Ajustes y desajustes
"Existe como un 'síndrome del vertedero de La Chimba'. Mientras nadie logre a sacar su tajada política," la resolución de esa problemática no llegará nunca". Cristian Zamorano, Cientista político
Después de los últimos cambios realizados en los ministerios, hoy, se plantea, lógicamente, la continuidad de la delegada presidencial. Desde un punto de vista administrativo, quién evalúa las delegaciones, son el Ministerio del Interior en conjunto con el segundo piso de la Moneda. Pero la decisión final, la tomará el comité político del gobierno. Y el Partido por la Democracia (PPD) entró últimamente en dicho comité, con la llegada de Carolina Tohá al Ministerio del Interior. Por ende, si continuidad hay, dependerá de quién gane la pulseada: un clan familiar con un diputado y senador, relacionado con el PPD, versus el Partido Socialista (PS), siempre dividido internamente, que puede apoyarse sobre el subsecretario Monsalve. Este último, puede tener más "autoridad" en la evaluación del desempeño de la delegada, por estar desde el inicio en este gobierno, en cambio C. Tohá sólo podría plantear una posición política, por el momento, pero no apoyarse sobre una evaluación técnica como tal, como si le perteneciera; Monsalve pudiendo hacer ambas cosas. Pero sabemos que no siempre la lógica administrativa impera cuando se confronta a la política.
Lo importante en todo esto es saber que se va hacer concretamente, en grandes lineas, contra la delincuencia en esta región. Mucho más allá del jueguito del posicionamiento de gente nueva dentro del organigrama, que muchas veces son personas que ya estuvieron en ese mismo organigrama. Las filtraciones de los correos de las FF.AA. mostraron que inteligencia había previsto que la delincuencia iba a dispararse y mutar en nuestra zona.¿Algo sucedió, preventiva o posteriormente, a aquello? Hace poco, se tuvo en la palestra el tema del Estado de excepción … pero se apagó solo sin saber si eso correspondió a acciones concretas en la región. Lo mismo con lo del control migratorio. El nuevo presidente colombiano va abrir sus fronteras con Venezuela. Sería iluso pensar que esa no va tener consecuencias inmediatas en la zona en la cual vivimos.
Existe como un "síndrome del vertedero de La Chimba". Mientras nadie logre a sacar, perentoriamente, su tajada política y/o de otro tipo, de la solución que se debe entregar, la resolución de esa problemática no llegará nunca. Porque no resolverla no impide que el mundo siga avanzando, todos se pueden acomodar a aquello. Parece pasar lo mismo con la delincuencia. El llamado a la resiliencia y resignación de la población local, es el valor más seguro sobre el cual se apoyan los que gobiernan. Es un poco como jugar a ser un bombero pirómano.
El resultado del 4S (re)activo un cierto ethos de derecha en el país y en el panorama político. Efectivamente, podríamos pensar que los partidos de ese sector tienen el "sartén por el mango", pero pareciera que no saben cómo precisamente cocinar. Tienen la oportunidad de hacer una linda "omelette con champiñoñes y crema" pero si siguen así van a lograr a hacer huevos revueltos, un poco quedamos y secos. La izquierda sabe que se alejó del "pueblo". Que padece de una especié de" jet lag" que se instaló entre ambos. Detrás del despectivo concepto de "facho pobre", se esconde el desfase con el sentir de lo que quieren los sectores populares. Hoy, un partido como el PDG está más implementado en sectores populares que el Partido Comunista. Una figura como Parisi llega mucho más que cualquier otra en algunos sectores. Esos mismos que miran con ojos de amor a Bukele, Trump y cualquiera que tenga un perfil asimilable. Condenar ese fenómeno no significa entenderlo. En todo caso, no se necesita mucha acuidad analítica para observar que lo económico y la seguridad es lo que, hoy, predomina.