Putin firma anexión de cuatro regiones ucranianas y advierte que se defenderá "con todas las fuerzas"
GUERRA. Nuevo territorio, no reconocido por la comunidad internacional, es del tamaño de Portugal. residente ruso celebró y dijo que "el colapso de la hegemonía occidental ha comenzado".
Agencias
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, firmó ayer los tratados de anexión con los líderes separatistas prorrusos de las regiones ucranianas ocupadas de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, y previo a la ceremonia, realizada en la sala San Jorge del Gran Palacio del Kremlin, pronunció un discurso de 38 minutos en el que advirtió que su país hará todo lo posible para garantizar la vida segura de su población y defenderá con todas sus fuerzas sus territorios, incluidas las armas nucleares.
"Defenderemos nuestra tierra con todas las fuerzas y medios de los que disponemos y y haremos todo para garantizar la vida segura de nuestra gente. En esto radica la gran misión liberadora de nuestro pueblo", afirmó Putin a más de siete meses de iniciada la campaña militar en el país vecino, el 24 de febrero.
Agregó que la elección de "millones de habitantes" de estas regiones en unos referendos exprés es "inequívoca".
"La URSS ya no existe y el pasado no volverá, y Rusia no lo necesita, pero no hay nada más fuerte que la determinación de este pueblo de volver a su verdadera patria histórica", destacó el líder del Kremlin.
"Serán ciudadanos rusos para siempre", afirmó entre aplausos de senadores, diputados, gobernadores, miembros del Gobierno, líderes religiosos y los responsables de la Cámara Baja y el Senado en una sala reservada para las grandes ocasiones y que estaba decorada con una alfombra roja, banderas de Rusia y cuatro enseñas de los territorios separatistas.
Putin insistió en que Rusia actúa de acuerdo con la Carta de la ONU, que defiende el derecho a la autodeterminación de los pueblos.
Tras la firma de los tratados sonó el himno ruso y el jefe del Kremlin y los jefes de Donetsk, Denís Pushilin; de Lugansk, Leonid Pásechnik; de Jersón, Vladímir Saldo; y de Zaporiyia, Yevgueni Baliski, juntaron sus manos y, formando un semicírculo, gritaron "Rusia, Rusia, Rusia".
Los cuatro líderes separatistas celebraron posteriormente el "acontecimiento histórico" y la "vuelta a casa" en un gran acto propagandístico en la Plaza Roja.
Occidente
Asimismo, en la alocución previa a la firma de la anexión de estas regiones del este y sur ucraniano, que Rusia controla solo parcialmente, el mandatario ruso arremetió contra Occidente, al que acusa de estar dirigiendo las ofensivas ucranianas y de inundar a Ucrania con armas de la OTAN, al afirmar que este no quiere ver "a una Rusia libre", sino una "colonia".
Sostuvo que EE.UU. quiere "debilitar a sus competidores" y "destruir Estados enteros" si no quieren someterse a su voluntad, lo que "concierne a Europa, a la identidad de Francia, España, Italia y muchos otros países con siglos de historia".
Putin reiteró que "el colapso de la hegemonía occidental, que ha comenzado ya, no tiene vuelta atrás".
Segunda anexión
Se trata de la segunda anexión que consuma Rusia en algo más de ocho años tras la ejecutada en marzo de 2014 con la península ucraniana de Crimea, que transcurrió con el mismo rápido procedimiento bélico y con un supuesto apoyo del 97% de los ciudadanos en un plebiscito celebrado también entre cañones y misiles.
Rusia absorbe de golpe con la anexión de estas cuatro regiones, un 15% del territorio de Ucrania, equivalente al tamaño de países como Portugal o Hungría, y amplía su población de 147 millones de habitantes a más de 150 millones.
El paso dado por Putin, que será ratificado la próxima semana por la Cámara Baja y el Senado, supone una nueva escalada en la campaña militar y en su enfrentamiento con Occidente, que no reconoce la anexión, y que ni siquiera es legitimada por socios como China, la India, Serbia y Turquía.
A partir de ahora el presidente ruso podrá afirmar que Ucrania ataca territorio ruso en el este y sur ucraniano.
La anexión es vista en Occidente como un movimiento desesperado de Putin ante las derrotas sufridas en el norte y noreste de Ucrania y el descontento ciudadano provocado por la movilización parcial decretada. Miles de hombres han huido de Rusia para evitar tener que luchar en el campo de batalla.