Cristián Venegas M.

En 2021, Chile produjo el 26% del cobre a nivel global, un 20% del molibdeno y un 6% de la plata. En este escenario, Compromiso Minero, la red que congrega a más de 100 organizaciones del ecosistema, considera que el país y sus minerales tienen la oportunidad de liderar el combate contra el cambio climático, encabezando la transición mundial al uso de energías limpias y tecnologías más sustentables con el medioambiente.

Para estimar la relevancia de los minerales y metales que se extraen y producen en Chile, como el cobre, litio, hierro, plata y molibdeno; Compromiso Minero destaca que para construir una turbina eólica de 3 megawatt (MW) se necesitan casi 5 toneladas de cobre y 335 toneladas de acero, metal que proviene del hierro.

Asimismo, una planta solar de 1 MW de potencia necesita 5 toneladas de cobre. Esto significa que, solo en el desarrollo de energía solar en el mundo, se utiliza alrededor del 11% del suministro global de cobre.

Electromovilidad

En este mismo sentido, CM informa que de acuerdo con la International Copper Association (ICA), los automóviles convencionales contienen entre 8 y 22 kilos de cobre, mientras que un automóvil eléctrico alimentado por batería contiene 83 kilos. En el caso de un autobús totalmente eléctrico, se necesitan 369 kilos de cobre.

Asimismo, existen varios países con planes concretos para sustituir por completo la venta de vehículos nuevos de combustión interna por vehículos bajos en emisiones. Un ejemplo es Noruega con la meta de alcanzar el 100% hacia el 2025. El caso de China y la Unión Europea, los que se han fijado como meta lograr el 100% hacia 2035.

En el desarrollo de la electromovilidad, el litio también cumple un papel clave, ya que las baterías más utilizadas en los vehículos eléctricos están compuestas de ion-litio. Se espera que hacia el 2037 el consumo de litio en baterías represente entre el 75% y 80% de la demanda mundial, y de aquí al 2040 la venta de automóviles eléctricos que utilizan litio alcance las 60 millones de unidades, detalla la red.

"Un mineral chileno"

Para visibilizar la oportunidad y la ventaja comparativa que tiene el país, para ser líder en la transición mundial hacia la implementación de energías limpias, la red lanzó la iniciativa "Siempre hay un chileno: un mineral chileno". En este sentido, el director ejecutivo de Aprimin, Sergio Hernández, explicó que "queremos reforzar nuestra convicción para impulsar una minería líder y referente en sustentabilidad, y promover un sector cada vez más innovador, inclusivo y un actor clave en el desarrollo sustentable de Chile".

Sobre este desafío la gerente del Clúster Minero de la Región de Antofagasta, Ruth Rodríguez, por su parte, dijo que "estamos conscientes que este es un desafío que involucra a todos los sectores productivos, por lo que estamos comprometidos en seguir avanzando hacia una minería más responsable con el medio ambiente y comunidades, y liderar los desafíos en innovación para proveer los minerales necesarios para la transición energética".

En tanto, la presidenta de la Red de Ingenieras de Minas (RIM), Paola Huenuman, dijo que "al ser la principal actividad productiva del país, la minería está comprometida con contribuir a mitigar los efectos del cambio climático a través de prácticas cada vez más sustentables. El sector minero también cumple un rol fundamental al proveer de aquellos minerales necesarios para el desarrollo de una economía verde, ya que todas aquellas tecnologías diseñadas para combatir el cambio climático requieren una alta demanda de los minerales y metales que produce nuestro país".

2030 a 2040, prácticamente la mitad del consumo de cobre a nivel global se destinará a la electromovilidad.

2021 las mineras del país produjeron alreddor de un tercio del cobre a nivel mundial con un 26% del total.

2040 la fabricación de automóviles eléctricos, que utilizan litio, alcanzará las 60 millones de unidades.

98% del hierro se utiliza para la fabricación de acero, que se usa en la infraestructura energética, por ejemplo.

Esta semana se promulgó la Ley de Almacenamiento y Electromovilidad con la meta de descarbonizar Chile antes de 2050, nueva normativa que la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (Acera) espera que entregue seguridad y flexibilidad al sistema y se logre la meta de descarbonizar la matriz eléctrica.

Para el gremio, que agrupa alrededor de 150 socios entre desarrolladores, generadores y proveedores de productos y servicios, nacionales y extranjeros; la ley es un paso muy importante para la materialización de los desafíos de la transición energética del país, y es fundamental para satisfacer las necesidades de flexibilidad en un sistema eléctrico descarbonizado.

En esa línea, estiman que "si queremos retirar el carbón de la matriz eléctrica de Chile al 2030, debemos agregar 1,6 a 2,6 GW de almacenamiento de corta y de larga duración de aquí al 2040 para mantener el sistema adaptado, y eso significa debemos empezar ya a invertir en almacenamiento fuertemente".

"Hoy, agregaron de Acera, existen sólo 64 MW de almacenamiento instalados en el sistema, 60 MW en construcción y 275 MW más aprobados o esperando calificación ambiental. Esto, sin considerar los proyectos híbridos, que tendrán combinaciones solares o eólicas con almacenamiento que suman unos 2.500 MW más que podrían agregarse al sistema en tres a cuatros años".

En este contexto, reconocen que los proyectos empiezan a perfilarse, pero que "la envergadura de los requerimientos de instalación de almacenamiento es enorme, si queremos preservar nuestra ambición climática y sacar los 5.5 GW de carbón al 2030, lo que significa que debemos incentivar aún más el ingreso de almacenamiento tanto en el segmento de la generación como en el de transmisión".

Es necesario

El almacenamiento eléctrico tiene muchos usos, explican, pero principalmente suple energía y potencia que no están operativas en determinados horarios o temporadas, lo que permite cubrir mejor la demanda, y solucionar los graves problemas de vertimiento de ERNC actuales; que en lo que va del año ya va en más de 900 GWh, lo que representa más del cien por ciento de la energía adjudicada a las empresas que transmiten electricidad a los clientes regulados, y que hubiese permitido evitar más 680 mil toneladas de emisiones de dióxido de carbono.