"Sin novedad en el frente": la desolación de la guerra
La película top en el ranking de Netflix es la tercera adaptación de la novela del escritor alemán Erich Maria Remarque: un retrato crudo y sin concesiones sobre el horror y las miserias del campo de batalla.
El escritor alemán Erich Maria Remarque publicó la novela "Sin novedad en el frente" en 1929, basándose en sus experiencias como soldado del Frente Occidental en Flandes. El libro retrata, con crudeza y emoción, la militarización de un joven de 21 años y la masacre absurda de la guerra. A pesar de que su autor la definió como una obra apolítica, quedó en la historia como una reconocida pieza antibelicista cuyas copias fueron quemadas durante el régimen nazi.
En 1930, la novela fue llevada al cine por el reconocido director Lewis Milestone y logró llevarse dos estatuillas en los premios Oscar: mejor película y mejor director. Una segunda adaptación, esta vez una película para la televisión, apareció en 1979 con dirección de Delbert Mann y un elenco estelar que incluye a Richard Thomas, Ernest Borgnine e Ian Holm.
La tercera trasplantación de la obra a la pantalla es alemana, fue estrenada este año en el Festival de Toronto y por estos días forma parte del ranking de lo más visto en Netflix.
En tiempos de sobreoferta y derroche de dinero, la pregunta es válida: ¿Aporta algo una nueva entrega tomando en cuenta sus predecesoras? La respuesta no es simple, aunque la proeza del director Edward Berger tiene un punto a favor. Si las adaptaciones previas se basaban en la narración, la entrega actual posee un valor adicional como experiencia sensorial. Planos secuencia, drones que sobrevuelan el horror, un hábil manejo del desplazamiento físico de los actores y una atmósfera gélida aportan a la inmersión del espectador en aquellas trincheras del infierno terrenal. Berg, como extensión de Remarque, no pretende denunciar la guerra a través de un discurso, sino que lo hace mediante una serie de descripciones detalladas, climas, emociones. Las imágenes hablan por sí solas, se suele decir. Digamos que la tecnología actual permite potenciar "Sin novedad en el frente" como una experiencia inmersiva.
Todo comienza con la mirada atenta y quieta a un bosque donde los animales se cobijan. Cuando la cámara se abre distinguimos que, entre las brumas, hay cadáveres de soldados. Son muchos cuerpos. Berg nos conduce entonces hacia una microhistoria introductoria al seguir el trayecto de un soldado desde las trincheras al campo de batalla, donde reconoce a compañeros que empiezan a caer uno a uno. Entonces él también es baleado. Luego, el silencio. Cuerpos apilados, ataúdes. Unos soldados desnudan a los muertos, les sacan las botas y los uniformes ensangrentados. Berg sigue atento la cadena de acciones. Muestra cómo esa ropa es recolectada, puesta en un camión y conducida hacia un lavadero gigantesco donde un grupo de mujeres la limpian. El paradero final es un taller de costureras. Ahí se reparan los trajes de guerra para que otros soldados puedan usarlos. La secuencia es siniestra y elocuente. Toda la película se podría sintetizar en esos pocos minutos.
Lo que nos falta es, sin embargo, los rostros de la tragedia. Así conocemos a Paul, un joven de 18 años, que se enlista para ir al frente junto a sus entusiastas amigos. La Primera Guerra Mundial es para ellos un gesto a la bandera y una aventura iniciática. Al comienzo todo será entusiasmo; luego, horror. "Sin novedad en el frente" es una crónica sobre la pérdida de la inocencia y, al mismo tiempo, un grito de repudio al acto más absurdo y cruel de la humanidad.
" veo a los más ilustres cerebros del mundo inventar armas", se lee en el libro que inspiró "Sin novedad en el frente".
Dato
La película representará a Alemania en los Oscar.
Por Andrés Nazarala R.
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