Buena convivencia, excelentes aprendizajes
"Aprendemos y hacemos aquello que queremos hacer y aprender, a lo que nuestra voluntad y ánimo nos disponen, en un buen ambiente organizacional". Martín Bretón O., Magister en Política Educacional
Sin duda, está científicamente probado, que el aprendizaje es una experiencia emocional. Un ser humano, emocionalmente bien equilibrado y más aún con un refuerzo positivo en el área socioemocional, dispondrá de una excelente disposición para el logro de los aprendizajes.
La pandemia de COVID - 19, que azotó fuertemente los años 2020 y 2021 al mundo ha dejado secuelas en el área emocional de la mayoría de los seres humanos. Todos los espacios de trabajo se han visto de una u otra forma afectados en la diaria convivencia. En el área de la educación, el MINEDUC ha sido meridianamente claro, al señalar que, la recuperación socioemocional de las comunidades escolares, es la prioridad para avanzar en la gran tarea de la entrega de los aprendizajes.
Todas las investigaciones relacionadas con los procesos cognitivos, indican que la emoción y la cognición son inseparables. Esta asociación se establece por variadas razones, entre la más sustantiva, porque las emociones influyen en la capacidad de razonamiento, la memoria, la toma de decisiones y la disposición de las personas para aprender. Por ello reitero, que las emociones, sin duda, forman parte del importante proceso de aprendizaje.
Quizás suene a un juego de palabras, pero aprendemos y hacemos aquello que queremos hacer y aprender, a lo que nuestra voluntad y ánimo nos disponen, en un buen ambiente organizacional.
Los estudiantes actuales están siendo educados para situaciones que incluso quizás aún no existen. Sin embargo, en general, los niños y jóvenes quieren aprender aquello que les parece importante para ellos, para su vida y en estos días de tanta incertidumbre, aquello que es importante para su supervivencia. Podemos con fuerza decir, que emoción y aprendizaje son anverso y reverso de la misma moneda. Estar emocionalmente bien, implica tener mejor disposición para aprender, además como consecuencia, para aprenderlo mejor.
Debemos saber que el miedo es una emoción que limita grandemente el aprendizaje. Hemos vivido tiempos muy difíciles y por fin parece que estamos viendo "una luz al final del túnel". No obstante, se debe reforzar con rigurosidad el área emocional de todas las personas, generar confianzas en todos los ambientes de trabajo, construir climas laborales positivos, dejar momentos en familia o en equipos de trabajo para conectarse con la interioridad, brindar apoyo a quienes han sacado, de la dura experiencia vivida, la peor parte. Los adultos, son la fortaleza de los menores, en otras palabras, los padres de familia, son quienes deben apoyar a sus hijos en edad escolar. Finalmente, hagamos, un esfuerzo para contribuir al bienestar general y así rediseñar y gestionar climas laborales sanos, con excelentes resultados. No es una tarea fácil, pero es una tarea "de todos". Una buena y sana convivencia nos brindará excelentes aprendizajes, satisfacciones y no tan sólo en el ámbito educacional.
"Estamos en este mundo para convivir en armonía…." (Buda)