"Las familias, las empresas y el Estado tienen que articularse para sacar esto adelante"
Durante la visita del Presidente Gabriel Boric a la región, los anuncios y debates estuvieron concentrados fundamentalmente en seguridad y migración. Sin embargo, también se abordó otra problemática que tensiona a Antofagasta: el déficit de viviendas.
Por lo mismo, el ministro de la cartera, Carlos Montes, se sumó a la comitiva que acompañó al mandatario en su estadía en la zona. Aquí, el secretario de Vivienda y Urbanismo sostuvo reuniones con dirigentes vecinales y de campamento, además de los nueve alcaldes regionales. Las conversaciones tuvieron un eje central: el desarrollo del Plan de Emergencia Habitacional (PEH), que solo en la Región de Antofagasta busca edificar 17 mil viviendas para dar respuesta a esta problemática social.
Sobre la cita con los representantes vecinales, que se realizó el jueves en la UCN y que contó con la asistencia del Presidente Boric, el ministro Montes explica que "el propósito era saber lo que pensaban. Creo que fue bastante diligente, con reflexiones y peticiones a la política pública bien serias, muy responsables, críticas en algunos aspectos y valorando avances que habían tenido en otros. Creo que fue una muy buena reunión".
Además, resalta que "fue muy buena idea del Presidente el pedir que fueran los alumnos de la Facultad de Arquitectura para que oyeran el debate, y tuvieran un vínculo con su propia formación profesional", indica.
¿Qué conclusión queda después de la reunión?
- Tenemos la situación del déficit habitacional muy fuerte, al igual que en el resto del país. Eso nos obliga a empujar el plan de emergencia, sabiendo que no implica solucionarlo todo. Significa que no siga creciendo el déficit, iniciar un proceso de avance, y a su vez perfeccionar el camino para llegar a la vivienda. El proceso hoy es muy largo, genera mucha insatisfacción a las familias sin vivienda, con toda razón. A su vez, fenómenos migratorios y otros han significado el crecimiento de los campamentos, cosa que tenemos que incorporar al debate de manera mucho más fuerte aquí que en otras partes del país.
Se piensa construir 17 mil viviendas, esa es la meta. ¿Cuánto tiempo tienen considerado que podría tardar?
- Nosotros vamos a construir 17 mil viviendas y espero que cumplamos esa meta. Incluso, si es posible, superarla (...). Tenemos un plan para llegar a ellas, tenemos distintas metas que vamos a ir ajustando a la luz de lo que va avanzando y la experiencia. Esperamos que estas viviendas estén terminadas dentro de este Gobierno.
Cuatro años es un plazo bastante acotado y ambicioso. ¿Cómo se piensa gestionar para cumplirla?
- Son varios caminos para acceder a la vivienda, no solo el fondo solidario y no solo los programas de integración. Tenemos también ejecución directa de Serviu: vamos a hacer, probablemente, un llamado luego acá en La Chimba. En ese sector podemos llegar a 9.336 viviendas. La segunda línea es la vivienda de trabajadores, que es con las empresas. Esperamos a nivel nacional 16 mil. Acá en la zona estamos evaluando eso, porque depende mucho de las disposiciones de las empresas públicas y privadas. Las instituciones ponen el suelo, la familia su ahorro, y el Estado el subsidio, y con eso se construye. También tenemos la autoconstrucción, que vamos a reponerlo acá. Alguien una vez había planteado que la autoconstrucción aquí no era pertinente, y nosotros hemos evaluado que sí es pertinente, al igual que en Iquique. Y hay muchas familias que quieren eso.
Aquí la relación con el sector privado es clave, para todos estos caminos. Esto supone asociación público-privada, supone trabajar con las empresas. Las familias, las empresas y el Estado tienen que articularse para sacar esto adelante.
Urbanizar
Uno de los problemas de Antofagasta es que los campamentos han ido creciendo hacia los cerros. ¿Hay una posibilidad de mantener estos espacios, urbanizando, mientras no se corra el riesgo de derrumbe?
- Al respecto, no puedo entrar en desagregar esto al detalle. Le podría hablar de Los Arenales, de algunos lugares, pero no de todos. En términos generales, el concepto que tenemos es el siguiente: Los campamentos más antiguos, que están en lugares donde es posible que se queden ahí, por las características de seguridad, del terreno -que en muchos casos es propiedad pública-, por un conjunto de factores, ahí vamos a urbanizar, y que las familias queden ahí. Pero tienen que estar dentro de la zona urbana, cerca de los servicios. En el resto, lo que más nos preocupa es la habitabilidad. Si hay lugares que están corriendo riesgo las familias, nosotros vamos a hacer todo lo necesario para que esas familias se cambien a lugares sin ese riesgo.
Otro factor, que los expertos han señalado, es que no vale con solo construir la casa, hay que acercar los servicios básicos.
- Usted de repente va a ver que nos van a decir por qué compramos un suelo tan caro, o en otros casos por qué presionamos al sector público para que nos dé los mejores terrenos, y es por lo que usted está señalando. Había un concepto, de que la vivienda se instalaba donde calzaba la ecuación de costos con los ingresos. Nosotros creemos que es fundamental la integración de la vivienda con la ciudad. Para lo cual hay que acercar la vivienda donde están los servicios, los equipamientos, donde están las mejores condiciones de habitabilidad. Es por eso que estamos construyendo dentro de los cascos urbanos.
Todo indica una recesión económica inminente. Hoy, además, los precios de los materiales están por las nubes. ¿Esto podría provocar a que siga aumentando el déficit?
- Puede ser. Depende de cómo se den las cosas. En todo caso, el déficit puede aumentar en otro segmento. Porque si hay más producción de viviendas sociales, el crecimiento de producción debería, en parte, disminuir el déficit, pero se puede provocar en sectores un poco más alto problemas de acceso a la vivienda. Por eso estamos viendo con el sistema bancario -como lo anunció el ministro Marcel-, de garantía estatal para favorecer los créditos.