitos sexuales en los registros de la SPD.
En total, en la región se anotan 233 denuncias por este delito entre el primer y segundo trimestre del año en curso, según el CEAD, mientras que durante el 2021 se señalan 201 denuncias de estos delitos.
Carlos Riveros, director regional (s) de Sernameg, menciona que "el abuso sexual y sus variantes como la violación, el acoso y abuso sexual callejero y laboral, entran en la categoría de violencia de género, pues en la mayor parte de los casos el varón hace uso de su superioridad física y presión sicológica para obligar a una mujer a hacer algo que ella no desea".
"Como Sernameg hemos atendido casos de este tipo cuando ocurren en el ámbito de una relación de pareja o expareja. Pero en su mayoría las consultas que recibimos forman parte de la operatividad de otras instituciones especializadas en el abordaje de la violencia sexual desde lo legal, sicológico y reparatorio", añade Riveros.
Razones
¿Qué estaría incidiendo en este aumento? Fabiola Rivero, académica de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de Antofagasta, detalla que existe evidencia que sostiene que el confinamiento por la pandemia del Covid-19 reforzó el aislamiento de las personas que viven violencia al interior de las familias, "constituyéndose en un espacio ideal para que se generarán mayores formas de control y poder".
"En ese sentido, debemos recordar que los delitos sexuales son mayoritariamente cometidos por personas conocidas en una esfera familiar y/o doméstica, estando en mayor peligro potencial las mujeres, infancias y juventudes", explica Rivero.
Asimismo, la académica recalca que "se ha demostrado empíricamente que las niñas y niños, así como las mujeres, nos encontramos en mayor riesgo al interior de nuestros hogares, con quienes tienen deberes de protección y cuidado, no con extraños. Si ponderamos esta idea, nos podemos hacer una idea de lo gravoso que fue el tiempo de encierro".
Mientras, Lorena Contreras, directora de postgrados de la Facultad de Psicología de la Universidad Diego Portales, menciona que el aumento de las denuncias por delitos sexuales ha sido sostenido a nivel nacional.
Lo anterior, argumenta Contreras, "puede estar relacionado a varios factores, entre ellos a un aumento efectivo de los delitos cometidos, o bien a un aumento de la confianza ciudadana en nuestras policías y sistemas de administración de justicia". Aunque añade que, "lamentablemente, la crisis de legitimidad que estamos viviendo como sociedad chilena en la actualidad difícilmente nos hace inclinarnos por esta segunda alternativa".
Cifra oscura
Sin embargo, Carlos Riveros complementa que "las cifras que reflejan las denuncias serán siempre menores al número real de mujeres que viven este tipo de violencia. Según nuestros estudios de prevalencia de la violencia sexual -la cifra más aproximada al universo de mujeres que pudiesen haber vivido más de un episodio de violencia sexual en la región- fue del 6,9% en 2020 y 6,7% en 2017".
Al respecto, Contreras sostiene que "hay muchos casos que no se denuncian en Chile y a nivel mundial, lo cual se ha denominado como cifra negra o cifra oscura. Así, la investigación señala que en delitos sexuales solo denuncia 1 de cada 10 víctimas, las otras 9 no están poniendo en conocimiento a las autoridades, con lo cual no llegamos a conocer estos casos a través de estadísticas oficiales".
En la misma línea, Rivero precisa que "el instrumento es la frecuencia de la denuncia desde la estadística, es decir, la cantidad de veces que se repitió un ingreso al sistema de estudio y análisis del delito de la Subsecretaría de Prevención del Delito, bajo la nomenclatura abuso o delito sexual. Este es un análisis estadístico".
"Y en dicho contexto, existe una cantidad de hechos no denunciados que no mide el estudio. La experiencia nos indica que el subreporte estadístico o cifra negra en este tipo de ilícitos es amplio", añade Rivero.
Prevención
Mientras, Contreras recalca que "las víctimas suelen tener razones de peso para no denunciar. Entre ellas, pueden sentir vergüenza, culpa, o temer la represalia del agresor, quien suele ser una persona conocida o incluso familiar de la víctima, lo que facilita su acceso a ella. También pueden temer la estigmatización por parte de quienes la rodean, los que pueden desconfiar de su testimonio, responsabilizarla por lo ocurrido o tender a aislarlas. Asimismo, un deficiente manejo por parte de las instituciones con las que tomará contacto luego de su denuncia es capaz de generar victimización secundaria en la víctima, aumentando con esto su sufrimiento y disuadiendo a otras víctimas de denunciar".
Del mismo modo, Fabiola Rivero, abogada y académica de la UA, señala que "en el trabajo de prevención de estos delitos se debe mantener las estrategias de fomento y favorecimiento de la denuncia, no solo descansando en la develación de la víctima directa, sino también capacitando a las personas profesionales de la primera línea de atención comunitaria, en dispositivos de salud, educación y similares para estar alertas frente a eventuales pesquisas. Siendo además indispensable que conozcan con claridad la red policial/judicial de primera acogida, evitando espacios revictimizantes".
Además, Rivero señala que "desde la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de Antofagasta estamos desarrollando proyectos orientados a promover el acceso a la justicia de las personas más vulnerables y formando a nuestros estudiantes en operadores del sistema judicial que favorezcan y acompañen a quienes vivan una experiencia profundamente dolorosa como lo es ser víctima de un delito sexual".