La urgencia no termina
Con satisfacción vemos como el Gobierno ha decidido enfrentar la emergencia habitacional y la crisis por la que está pasando la construcción de manera colaborativa y con sentido de urgencia.
A fines de octubre, un grupo de dirigentes y desarrolladores fuimos invitados a conversar con el ministro Carlos Montes sobre los desafíos de la industria y de cómo podemos colaborar en la meta país de alcanzar el déficit cero, y -al día siguiente- desde el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, junto a Hacienda, se dio a conocer un plan que va en esta misma línea.
Creemos que estas medidas están bien inspiradas, sobre todo para favorecer la compra de un bien raíz, por lo que esperamos que su ejecución sea lo más rápido posible. Sin embargo, la crisis no se resuelve con estas cuatro iniciativas y es necesario avanzar más allá para que, como sector, podamos aportar al desafío que hemos conversado con el titular del Minvu.
En medio del actual contexto económico, vemos espacio -por ejemplo- para postergar la entrada en vigor de la rebaja y posterior eliminación del Crédito Especial para Empresas Constructoras (CEEC) -actualmente planificado a partir del 1 de enero de 2023- y que se busquen mecanismos para que la banca considere los beneficios del 'buen pagador' establecidos por el Serviu, para con ello se reevalúe el nivel de riesgo crediticio de los compradores, y así se les otorguen mejores tasas que no los asfixien como las vigentes. La urgencia apremia.
Rodrigo Boetsch Gerente general InmobiliariaBoetsch
Discriminación en el Simce
Después de dos años en pausa, esta semana nos preparábamos con entusiasmo para realizar nuevamente el Simce. Entre miércoles y jueves, en matemáticas y lenguaje, era el turno de los estudiantes de 4° básico de nuestro Colegio Santa Lucía, de Fundación Luz, que se especializa en la atención de alumnos con discapacidad visual.
Sin embargo, ya desde el lunes empezamos a tener problemas, los cuales se concretaron al momento de llevar a cabo la evaluación. La supervisora se presentó un par de días antes en nuestras instalaciones y al ser consultada respecto a si las pruebas vendrían adaptadas, es decir, en braille para niñas y niños ciegos, y en macrotipo para estudiantes que tienen baja visión, se quedó sin palabras, agregando luego que ni siquiera estaban designados los examinadores que tomarían las pruebas.
Llegado el primer día de la prueba, las sospechas se hicieron realidad. Los dos evaluadores no tenían idea de braille ni de adecuaciones en macrotipo, conocimiento fundamental ante cualquier duda que se presente.
¿Y los textos? Acá la guinda de la torta: llegaron en un pendrive, incluyendo dos documentos, uno con las preguntas y otro para las respuestas, mecánica súper complicada para escolares tan chicos, que recién están aprendiendo la lectura de pantallas.
Lo ocurrido en este proceso es un claro hecho de discriminación. La reincidencia agrava la falta, ya que previo a la pandemia había sucedido lo mismo, cuando tampoco llegaron los exámenes adaptados, situación que se solucionó en media hora, ante la amenaza de llamar a los medios de comunicación.
Los resultados también son discriminatorios, pues se entregan de forma genérica a los colegios especiales, no a cada establecimiento de manera particular. Todo esto provoca que desde pequeñas, las personas con discapacidad visual sientan que no pertenecen a este mundo.
Promedio rojo para el Ministerio de Educación.
Daniela Osorio Directora del Colegio Santa Lucía, de Fundación Luz
Cambio climático
La realidad del cambio climático sigue avanzando y con ello también lo hace el problema de la sequía y el fantasma del racionamiento de agua.
Sí, porque pese a las últimas lluvias de invierno la escasez del recurso hídrico en Chile no se ha terminado. Por ende, se hace necesario que a nivel país, y considerando a los sectores privado y público, desarrollemos acciones concretas que nos permitan asegurar el suministro de agua para el futuro, tanto para el consumo humano como las actividades productivas.
No obstante, debemos actuar con rapidez y sin excluir a ninguna opción que nos permita contar con el vital elemento y fomentar, a la vez, su uso responsable: campañas educativas, uso de aguas subterráneas, desalinización, reúso de aguas tratadas y reducción de aguas no facturadas, son algunos ejemplos de ello.
Para todo lo anterior se requiere de una estrategia a largo plazo, dado que muchas de las soluciones tardan años en ser implementadas. Y, a decir verdad, ya estamos bastante atrasados.
Juan Pablo Negroni Country manager para Chile de IDE Water Technologies