Comercio de Antofagasta aún resiente fuerte impacto del estallido social
SEGURIDAD. Según comerciantes de la ciudad, al deterioro de la urbe se agregaron cierre de locales y declive en las ventas que aún no repuntan tras impacto de pandemia y ambulantes.
La conmemoración del 18 de octubre aún representa un dura experiencia para el comercio establecido en Antofagasta, que aún mantiene un alto número de locales con pesados blindajes como huellas de los días más complejos del estallido social iniciado en Santiago y luego extendido por el resto del país.
En la capital regional las protestas en demanda de una mejor calidad de vida de la población se extendieron incluso hasta iniciada la pandemia en algunos sectores de la ciudad. Como contraste, las manifestaciones ya habían declinado en intensidad en aquel momento en otras regiones. Para Antonio Sánchez, presidente de la Cámara de Comercio de Antofagasta, el estallido social marcó el inicio de un progresivo y sostenido declive para el sector. "Hay una conclusión generalizada de que Antofagasta, después de Santiago, fue una de las ciudades más golpeadas por los daños y la violencia que se generó en el llamado estallido social. Eso obligó a muchos comerciantes a cerrar sus locales, otros quebraron y perdieron sus negocios. Como el caso de los que fueron saqueados, incendiados. El daño fue enorme. Luego llegó la pandemia que impidió, a los pocos que habían sobrevivido, mantenerse económicamente porque se extendió el daño financiero. A esto se agrega que hoy estamos siendo golpeados por un comercio ambulante desenfrenado y sin control por parte de las autoridades. No ha habido, entonces, espacio para poder respirar y surgir. Porque cuando comienzan a levantarse progresivamente las medidas sanitarias, enfrentamos ese tremendo problema de venta de alimentos en la vía pública, comercio ambulante de todo tipo, a lo que se agrega la delincuencia que ha aumentado tanto".
"Además debido a las amenazas de que van a comenzar nuevamente acciones de violencia, por los mensajes que nos llegan, hace difícil que muchos retiren las medidas de seguridad, las protecciones metálicas, los cierres en las vitrinas; lo que también ensombrece y oscurece la ciudad. Hoy mismo (ayer) estamos coordinados y evaluando qué es lo que sucede, evitando sacar basura de los locales para evitar que vayan a haber elementos que puedan emplearse para generar barricadas y fuego en el centro. La preocupación existe, por lo tanto, hoy es muy difícil levantar las rejas o eliminar las protecciones porque el temor continúa", agrega Sánchez.
Como una muestra del adverso escenario registrado en los últimos años para el sector comercio, Sánchez expone las cifras de liquidación de empresas de la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento. De acuerdo a esta entidad, el número de empresas que en la Región de Antofagasta ha concretado su cierre formal registra un aumento progresivo al considerar las casos registrados en 2018 (27 empresas liquidadas), 2019 (35), 2020 (84) y 2021 (74). Una cifra que representa de manera parcial esta contingencia financiera debido a que muchas empresas ponen término a sus actividades sin dar aviso, explica Sánchez.
Control en locales
Para el residente venezolano Elmer Rospigliosi, quien administra un local dedicado al rubro de la gastronomía y otro a la venta de bebidas y licores, la zona céntrica de la ciudad registra una sostenida involución desde el 18 de octubre pasado.
"En estos tres años hay un antes y un después desde mi punto de vista en todo lo relacionado a seguridad y de respeto a Carabineros. Antes del estallido social, era una cosa muy diferente. Desde mi perspectiva siempre hubo un respeto a la autoridad, pero después de esa fecha creo que todo es totalmente diferente. Fue bastante complejo desde el punto de vista económico (…) Las protestas en ese momento eran todos los días, por lo que debíamos cerrar temprano. El tema de los gases (disuasivos) afectaba a los clientes que estaban comiendo. Hubo pérdidas para todos en el centro. En el tema de los saqueos, aunque tu local no estuviera entre los blancos preferentes, siempre existía ese miedo de que pudieran dañar la propiedad", dice. Según Rospigliosi en la conmemoración del 18-O del año pasado no se registraron mayores incidentes. Sin embargo, para el aniversario de este año ha cundido un mayor temor entre las pequeñas y medianas empresas de la ciudad por la eventual reactivación de desmanes.
Este residente venezolano, quien vive hace seis años en el país, comenta que la botillería que administra contó con intentos de saqueos, que logró evitar persuadiendo y dialogando con sujetos que emprendían estos ataques. "Siempre intentaban subir la reja y forzar la cortina para ingresar, pero nunca pasó nada gracias a Dios. Además Carabineros llegó a tiempo. Fueron muy tensos esos días (…) Antes del estallido el ingreso a la botillería era normal, libre. Pero ahora no permito que nadie ingrese. Trabajo con la cortina abajo y atiendo público de la misma manera", añade. Rospigliosi formó parte de la delegación de comerciantes establecidos que la semana pasada se reunieron con el presidente Gabriel Boric para plantear el difícil escenario que enfrenta el sector por los niveles de inseguridad en la capital regional.
Coordinación de comercio
Según reporteros que cubrieron de manera permanente las manifestaciones en la ciudad, el estallido social se extendió por seis meses en la capital regional. Para Pablo Castillo, vocero de más de 200 Pymes del sector céntrico, el 18 de octubre para el sector representa una experiencia fuerte. "Como todo el mundo sabe, nos quemaron locales, se derrumbaron edificios. Hubo saqueos y crímenes por doquier. Fue una semana negra y con una violencia nunca vista; solo vista en películas norteamericanas".
"Aprendimos a organizarnos entre nosotros para estas fechas, con métodos que nos dieron resultado en 2021, cuando hubo marchas, protestas y también intentos de saqueos; pero no lo lograron. Esperamos que esta vez ocurra lo mismo", agregaba Castillo previo a la conmemoración del 18-O. Según este empresario el trabajo mancomunado de los comerciantes de la zona céntrica surgió ante la escasa respuesta de las autoridades en años previos durante esta conmemoración.